A mediados de la década pasada empezó a verse una tendencia entre la moda, seguida por la industria de lifestyle y de deportes, de ir, poco a poco, convergiendo hacia el modelo tecnológico que comenzó Nike un 13 de julio de 2006 con el lanzamiento de la mano de Apple de Nike+iPod, una marca y un ecosistema que ha ido poco a poco adquiriendo identidad propia convirtiéndose en el epicentro tecnológico de la compañía.

Ahora, con la burbuja del deporte como excusa y no como fondo, las marcas de deportes y estilo de vida están prestando una especial atención a la tecnología y a lo digital como un conjunto en el que se fusionan sus productos con la tecnología.

Como en todo nuevo campo, la moda de los runners early-adopters dando la tabarra en Twitter duró lo suficiente como para que poco a poco la fusión de las empresas de estilo de vida y la tecnología calara entre la masa de los usuarios y el resto de fabricantes empezase a pensar que, a lo mejor, eso de vender zapatillas sería más atractivo si te miden los pasos que das.

La marcas de deportes empezaron a entrar en la tecnología con los cuantificadoresLos runners de twitter empezaron a cansarse de twittear chorradas y poco a poco esta tendencia se convirtió en natural y dio paso a esos tres o cuatro años en los que las pulseras cuantificadores y los cuenta pasos en las zapatillas arrasaban el mercado (algo también de agradecer, como no, a Nike y su FuelBand). Todos los fabricantes de deportes querían vendernos las bondades de la suya, y al final, solo unos pocos se quedaron en el mercado esperando que llegase su momento entre el gran público. Al final, en esta historia, llegaron los smartwatches en el mercado y las pulseras cuantificadores siguen en tierra de nadie esperando superar el nicho de techies y aficionados al deporte.

En este contexto, con las marcas de lifestyle entrando el terreno de la tecnología, y ya no hablemos de las apps móviles, todavía faltaba una variable en la ecuación para que esta tendencia convergente acabase de despegar: el apoyo y total respaldo de los fabricantes de tecnología y móviles.

For here or to go? #justdoit

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Pero claro, el romance los fabricantes de móviles para apoyar y ayudar a las compañías de estilo de vida duró lo justo para que los fabricantes se diesen cuenta que es más fácil que ellos hagan directamente todo el trabajo. Y así es como la tecnología, que ya tenía mucho de lifestyle, entró de lleno a convertirse, precisamente, en lifestyle, en un símbolo de estatus, un icono de moda, y un producto totalmente alejado del ordenador gris y del año de linux en el escritorio.

Llegados a este punto, dejan de importar las especificaciones técnicas, y en su parte más conceptual, las funcionalidades que sobrepasan más allá del uso común. Tecnología que deja al hardcore user de lado y se va de la mano con la mayoría de los usuarios que hasta ahora han reunido de la tecnología como forma de vida. Ahora los fabricantes de tecnología y móvil ya no apelan, siguiendo la estela de Apple, a la funcionalidad. La forma de vender un producto tecnológico cómo un móvil está en el apego a las emociones, al marketing emocional más que a cualquier otro planteamiento tecnológico. Echemos un vistazo al último anuncio del S6:

YouTube video

Exacto. ¿Quieres más ejemplos? Echa un vistazo a estos dos anuncios, ambos la misma compañía (tecnológica):

¿Acaso pensábamos que la entrada de Angela Ahrendts en Apple tenía que ver con la tecnología? No pocos medios se atrevieron aventurar por aquel entonces que el futuro de la compañía estaba más en el lifestyle que en la tecnología. De hecho, ahora con la llegada del Watch y la puesta a punto de los Mac casi diría que ni una cosa ni la otra. Apple se ha convertido en la convergencia entre el lifestyle y la tecnología, una compañía en la que tanto el estilo de vida como las herramientas que lo hacen posible son iguales de importantes, y si me permiten, de imprescindibles.

Las tecnológicas ya son compañías de lifestyle más que de productoLas compañías tecnológicas se han dado cuenta de una verdad tan importante para el futuro de la industria que está cambiando la forma en la que se diseñan tanto sus productos como el software que los acompaña. Vender tecnología como símbolo de status y no como satisfacción de necesidades básicas. La escala más alta de la pirámide de Maslow que desde 2007 ha cambiando la industria para siempre. Todos quieren su hueco en el mercado.

Hasta ahora, la fusión entre el lifestyle y la telefonía móvil ha llevando por bandera la convergencia entre ambas disciplinas. No obstante, la llegada de una nueva categoría de producto está haciendo que se vuelvan a replantear los cimientos de la tecnología, y que se utilice todo lo aprendido con los móviles y con las laptops. La llegada de los smartwatches, que son la fusión de todo este camino andado.

La fusión de las pulseras del principio, de los smartphone, de los portátiles ultrafinos de color dorado, del deporte como estilo de vida en fusión con la joyería y lujo. Del pago en Starbucks desde la muñeca y de reproducir nuestra música en salón desde el reloj. La tecnología ya no es solo tecnología, es mucho más. Y es maravilloso:

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