coches eléctricos

Photo by Lauren Bonar Swezey / Facebook

Casi todos los fabricantes de vehículos eléctricos, sino todos, mantienen que cuando tu batería pierda el 30% de su capacidad, te la cambian, porque significaría que tu coche no puede recorrer el 100% de los kilómetros que podía circular sin necesidad de una recarga cuando lo compraste, tan solo tendría capacidad para un 70%, una cifra que puede ser insuficiente. Aunque muy, muy pocos casos se han dado todavía, los fabricantes tienen en su hoja de ruta que antes de 2018 ya existan un buen número de baterías de coches eléctricos a medio uso en un almacén, unas baterías que pueden ser muy interesantes en otros campos.

Un grupo de investigadores del Laboratorio Nacional de Energías Renovables de Estados Unidos (NREL) están trabajando sobre esta idea: los posibles usos que se le puede dar a una batería de un coche eléctrico, y es que un 70% de capacidad es todavía mucho para según qué usos. El que suena con más fuerza es que puedan ser usadas para, en las horas con mayor consumo energético, que puedan ayudar a la red eléctrica a suministrar energía. El método sería sencillo: en las horas valle se cargarían al completo (como mucho un 70% sobre su capacidad inicial recordemos) y si la red demanda más energía de la que podría generar, se usaría la almacenada en estas baterías.

Como es evidente, se necesitaría de una gran cantidad de baterías, pero si tenemos en cuenta la cantidad de coches eléctricos que circulan ahora mismo por las carreteras, no es descabellado pensar en esta posibilidad. Además, estas baterías no tendrían mucho trabajo y fuera de las épocas con mayor probabilidad de apagones por falta de suministro eléctrico, podrían ser usadas para otras funciones como reducir el coste de la luz en el tramo más caro al poder usar la energía almacenada en estas baterías, cuyo origen podría ser 100% renovable y además en horario valle.

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De esta forma, los investigadores estiman que a cada batería se le podrían sacar hasta otros 10 o 20 años de vida ya que su estrés no será tan elevado como al que está sometido cuando funciona en un vehículos con multitud de cargas y descargas parciales. Una vez ya no puedan seguir dando servicio, es cuando pasarían a ser recicladas y volverían a ser instaladas en los coches de próximas generaciones, siempre y cuando la tecnología siga siendo compatible.

Las conclusiones finales de este estudio no se conocerán hasta finales de este año, cuando los investigadores hayan podido aclarar cuál es la vida estimada de las baterías cuando ya no son usadas por coches eléctricos. De este dato depende la viabilidad de los proyectos de segunda vida para las baterías puesto que si no alcanzan un número mínimo de años, ninguna empresa querrá usarlas en este tipo de proyectos.

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