Los nuevos negocios, principalmente las startups, se enfrentan a un reto que sus antecesores no han tenido, o al menos lo han sufrido en menor medida. En un mundo en el que la mayor parte de los jóvenes prefiere perder el sentido del olfato a dejar de usar la tecnología, en el que el vídeo se ha convertido en la herramienta más utilizada para comunicarse o donde la tecnología es lo que está rigiendo la manera de relacionarnos y la formación de las nuevas empresas, la innovación y la conectividad para emprender son necesarias.
Bajo esta premisa, Alejandro Corona, director de marketing en Aspel y bajo el marco del evento Aldea Digital 2015, ha dado algunas claves para emprender a partir de las reglas de juego que tenemos hoy en día. La primera de ellas es bien básica: la estrategia. Es decir, decidir a dónde queremos llegar, definir nuestros objetivos y a quién nos queremos dirigir. Pero esto no es nada nuevo, ya que como comenta Alejandro:
"Esta estrategia debería seguirse en cualquiera de las etapas de la vida de cada uno, y de cualquiera de las empresas que se funden."
Y dentro de esta primera fase está el objetivo de encontrar los sueños de nuestro público. Algo que puede sonar un tanto onírico es la clave de lo que nos de el éxito en el futuro. Tenemos que saber qué es lo que quiere nuestro target, tenemos que crearles un "bienestar", darles un valor añadido. Para averiguarlo es tan simple como investigar en las redes sociales y creando comunidades en torno a nuestros objetivos.
En busca de la creatividad
¿Pero cómo creamos comunidades o llamamos la atención sobre nuestro objetivo? La respuesta es siendo creativos. Todo el mundo lo es, y mucho, aunque no lo crea. De media tenemos 70.000 ideas a lo largo del día, lo que representa 48 pensamientos por minuto, y si aprovechamos una dos de todas esas ya tenemos el día hecho. La clave es estar atentos a ellas y aprovecharlas en función de nuestras necesidades.
"Hay que experimentar con la tecnología y romper barreras con ella"
Cuando más sencillas sean las ideas, mucho mejor será el resultado. Cosas básicas, que todo el mundo pueda entender, que sean aplicables a cualquier entorno y contexto. Ideas incluso que sin necesidad de tener un audio puedan ser perfectamente comprensibles. Ideas, que como dice Alejandro Corona, que "cuenten historias, historias sobre nuestro negocio o nuestra marca, porque al consumidor le fascinan las historias".
A partir de esta creatividad podemos ir un paso más allá: innovar. Siguiendo la regla de crear productos que rompan con los paradigmas del mercado siendo capaces de colocarlos en una conversación social, con lo que retomamos de nuevo las importancia de las redes sociales y su uso. Teniendo siempre en cuenta que las audiencias no son grandes en un primer momento, hay que llegar a ellas, cuidarlas, mantenerlas y por supuesto intentar aumentarlas. Aunque tengamos una conversación con una sola persona en Twitter o Facebook, esta la puede leer un sin fin de personas, que a la ven son leídas por otras tantas. Estamos creando entonces nuestra comunidad.
Experimentar para triunfar
Hay que cambiar la mentalidad respecto a algo que ya tenemos encima. La tecnología no es que sea necesaria, es esencial. Sin tecnología no podemos ni crear, ni innovar, ni emprender, nada. Y como tiene que estar ahí, hay que explotarla lo máximo posible. Existe por tanto una salida:
"Traten nuevas metodologías, busquen resultados que les gusten, y si gusta no lo cambien. Todo aquel que crea que tiene una oportunidad, y que puede hacer mejor el trabajo, que lo haga. Hay que experimentar con ello."
Porque al final, el reto es poder tomar lo mejor de la tecnología y aprovecharnos de ella para imaginar, emprender, crear e innovar.