El Principito

La entrañable historia del habitante del asteroide B-612 ha sido adaptada a la pantalla grande por Mark Osborne; el resultado es una película preciosa llena de fantasía, amistad e imágenes más que bellas.La obra más conocida del aviador y escritor Antoine de Saint-Exupéry es uno de los libros más vendidos en el mundo con al menos 140 millones de copias y traducido a poco más de 250 lenguas. Es, pues, una obra que por sí sola representa una abrumadora atención. Además, por la naturaleza de su historia tan bonita y emotiva, con infinidad de lecturas, apreciaciones y significados es merecedora de una adaptación a la altura, y Osborne la consigue con su película.

Desde que se anunciaran los trabajos para hacer esta adaptación, al develarse el director a cargo y los actores que darían voz a los personajes, el proyecto parecía tener una muy buena pinta. Mark Osborne fue director en la divertida Kung Fu Panda, además de trabajar en uno de las series animadas más locas y atrevidas que haya visto (sobre todo en los tiempos que salieron al aire): KaBlam! Y perece ser que el director gusta de las animaciones mixtas pues en 'El Principito' se combina animación por computadora y la bellísima técnica stop-motion.

En cuanto a las voces el reparto es genial: Jeff Bridges (El Aviador), Benicio Del Toro (La Serpiente), Marion Cotillard (La Rosa), James Franco (El Zorro), Ricky Gervais (El Vanidoso), Paul Rudd (Mr. Prince), Rachel McAdams (La madre). La voz de la niñita protagonista la dio Mackenzie Foy. La calidad del trabajo de todos se nota, como también se nota que Jeff Bridges hizo un espectacular aporte con su voz, pues su personaje cambia mucho y lo hace con grandeza.

La animación stop-motion es maravillosaQué decir de la animación sino que es una preciosidad en toda la extensión de la palabra, en concreto, la realizada con stop-motion. La textura que aporta esta técnica es inigualable y hace las escenas mucho más cálidas y bonitas. El stop-motion es utilizado en los pasajes dedicados a mostrar la historia que todos conocemos: la del aviador que se queda varado en el desierto del Sahara, y donde conoce al dulce Muchachito que exigía respuestas y el dibujo de un cordero.

Por su parte, la animación por computadora está dedicada a la historia de una pequeña niña y su madre (calma, esto está en los tráilers). La nena, de quien no conocemos su nombre, y a decir verdad de ningún personaje (salvo Mr. Prince), está bajo la expectativa de su mamá para que entre en uno de los colegios más prestigiosos. La mamá, vestida con traje sastre y corbata, así como un peinado impecable a diario, no quiere dar oportunidad a ninguna falla, así que planea la vida de su hija llevando un estricto plan y registro de deberes y tareas para que su hija los cumpla.

Entonces el peculiar vecino hace su aparición y cambia la vida de ambas mujeres. El aviador cuenta la historia de El Principito, a quien conoció en el Sahara cuando su avión se averió. Sí, es él quien introduce el bonito relato del habitante del asteroide B-612 y cuando la película nos lleva a esa preciosa animación stop-motion. Es cuando que podemos ver algunos de los capítulos más famosos del libro: la relación del pequeño príncipe con su rosa, su viaje por otros planetas, su llegada a la Tierra, cuando conoce a la serpiente, cuando se domestican él y el zorrito. Aquí podría agregar que no me habría quejado si la historia se quedara por más momentos ahí, en esa historia que, en todo caso, es la que esperamos ver en la pantalla. Pero no, no es así, nos da unos momentos preciosos, sí, pero también se enfoca en la historia de la pequeña niña y su relación con el anciano vecino que intenta reparar su avioneta en su jardín trasero.

Ahora bien, más allá de la historia y de la animación, hay un elemento que hace que todo eso luzca aún mejor: la música, y de la que estuvieron a cargo Hans Zimmer y Richard Harvey. Lo que hacen estos señores es maravilloso; la música es sutil y preciosa, siempre está ahí y por momentos parece que se confunde con toda la atmósfera de lo que estamos viendo. Las composiciones en francés fueron interpretadas por la parisina Camille y son bonitas, bonitas.

Si hay que señalar algún pero de la película sería que a la historia del libro se le combina la historia de la nena y, a su vez, hay otra dentro de esta, la cual se alarga un poco más de lo debido, y como espectador quieres más de 'El Principito'. Más de eso y no la "interpretación" (por así llamarla) de la pequeña niña y que se lleva un buen tiempo de la cinta. No se puede decir que "enreda" la trama pero algo también hay de ello. Tampoco es que la relación de la niña y el aviador no sea entrañable e interesante, lo es, solo que, por momentos, quería seguir viendo más de la forma tan bonita que fue representado El Principito, con sus escenarios y efectos que solo se da en la animación stop-motion. A veces me resultó difícil volver a la animación por computadora que, cabe decir, es bonita pero no impresionante.

Con todo, la historia de la niñita es muy linda y nos tiene interesantes lecturas y metáforas sobre el mensaje de El Principito. La forma en que ambas historias se unen y entreveran es genial y muy inteligente. Los mensajes y críticas a la adultez, a la educación, a la espontaneidad nos sonará conocido, como una adaptación actual de la misma historia del niñito que tiene una rosa -su rosa- en su pequeño asteroide.

Conclusión

No es exageración decir que 'El Principito' es una de las mejores películas animadas del año. Tiene una mezcla genial de emotividad, dulzura e incluso acción. Los temas que toca sobre la amistad, la pérdida, las expectativas familiares, la crítica a la educación escolar (que recuerda a lo que Ken Robinson asegura: las escuelas matan la imaginación) son desarrollados de forma muy inteligente. Las metáforas visuales, las múltiples lecturas de una historia para niños (y para adultos que no olvidan) están ahí, presentes y representadas de la mejor forma con una animación mixta: CGI y stop-motion, la última mucho más bonita que la otra: preciosa, diría.

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