Se apagan las luces de la sala. La película comienza, han pasado unos cuantos minutos y los personajes cantan, y así el resto del film, a la menor provocación. Esta fórmula parece cansar a muchos, y es la justificación que dan cuando explican por qué no les gustan, o incluso odian, los musicales. En lo personal, solía usarla para decir con toda pompa, no sin cierto aire de suficiencia, "claro que no me gustan los musicales, es más, los odio".

Annie es el primer musical que voy a ver sin recurrir a ese gastado, y poco cierto, argumento. Es decir, abandoné cualquier intento de repudiar a los musicales puesto que mi posición en contra se volvió obsoleta. ¿Cómo ocurrió esto? Me explico.

¿Cuántos musicales te gustan? Haz la prueba.

¿Cuántos musicales te gustan? Haz la prueba, puede ser que repases en tu mente y en verdad no haya uno. Pero, también es probable que haya un colado, ese musical incómodo que querrás explicar con: bueno es que, la música la hizo tal o es que los arreglos son geniales. No más explicaciones.

Cuando hice esta recapitulación encontré al menos 6 musicales, ¡Seis! Entonces mi frase desdeñosa hacia los musicales comenzó a descascararse. Los que recordé fueron los siguientes: Rocky Horror Picture Show, Pink Floyd The Wall (pues sí, es un musical), The Blues Brothers, la sangrienta Sweeney Todd de Tim Burton, la bizarra Repo The Genetic Opera y la bellísima Across The Universe. Salvo esta última, casi todas las anteriores son rockeras, oscuras, estrafalarias, de horror. Luego, más musicales siguieron apareciendo en la lista, como Moulin Rouge y Rent. Y, como es la costumbre en los musicales, una canción a la menor provocación:

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Let it Go

La anterior canción era la imagen que tenía de “Anita la Huerfanita” como se le llamó en México, y que tiene una gran tradición en el teatro en este país, con varias puestas en escena. Lo mismo en otros países de América, Europa e, incluso, Australia. El musical está basado en la tira cómica: Little Orphan Annie de Harold Gray y se publicó durante muchos años, desde 1924 hasta 2010. Mi crush por los musicales no llegó tan lejos, de hecho hay muchos musicales tradicionales que no me encantan, tanto así que llegan a parecerme algo bobos. Entonces vi esto en el cine con mi hija:

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Ver Elsa empoderada, haciendo su propio castillo, liberándose, tirando la tiara de reina al piso y cantando esa frase me emocionó tanto como a mi hija (incluso más, para su vergüenza), y los muchos seguidores de Frozen. 'Let it Go' se convertiría en un fenómeno para encanto de muchos y desgracia de muchos otros. La frase emblema de Elsa me hizo recapacitar en mi frase hecha y repetida por pura costumbre: no me gustan los musicales, es más, los odio. Sí, ya era obsoleta. Puede ser que esta confesión sea tildada de cursi, sé que lo es, y lo acepto.

También me di cuenta que he visto muchos más capítulos de Glee de los que podría aceptar en público, que los videojuegos que más me gustan son los que tienen que ver con música. Que Hairspray me pareció morbosamente divertida. Que conozco las letras de Grease en inglés y en español. Que los musicales animados también son mi debilidad como Nightmare Before Christmas, Corpse Bride y el Libro de la Vida. En fin, la frase repetida ya era historia, así que la cambié: Sí, me gustan los musicales, es más, me encantan.

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Como cualquier otro género

Hay una escena en Shrek, en la primera, en que Burro quiere cantar una canción y el ogro protagonista lo calla de tajo, Burro, que no entiende de los no, lo vuelve a intentar para conseguir el mismo resultado. Así puede resumirse cuando alguien intenta recomendar un musical, y aquí habría que hacer una anotación: como todo género, no todo es bueno y, por lo mismo, no por ser musical todo es malo. Así, hay musicales muy alegrotes, incluso cursis, pero también los hay divertidos, oscuros, rockeros, bien hechos y los hay malísimos. Como cualquier otro género.

Como todo género no todo es bueno y, por lo mismo, no por ser musical todo es malo

El video anterior es de la ópera rock puesta en escena por el músico José Fors, en México. Asistir a una obra de teatro musical es una gran experiencia, en este caso genial. Años más tarde, Fors montó **Orlok, también musical y basado en la historia de Drácula. Una vez más me di cuenta de algo obvio: las obras musicales de teatro sí me gustaban, clásicos como Cats, El Mago de Oz, Wicked o modernos como Hoy No Me Puedo Levantar o los musicales de Fors. Y que la ópera también me es fascinante, por tanto, no era posible que despreciara los musicales si el cine permite otras cosas, propias de ese arte, que enriquece las historias y la experiencia visual.

Annie 2014

Así, al estreno de esta película de Will Gluck asistí sin el prejuicio que tantas veces ostenté. La versión moderna de este musical clásico, protagonizado por la genial Quvenzhané Wallis y Jamie Foxx, resulta un acierto. No solo está muy bien hecha, es inteligente, divertida y los arreglos musicales muy buenos (dije lo mismo que solía decir, pero ahora no es una justificación). Pese a que sabemos que por su corte “para toda la familia” será digerible, predecible (vamos, sabemos de antemano que tiene un final feliz), existen varios guiños que los seguidores confesos (y enclosetados) de los musicales, agradecerán.

Quvenzhané Wallis vale todo Annie, ella es la actriz más joven nominada al Oscar por su actuación en Beasts of the Southern Wild

Quvenzhané Wallis, es estupenda. Recordemos que esta pequeña es la intérprete de Hushpuppy en Beasts of the Southern Wild, y que por este papel ella se convirtió en la actriz más joven nominada al Oscar, con nueve años de edad; esto, en la entrega 85ª de la Academia en 2013. También participó en 12 Years a Slave, ganadora de ese año a la Mejor Película.

Como decía, esta chica da una cara nueva al personaje de Annie. Wallis vale toda la película, aunque el nuevo guión no hace que su personaje evolucione mucho. Ella estuvo nominada a Mejor Actriz, por este papel, en la pasada entrega de los Globos de Oro. Así como la canción Opportunity en la categoría a Mejor Canción Original. Con Jamie Foxx interpretando al multimillonario que abre su corazón porque Annie entra en su vida y una Cameron Diaz que da vida a una moderna señora Hannigan, Annie se disfruta mucho en cine pero nada más. En este caso se trata de un musical alegre, simpático y muy cursi, como debe ser, que no despegará más allá de ser una película "para toda la familia". Como decía líneas arriba, no por ser musical es malo, y no todo musical es bueno. Éste es el caso, aunque por fin puedo decirlo con conocimiento de causa y no como respuesta automática.

Así que, si decides abrir tu pecho y confesar que te gustan los musicales, como si lo haces desde hace tiempo, esta es la oportunidad. (¿Lo hice bien?)

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