Vamos a salir un poco del mundo del coche, del automóvil, para tratar de expandir el concepto de innovación motor. La industria marítima tiene exactamente el mismo problema que el sector del automóvil cuando nos referimos a la contaminación y a la necesidad urgente de reducir las emisiones nocivas, pero además se está adoptando la misma solución: la electrificación de la flota.
La industria del transporte marítimo tiene el mismo desafío que la industria del automóvil: los estrictos estándares de emisiones.
Los fabricantes de barcos están moviendo posiciones para adoptar soluciones eléctricas o híbridas de cara a cumplir con la normativa anticontaminación. Al igual que en el sector del automóvil, es la única forma de ofrecer un medio de transporte ecológico, de nada sirve el gasto en desarrollar complejos motores diesel para reducir emisiones, mejor invertir en otras soluciones.
El problema más importante que tiene un coche eléctrico es la falta de autonomía, y los barcos eléctricos también lo heredan, por eso, los primeros barcos eléctricos tendrán el apoyo de un motor impulsado con gas para ofrecer una autonomía de varios cientos de kilómetros. Eso sí, el futuro está puesto en el barco 100% eléctrico, como en el sector de la automoción.
Las sinergias son muy interesantes hasta en los países que quieren promover este cambio. El primero en comunicarlo ha sido Noruega (un país pionero a la hora de introducir el vehículo eléctrico en sus carreteras).
Noruega ya tiene algunos barcos eléctricos que usa como transbordadores.
Este proyecto piloto noruego contempla la creación de diferentes tipos de barcos y la infraestructura necesaria para poder suministrar de energía a estos buques, desde barcos destinados al transporte de contenedores o combustible hasta nuevos puertos verdes.
Entre los diferentes tipos de barco que se estudiarán se encuentra un barco portacontenedores alimentado por un motor híbrido enchufable asociado a un propulsor de gas y a un sistema de baterías de alta capacidad. Este concepto quiere crear una solución de corta distancia que no emita partículas contaminantes a la atmósfera y al mar.
Pero no solo hablamos de barcos, sino que la infraestructura para su recarga es igual de importante. El proyecto contempla la creación de un puerto verde con un bajo consumo energético al emplear grúas y vehículos de carga totalmente eléctricos así como puertas inteligentes y centros para la recarga de las baterías.
Noruega quiere ser pionera en la transformación del sector de transporte marítimo como lo fue con el sector de la automoción, y tiene toda la pinta de que seguirá siendo un referente en electrificar industrias.