María Benjumea, impulsora del evento para emprendedores más grande de España, South Summit, es una convencida de la importancia que tienen y tendrán las startups para el futuro de la economía mundial. Optimista, pero realista, con las implicaciones que tiene el crear un proyecto tecnológico desde cero. Además, es una de las mayores portavoces de la importancia que tiene el papel de la mujer en el desarrollo y progreso de todo este ecosistema. *Ahora mismo eres conocida en el mundo de los emprendedores por el South Summit, pero ¿de dónde viene María Benjumea?

Pues hay que empezar por el hecho de que soy una startupera* de 61 años. Estudié geografía e historia, porque tampoco importaba nada lo que yo estudiara, es decir, en ese momento no importaba lo que hiciésemos las mujeres. Y empecé a preparar oposiciones, que fíjate que no tiene nada que ver con lo que he hecho en mi carrera, y de de decir que nunca he agradecido más un suspenso.

Por aquella época quería ser madre, con unos 25 años, y a la vez me propusieron entrar en un proyecto de arte. No fue idea mía, pero el concepto de anticuario que queríamos era muy diferente a lo que había en ese momento. En el año 1979 montamos un lugar donde se unía una galería de arte, un anticuarios, un lugar de restauración, un lugar para impartir cursos... pero nosotros no teníamos ni idea de nada de lo que estábamos haciendo. Y como era de esperar todo fue fatal.

Un año después se me volvió a presentar otra oportunidad, por esto digo que los emprendedores tienen que ampliar sus miras. Me ofrecieron entrar en el Círculo de Porgreso, en donde informábamos sobre qué hacer después de terminar tu carrera universitaria, porque veíamos que la gente no tenía ni idea. Aquello era puro libro, porque en aquel momento no existía ni Internet ni nada. A todo esto, se juntaba el hecho de que entre el 80 y el 90 no quería trabajar en exceso porque tenía niños pequeños, y quería dedicarme a ellos. Pero a partir del 90 ya quise centrarme a fondo en mi carrera laboral, que coincidió con que es cuando se empieza a hablar del mundo de Internet.

Iñaki Arrola nombró a Nacho González Barros en una entrevista, y es que realmente fue el principal impulsor de Infoempleo, el proyecto en el que me metí después. Él tenía una cabeza 100% Internet con sus veintitantos años, y yo venía con mis 40 tacos sin saber nada. Pero sí sabía dónde quería ir. Ahora sigo siendo accionista de Infoempleo con una participación minoritaria. Y esto es algo en lo que me gusta incidir siempre con Spain Startup, mi actual proyecto, y es que me hubiese gustado que en aquel momento alguien me hubiese ayudado con el tema de vender el 51% de mi empresa, porque yo no tenía ni idea de nada por aquel momento.

Fotografía de Ariana Escobar
Fotografía de Ariana Escobar
"Lo que queremos es posicionar a España como algo global, y para ello hay que quitarse la careta"¿Y la cuestión del emprendimiento de dónde surge?

Desde Infoempleo ya me empezó el tema del emprendimiento de forma directa. Yo ya tenía la máxima de "si quieres puedes", en el que ayudamos a gente que quería emprender. Además, ahí me di cuenta de la evolución que se había tenido en el mundo de las mujeres con su vida laboral. A partir de lo cual, formamos el proyecto Lidera partiendo del mensaje de "trabaja con la mujer", que coincidió con que la Comunidad de Madrid quería apoyar a la mujer.

"La crisis es una de las razones para el progreso del emprendimiento, pero no es la única"Yo no soy nada políticamente correcta, porque soy de la idea de que a la gente le gusta que le traten como adultos y diciéndoles la verdad. Éramos unos convencidos de esto, y yo veía que cada día el mundo iba más rápido y cambiaba más, que las cosas se iban haciendo de forma diferente, pese a que estábamos metidos en una crisis terrible. Y lo que sí estaba claro es que el mercado de trabajo estaba cambiando; los profesionales cada vez eran más flexibles, evolucionan y cambiaban más rápido. Esto nos hizo pensar que deberíamos convencer a todos de que fuesen dueños de su proyecto. Y ahí es donde entra mi espíritu emprendedor. Además, del emprendedor siempre se ha dicho tiene un ADN especial, pero mírame a mí, que yo no he nacido con ello pero siempre lo he sido. Y en las startups todo se trata de equipos, en los que uno tiene las ideas creativas, pero el resto tiene que apostar por ello, y no van a cobrar lo que se cobra en una multinacional ni de broma. Aquí primero pagas y luego, si queda, ganas tú. Y los que se suman a tu proyecto son iguales, ellos también son emprendedores.

