Uno se pregunta qué sería de las páginas web sin **los sistemas de gestión de contenidos o CMS, esto es, programas informáticos que habilitan una estructura de soporte o framework para elaborar y administrar lo dicho, contenidos accesibles en diferente grado para distintos tipos de usuarios, con diversos administradores inclusive. Se basan en una interfaz que dispone de una o más bases de datos en las que se aloja el contenido del sitio web, el cual puede ser tratado de forma independiente del diseño, de modo que no es preciso establecer un nuevo formato para el contenido cada vez que el diseño se modifica.

Las páginas web son fundamentales para la mayoría de las empresas, siempre acompañadas convenientemente por la promoción en las redes sociales, por lo que los CMS resultan de vital importancia para ellas: son lo que les permite dar su mejor cara al mundo. La gestión de contenidos es una mezcolanza de diseño, desarrollo, arquitectura de la información, integración con las redes sociales, mercadotecnia y, en especial, interés por lograr la mejor experiencia del usuario. Los CMS han avanzado en buena medida durante los últimos tres lustros, mientras que el modo en que los usuarios conforman, administran y entregan contenido continúa estable.

Los desarrolladores se sirven de los sistemas de gestión de contenido para ofrecer experiencias digitales únicas, con herramientas muy específicas, y aquello que ha acelerado la innovación de los CMS es, naturalmente, es el desarrollo de código abierto**: los desarrolladores aceleran su trabajo, que además pueden controlar más, sin esperar claves de licencia de proveedores y pudiendo testear una utilidad antes de comprarla; destaca la personalización y expansión de un CMS conectándolo con diversas aplicaciones, que han mejorado sus interfaces para que el uso se nos antoje más atractivo; y los procesos y útiles para el desarrollo se ha simplificado agradablemente, con recursos como la plataforma colaborativa para proyectos de software libre GitHub, la automatización, la integración, la agilización del codificado, el testeo y el despliegue, así como la ejecución de nuevos sistemas y de la virtualización.

Dicho todo lo cual, resulta indiscutible que el hecho de que los desarrolladores puedan trabajar con una mayor celeridad y eficiencia gracias al código abierto es bueno para los negocios.

Un poco de historia de los CMS

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Ya no muchas personas recuerdan o son conscientes del trabajo ímprobo que comportaba diseñar, desarrollar y mantener una página web antes de la existencia de los CMS: la conversión manual de documentos a HTML y cualquier corrección directa de los archivos, uno por uno, era muy laboriosa. Pero, como no es cierto que cualquier tiempo pasado fuese mejor, la dinámica de trabajo cambió radicalmente cuando los primeros sistemas de gestión de contenidos se vigorizaron con los adelantos en programación HTML, PHP e internet y gracias al progresivo aumento de compañías e instituciones que publicaban abundante contenido en la red y demandaban actualizaciones continuas o la posibilidad de personalizar sus sitios web. El número de estos se acrecentó desde los años noventa del siglo XXAntes de los CMS, diseñar, desarrollar y mantener una página web era un trabajo ímprobo con extrema rapidez, y entonces, los particulares desearon compartir también su propio contenido. De ese deseo y de esa necesidad surgieron los CMS que conocemos hoy.

La pionera CNET, una página de noticias tecnológicas, estrenó en 1995 su sistema para administrar documentos y publicaciones y la empresa que lo desarrolló, Vignette. En 1999, Xpedio fue presentado por IntraNet Solutions, y se le considera el primer CMS verdaderamente completo. Dos años después, se conoció Movable Type, un sistema de publicación de blogs producido por Six Apart; al tiempo, la jovencísima SilverStripe Limited lanzó SilverStripe, y nació la conocida **Drupal, que más tarde se pasaría al open source.

El progreso de la tecnología para internautas, que interactuaban cada vez en mayor número y con habilidad en blogs y redes sociales, condujo a la especialización y al propósito de despachar productos más simpáticos: Google compró Blogger en 2003, que Pyra Labs había desarrollado en 1998; el célebre e inigualable Wordpress nos llegó en enero de 2004, los menos conocidos Made Simple y Textpattern, meses después, y en septiembre del 2005, el famoso Joomla**.

