Las cajas negras son uno de los elementos básicos en el ámbito de la seguridad aérea. Estas guardan en tiempo real todo tipo de datos del avión (velocidad, altitud, conversaciones de los pilotos…), facilitando así la reconstrucción e investigación de todos y cada uno de los accidentes aéreos ocurridos durante las últimas décadas.

Ahora, las cajas negras quieren llegar a los automóviles. O, mejor dicho, varias organizaciones relacionadas con la seguridad vial son las que pretenden que los EDRs (Event Data Recorder) sean un elemento obligatorio y 100% regulado en todo el mundo.

Los innumerables beneficios de las cajas negras

cajas negras para automóviles

La inclusión de forma regulada de cajas negras para automóviles supondría un claro avance para la industria en materia de seguridad. Estos dispositivos miden velocidades, aceleraciones e incluso ubicaciones, lo que facilitaría la investigación por parte de las autoridades en caso de producirse un accidente —tal y como ocurre actualmente en otras industrias—.

Pólizas de seguro más bajas y menos accidentesNo obstante, la inclusión de estos dispositivos de forma predeterminada también traería consigo una serie de beneficios paralelos, como ahorros en las pólizas de seguro o un menor número de accidentes. Concretamente, varios estudios relacionados reflejan un 20% menos de accidentes y un notable ahorro en las pólizas de seguro —especialmente en los conductores nóveles— en automóviles con este sistema incorporado.

Actualmente, países como Estados Unidos ya cuentan con una legislación sobre las cajas negras para automóviles, indicando, entre otras cosas, qué parámetros deben medir y sobre quién recae la propiedad de los datos almacenados. Y es que, en la nación americana, la gran mayoría de los automóviles vendidos durante los últimos cinco años ya cuentan con sistemas EDR (Event Data Recorder) en su interior, registrando y almacenando en tiempo real todos los parámetros que rodean al coche.

En EEUU existe una legislación más detallada y concreta sobre las cajas negrasEn Europa, la legislación no es tan detallada como en Estados Unidos, dejando un gran margen de operatividad a los motoristas, fabricantes de automóviles y a los propios gobiernos. No obstante, un gran número de automóviles vendidos en el continente ya cuentan con estos sistemas en su interior, aunque puede que estén inactivos por la ausencia de una legislación similar a la que encontramos en el código federal de los Estados Unidos (Título 49, parte 563).

La Unión Europea sí que obliga a montar un sistema llamado “eCall” que, en caso de accidente, contacta con los servicios de emergencia enviando datos como el modelo de automóvil implicado, la localización exacta y la dirección a la que se dirigía el vehículo, entre otros detalles.

El problema de la privacidad

cajas negras para automóviles

Ante la inminente estandarización de las cajas negras para automóviles, un gran sector ha comenzado a mostrar su preocupación sobre la ausencia de privacidad en los automóviles que incorporen este sistema. Los EDRs registran velocidades, aceleraciones, fuerzas de impacto, airbags e incluso ubicaciones, una serie de datos que, situados correctamente en contexto, rompen por completo la barrera de la privacidad.

La tecnología ya está presente en los automóvilesLos gobiernos y organismos correspondientes están tratando de minimizar el daño a la privacidad que suponen las cajas negras para automóviles, especificando claramente “quién es dueño de los datos registrados por el Event Data Recorder” o “qué tipo de datos pueden recoger este tipo de sistemas”.

No obstante, la implantación de estos sistemas se producirá de forma inevitable, tal y como varios analistas señalan. La tecnología necesaria ya está presente en los automóviles, y el interés por parte de los gobiernos y de las compañías aseguradoras acabará decantando la balanza. De hecho, los analistas afirman que, en 2020, más del 50% de los automóviles del mundo ya contarán con estos sistemas en su interior, recogiendo y analizando en tiempo real todos los parámetros del automóvil. Esta afirmación, aunque sorprendente, no es nada descabellada considerando que múltiples fabricantes (como Volvo, BMW, Ford, Mazda o Subaru) ya incorporan estos sistemas en una gran porción de sus vehículos desde el año 2005.

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