Snapchat

La semana pasada publicábamos la polémica en torno a la nueva política de privacidad de Snapchat, en la que básicamente la compañía pasaba a ser propietaria indefinida del contenido que publicamos en el servicio de mensajería, permitiendo a la compañía hacer lo qué quiera con absolutamente todo nuestro contenido... excepto que no es del todo así.

A pesar de que el lenguaje utilizado por la compañía daba a entender que vendíamos nuestra alma cuando usábamos la aplicación, lo cierto es que la privacidad de nuestro contenido sigue siendo la misma que antes de la actualización de las políticas de la compañía. En primer lugar, tanto los snaps como los chats siguen siendo totalmente privados, y además no se quedan en los servidores de la compañía de forma indefinida como se pensaba, puesto que la política de privacidad sigue dejando totalmente claro que "se eliminan automáticamente de los servidores una vez que detectamos que se han visto o han expirado".

Similar a Twitter y Facebook

Al final, la licencia de contenido es la básica para convertir ese contenido en público y abiertoLógicamente, el control de Snapchat sobre la privacidad del usuario se limita al control de la aplicación, de forma que la compañía es bastante clara respecto a lo que escapa de su control, como por ejemplo las capturas de pantalla o la oportunidad de guardar parte del contenido a través de los sistemas de grabación de pantalla. No obstante, para la compañía, Snapchat no es el mejor lugar para los mantener contenido estrictamente privado, y desde luego está muy lejos de ser el objetivo principal del servicio, puesto que al ser eliminado totalmente de sus servidores una vez se lee, el contenido es de utilidad nula de cara a que no puede ser vendido con fines publicitarios.

Pero vamos a lo importante. De todos los cambios en la política de privacidad de Snapchat, el más polémico ha sido la licencia que le cedemos a la compañía para nuestro contenido. El caso es que esta licencia es la misma que cedemos a cualquier servicio al que subamos contenido: Twitter, Facebook, iCloud, Google Fotos, iTunes... Y es que es tan lógico como necesario que, para que Snapchat muestre contenidos de forma pública, le tengamos que ceder los derechos de nuestro contenidos; algo que por cierto solo es extensible para aquellas publicaciones que no sean privadas, es decir, solo se cede licencia en los casos que el contenido acaba en algunos de los canales públicos.

Al fin y al cabo, la política de privacidad de Snapchat no es tan peligrosa como habíamos pensado. Es más, comparada con la muchos de los servicios y redes sociales que usamos, respeta bastante bien nuestra privacidad.

Recibe cada mañana nuestra newsletter. Una guía para entender lo que importa en relación con la tecnología, la ciencia y la cultura digital.

Procesando...
¡Listo! Ya estás suscrito

También en Hipertextual: