Hace mucho tiempo que venimos oyendo el termino Internet of Things (IoT), en español, el Internet de las Cosas. Es una revolución, que nos va a afectar tanto a todos como nos comenta en esta entrevista John Cohn, evangelista de IBM, o incluso no está afectando que hace pocas semanas decidimos explicar de qué se trata de una forma sencilla.

La que fue sin lugar a dudas la tendencia de la pasada IFA 2015, no es más que la dotación de una conectividad a Internet, y por tanto de inteligencia, a casi cualquier objeto cotidiano. Los elementos conectados a Internet dentro de nuestras casas hacen de ella en conjunto que hablemos de una smart home, y estas dentro de una ciudad, de una smart city.

Gracias al Internet de las Cosas, algún día podremos olvidarnos de hacer la compra. Nuestro frigorífico medirá constantemente los alimentos restantes en su interior y cuando detecte la ausencia de alguno de ellos, los encargará automáticamente al proveedor seleccionado. Y lo mismo ocurrirá con el resto de elementos del hogar: televisiones, luces, persianas, cortinas, calefacción, etc. Las principales compañías tecnológicas lo saben y han invertido miles de millones de dólares en este futuro modelo de negocio. Recordemos la compra de Google a Nest a principios del pasado año por 3.200 millones de dólares. Se está gestando una batalla en la que nuestra casa será el escenario principal.

Con el potencial del Internet de las Cosas nuestras ciudades también serán mucho más inteligentes, nuestro automóvil, por ejemplo, se comunicará con las señales de tráfico y actuará en consecuencia reduciendo las velocidades, avisándonos cuando sea oportuno, etc. También se comunicará con “centrales de tráfico” que analizarán los flujos de movimiento para distribuir la circulación de la forma más eficiente posible evitando atascos.

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