En esto hay que decir que la crisis es una razón para el progreso del emprendimiento, pero no es todo. También es necesario tener una buena tecnología y base de innovación, porque las empresas necesitan innovar continuamente. Las grandes corporaciones no pueden generarla porque son muy lentas, y eso se busca en los emprendedores. Y esto es lo que nos llevó a montar Spain Startup, que es propiamente una startup. Y en plena crisis pensamos en montar un evento con dos objetivos. Cambiar el chip de la gente, que estaban todos deprimidos, para buscar nuevas oportunidades. Y el segundo es que habíamos sido los reyes del mambo y luego pasamos a ser los peores del mundo. Y no. Aquí teníamos empresas muy potentes, con un ecosistema emprendedor creciente y emergente (me aprendí el discurso de memoria). Queríamos dar a conocer que el mundo era global y por qué no, animar a salir, sin fronteras. Lo que queríamos con esto era posicionar a España como algo global, y para ello hay que quitarse la careta.

Se dice que la crisis ha cambiado la forma en la que se afronta el emprendimiento aquí en España, ¿crees que está relacionado?

Yo estoy apasionada con la juventud que tenemos, y es espectacular el cambio que se ha producido entre 2013 y 2015. La crisis lógicamente ha afectado y que la juventud ha tenido que cambiar su manera de afrontar las cosas es algo indudable. Y yo creo que en este nuevo mundo en que vivimos, tan rápido, claramente es un caldo de cultivo maravilloso para el crecimiento de nuevos proyectos.

Me encanta además el concepto del sur, porque con todo esto de la crisis nos hemos quitado muchas etiquetas. Hemos demostrado que realmente no somos unos vagos. A partir de los datos que hemos extraído del South Summit hemos comprendido cómo nos ha cambiado la crisis. La mayor parte de los emprendedores venían de trabajar por cuenta ajena; gente que de pronto ha querido montar su proyecto. El siguiente grupo, un 30%, viene de emprender en otra cosa. Y solo el 1% venía de estar en el paro. Con esto quiero desmentir esa idea que nos venden los políticos, diciendo que el emprendimiento es la solución al paro.

Fotografía de Ariana Escobar
Fotografía de Ariana Escobar

¿Qué opinas de la gente que emprende sin saber comparada con la que tiene una alta formación?

Son perfiles complementarios. Cuanta más formación tengas mucho mejor, pero eso en cualquier sitio. Lo que es verdad es que mucha gente ha sido autodidacta, como yo. Que formarse es esencial, eso desde luego, sobre todo con las startups que están vinculadas con la innovación. Es por esto que se necesita mucha formación. En el South Summut más del 90% tenía formación superior y muchos de ellos con un máster; la mayor parte de ellos en cuestiones tecnológicas. Además, hay que tener en cuenta que cuando se quiere crear una gran empensa, o el fundador es listo y se da cuenta de que se necesita una profesionalización o no tienen nada que hacer. No quiere decir que necesite formación superior, pero si quieres que crezca, tiene saber que necesitas equipos preparados y competentes adaptados a las necesidades. El éxito va unido al concepto de equipo.

¿Te parece que existen startups Peter Pan, como dice Cabiedes?

Cabiedes conoce muchas startups, las ve continuamente y todos los días. Yo creo que en este caso es que las startups no saben dar el paso. Les da miedo perder el control. No es nada facil. Tan importante es dar el primer paso, como ser otra cosa. Ellos saben ser emprendodores, pero muchos no saben ser empresarios, que es cuando tienes que dar cuenta de unos resultados. Pero cada vez más, se está teniendo la máxima de ser ambicioso, que se explica por los equipos, que no los fundadores, están trabajando para tener proyectos cada vez más grandes.

Fotografía de Ariana Escobar
Fotografía de Ariana Escobar

Como emprendedora, ¿qué es lo peor que has vivido a lo largo de tu carrera?

Yo soy muy positiva, siempre. Pero nunca me verás diciendo que esto no necesite mucho foco, mucho trabajo, dedicación y ambición. La cantidad de veces que te vas a casa pensando en lo que te has metido... Lo peor es que todo esto cuesta muchísimo trabajo, muchísimo. Es muy complicado, pero luego tiene sus compensaciones, aunque no sean económicas. En esto hay que aprender todos los días, disfrutar un rato de tus logros, pero en seguida te tienes que poner con el papel y el lápiz a analizarlo todo.

Para mí en esto hay dos mensajes claros; puedes hacerlo. No se necesitan genes especiales, y en todos los equipos hay de todo tipo de personas. Pero tienes que trabajar mucho para ello. Y al final, pese a todo lo malo, te compensa.

**¿Cómo es eso de que hay que cambiar el chip?

Yo no me dirijo al emprendodor, me dirijo al resto. Es a toda la sociedad, porque todos podemos serlo, pero sin buenismos. Se dice que esto es fácil, pero no, es igual que el que llega a lo alto de una multinacional y ha tenido que trabajar mucho. Y aquí pasa lo mismo, si quieres llegar arriba tienes que matarte por ello. Lo bueno es que si tu no quieres ponerlo todo tendrás una compañía sostenible y con la que puedas vivir bien.

