Ditty_about_summer | Shutterstock

Por lo general, las fotografías de paisajes no suelen gozar del mismo prestigio que, por ejemplo, las de retrato. El motivo es que suele ser una vertiente más vinculada con imágenes convencionales, que requieren de menos técnica y basadas en capturar objetos más estáticos que dinámicos. Eso no es cierto.

Profesionales como Ansel Adams se encargan de demostrárnoslo. El creador del sistema de zonas desarrolló una gran habilidad para captar imágenes paisajísticas, algo que le llevó a convertirse en el fotógrafo por excelencia de este campo. Su técnica y delicadeza a la hora de configurar una escena eran los ingredientes necesarios para obtener los buenos resultados mostrados en sus tomas.

Ansel Adams

Como hemos mencionado al principio, cuando pensamos en fotografías de paisajes solemos atribuirlo a imágenes estáticas, pero eso tampoco es verdad. Todo lo que contemplamos en el marco de la toma adquiere una gran importancia, desde el leve movimiento de una hoja hasta cómo de avivado se encuentra el oleaje durante ese momento. En función de todos aquellos objetos deberemos confeccionar los valores de ISO, apertura y obturación necesarios, aunque también dependerá de lo que queramos conseguir.

Somos nosotros los que con nuestras imágenes debemos romper con muchos de los prejuicios escritos sobre las fotografías de paisajes. No son aburridas, ni tampoco se encuentran exentas de una gran técnica, algo que podemos demostrar teniendo en cuenta algunos de los siguientes consejos.

Profundidad de campo

Dave Allen Photography | Shutterstock
Dave Allen Photography | Shutterstock

La profundidad de campo es uno de los grandes elementos a tener en cuenta cuando tomamos fotografías de paisajes. Habitualmente solemos abrir el diafragma lo máximo posible, lo que nos lleva a conseguir la máxima luminosidad posible y un bonito bokeh. Sin embargo, eso no ocurre con este tipo de fotografía.

Así, se recomienda emplear una apertura cerrada que suele rondar f/11, algo especialmente pensado para evitar aberraciones y obtener la máxima calidad posible de nuestra toma. Es decir, se trata de que todo esté enfocado y de que podamos apreciar con todo detalle aquello que capturamos. Asimismo, debemos recordar que cuanto más elevado sea el número de apertura, más profundidad de campo tendremos, lo que es perfecto para este tipo de imágenes.

Relacionado con este punto también encontramos el concepto de la distancia hiperfocal, la cual dependerá del objetivo y la apertura que vayamos a utilizar. Existe la creencia popular que en las fotografías de paisajes se debe enfocar al infinito, pero eso es algo erróneo. Lo ideal es calcular la distancia hiperfocal de nuestro objetivo para así obtener la mayor nitidez posible. Tampoco necesitamos hacer complejas ecuaciones, tenemos recursos como la calculadora de DOFMaster que nos facilitan mucho este trabajo.

Elige el objetivo adecuado

cinegear
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Las lentes recomendadas para este modo de fotografías suelen ser los angulares, pero no los grandes angulares. Estos últimos provocan que la imagen resultante se encuentre curvada a causa del amplio ángulo que abarcan, lo cual no es muy propio si deseamos jugar con las líneas y el horizonte de la toma.

Por ello, es recomendable que nuestro objetivo tenga una distancia focal mínima de unos 20mm, lo que nos ayudará a reducir toda distorsión en el cuadro. No obstante, también debemos estar precavidos en lo que al factor recorte se refiere, ya que a efectos prácticos podríamos estar empleando una distancia focal diferente de la que nuestra lente promete.

Composición

Dave Allen Photography | Shutterstock
Dave Allen Photography | Shutterstock

Al igual que en casi todo tipo de fotografía, en la paisajística también es de suma importancia la composición. El horizonte es uno de esos puntos clave, ya que en función de donde lo situemos le daremos más o menos relevancia a una zona de la imagen. Eso sí, nunca en el centro (bueno, eso dicen, pero al final todo depende de nosotros).

Tenemos que controlar los puntos de fuga, hacer que todas las líneas dirijan la mirada del espectador a aquella área en la que estamos interesados. Asimismo, también está la opción de usar diferentes elementos de la escena para crear marcos naturales.

La luz adecuada

Fesus Robert | Shutterstock
Fesus Robert | Shutterstock

Es algo a lo que Ansel Adams otorgaba una gran importancia, y si hay alguien que podemos tomar como modelo para hacer fotografías de paisajes, es él. Se trata de observar la escena y valorar la iluminación adecuada para la imagen. En función de la hora del día, las sombras y luces serán diferentes, lo que también afectará a la foto final.

Existen dos momentos del día considerados como los mejores para hacer fotografías: cuando amanece y cuando atardece, los que popularmente se han llamado como horas mágicas

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