Lo mejor en gestión de contenido

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Los CMS más reconocidos son Wordpress, Joomla y Drupal. Los tres están basados en el lenguaje de programación PHP y en el sistema de gestión de bases de datos MySQL, y cuentan con montones de opciones para desarrolladores y usuarios. Pero, cuando se ha de elegir una de estas plataformas, lo mejor es conocer lo compleja que puede ser su instalación, si las plantillas y accesorios, extensiones o plugins de que disponen son suficientes para nuestras necesidades, facilidad de uso, personalización y actualizaciones, etcétera.

Durante la instalación de Joomla, y a diferencia de lo que ocurre con Wordpress y Drupal, uno debe especificar el nombre de la base de datos, puede comprobar la configuración antes de que concluya el proceso y escoger si su sitio web estará online tras el mismo. Además, el programa de instalación precisa que se elimine la carpeta del Para elegir un CMS, hay que conocer su facilidad de uso, sus posibilidades y si cubre nuestras necesidadescódigo de esta una vez haya terminado. Esta plataforma no facilita datos acerca del número de plantillas o temas de que dispone, pero sí de que cuenta con más de 7.200 plugins. En su página de administración, uno se pierde de entrada con tantos menús desplegables, verticales u horizontales, y repletos de opciones; su interfaz es elegante en comparación con la de Drupal, por ejemplo, y está más orientada a un control exhaustivo. Se puede actualizar desde el servidor, pero no siempre se puede recurrir a ese método, así que existe la opción de seleccionar un archivo de actualización e instalarlo manualmente. Resulta interesante, por último, la posibilidad de editar la plantilla sin conexión.

No pocas personas creen todavía que Drupal es una plataforma que entraña especial dificultad en su proceso de instalación e incluso a la hora de utilizarla, pero ya no es así, porque sus responsables apostaron finalmente por la sencillez en todos los ámbitos. Ahora, tras la descarga de los archivos y su descompresión y de colocarlos en la carpeta raíz del servidor, el software hace su trabajo. Pero hay que crear una base de datos y, como en Joomla, especificar el nombre y la contraseña. Por otra parte, en la actualidad dispone de más de 1.300 temas y unos 17.400 módulos gratuitos, que es como llaman a los plugins en esta plataforma. Además, la interfaz de usuario muy sencilla, con una barra de menú superior que contiene los aspectos importantes del sitio, incluyendo una lista de publicaciones y comentarios, y el resto de enlaces en el menú son muy intuitivos. Pero hete aquí que el único modo de actualizar cualquier elemento de Drupal es manualmente, lo que conlleva cierto riesgo, hasta el punto de que, si no funcionara, podría perderse la página web al completo, lo que hace conveniente la ayuda de expertos si uno no lo es. Y no cuenta con ningún apoyo para personalizar el tema, así que es necesario instalar algún módulo que sirva o realizar la personalización sin conexión.

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Al contrario de lo que sucede con Drupal, Wordpress tiene fama de ser el CMS más fácil de utilizar de entre estos tres, y tal fama es merecida. Requiere idéntica información que Drupal y Joomla, pero no lo parece: se crea el archivo config.php con todos los datos precisos y luego sólo falta iniciar la instalación. La comunidad de Wordpress deja clara su presencia con los más de 2.000 temas y más de 39.200 plugins disponibles. La interfaz esLa sencillez es la reina de la casa del software, y a ello se debe la gran popularidad de Wordpress sencillísima, incluso para los primerizos, porque en las de Joomla y Drupal utiliza un lenguaje más técnico. Por otro lado, Wordpress también dispone de actualizaciones en línea, y alerta cada vez que hay una pendiente, si bien la vía manual sigue siendo una opción. Y una de las características más atractivas es la edición de archivos en línea, con la que uno puede personalizar su plantilla y e incluso plugins editándolos directamente. En verdad, aunque Joomla es más interesante en el sentido de que tantos controles hacen posible que uno administre su web en mayor medida, la sencillez es la reina de la casa del software. A ello se debe la gran popularidad de Wordpress frente a las otras dos plataformas, y a que, si en algún momento se descubre algún fallo en este CMS o algún otro tipo de problema, uno puede estar seguro de que la bulliciosa comunidad de desarrolladores que tiene detrás se remangará para encontrar una solución en menos que canta un gallo. Quizá exagere con la prontitud, pero lo cierto es que la experiencia ha demostrado que no pararán hasta haberlo conseguido.

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