Desde la política, ¿qué chip tienen que cambiar ellos?**

Yo creo que las primeras medidas ya se han dado con el principio de la legislatura con la ley de emprendedores. Es un paso, pero se quedó cortísima por todos lados. Y no paramos de decirlo a diestro y siniestro. Para mí hay una serie de medidas que considero necesarias, y no pararé de decírselas a quien toque. Con muy poco que cedan los políticos, la multiplicación del éxito es brutal.

Medidas muchísimas, casi todas dirigidas a la fiscalidad para montar empresas. Otras referentes a los business angels, que están trabajando mucho para invertir, pero si no se les apoya, todo lo que están haciendo no va a servir para nada. Luego también es referente a la formación de equipos; si no tienes dinero para pagarte a ti mismo como vas a tener dinero para contratar. Es fundamental que las personas que arriesgan y forman un equipo tengan ciertas ventajas fiscales, y luego está el tema de la internacionalización. Estamos diciendo continuamente que el mundo es global, ¿cómo se le pone un visado al talento? Lo que tenemos es que poner facilidades para que el talento sea internacional, para exportarlo e importarlo, porque somos un país muy atractivo. Hoy día no se le pueden poner puertas al campo. Luego está el tema de la educación, pero eso es otra cosa. Esto es urgente. Los políticos no tienen ni idea de esto, saben que tienen que apoyarlo pero son ajenos a todo lo que ocurre, y alguién tendrá que ayudarles.

Fotografía de Ariana Escobar
Fotografía de Ariana Escobar

**La presencia de la la mujer en el emprendimiento es tu mayor caballo de batalla, ¿puede ser la compatibilización una cuestión por la que haya tan pocas mujeres en esto?

A mí me pasa una cosa con esto. Yo no considero que la persona que emprenda tenga que estar trabajando 24 horas al día. Es alguien que tiene la flexibilidad para llevarlo como quiere. Es decir, si tú te incorporas en una multinacional y en determinados sectores de determinadas compañías allí si que te tienes que olvidar de la familia. Pese a que haya muchas que compatibilizan, sobre todo teniendo en cuenta a sus parejas. Que en esto hay que apuntar algo, que ahora la mujer quiere que le ayuden. No compartir. Si hablamos de ayudar, el término es muy distinto a compartir.

A partir de esto, si quieres disfrutar de tus hijos, el emprendimiento es perfecto. Mírame a mí, que compatibilicé mi carrera laboral desde el minuto uno. Cuando tenía mucho trabajo apretaba y cuando no me dedicaba a mis niños.

Entonces, ¿cómo se le dice a la mujer que puede?**

Los mensajes que se reciben son no puedes. Pero si se lanzan los mensajes de sí puedes, la cosa cambia. Además, a cualquier traba que te encuentres, tienes la ley de tu parte. Lo importante es que las que tenemos seguridad en nosotras mismas ayudemos a las que necesitan un empujón, que no es verdad que los hombres no quieren que estemos. Y cuanto más podamos extender nuestro mensaje mucho mejor.

Pero hay que saber que la decisión que tomes va a tener una consecuencias. Tienes que renunciar a otras cosas, y sobre todo, trabajar mucho. Y hay que extender la idea de que si algo no te gusta no hay que callarse, porque cuando dices las cosas todo es diferente, y puedes conseguir todo. Y otra cosa importante: metámonos en los circuitos de poder. Por qué muchas veces se critica que se selecciona más a los hombres que a las mujeres, y es porque se reúnen entre ellos. Pero si estamos, también podemos optar nosotras. A las mujeres no nos gusta nada el networking, porque consideramos que hay cosas mejores que hacer, pero si estás en esos núcleos ya saben de ti. Porque nunca nadie va a venir a buscarte a casa. Y esto puede ser jugando al golf, coctails de turno u organizaciones. Tienes que estar ahí.

Finalmente, ¿qué mujeres emprendedoras se te vienen a la cabeza? Ahora mismo estoy viendo que van entrando mujeres, aunque siguen siendo pocas. En el mundo inversor tenemos a una Beatriz González de Seaya Ventures, por ejemplo. Carina Szpilka que trabaja con Arrola. María Eugenia Girón o Ana Muñoz... Pero, por ejemplo, estuve en Silicon Valley, para vender South Summit. Al principio nos recibieron una sonrisita de superioridad pero cuando vieron los números se sorprendieron. Pero la cosa es que eran solo hombres, ni una sola mujer. Las mujeres de estos no trabajaban, y llegué a la conclusión de que aquí somos más activas.

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