Windows Phone no despega. Y eso es un hecho más que confirmado. La plataforma ha avanzado durante los últimos años en todos los aspectos excepto en uno: la cuota de mercado. Han logrado aumentar sensiblemente el porcentaje en las estadísticas mensuales/trimestrales, sí, pero sigue siendo muy inferior al de Android y iOS, las dos plataformas líderes del sector actual. Y estoy convencido de que esta no es una situación que agrade a Microsoft –y mucho menos a los partners de esta compañía–.
Esta situación está causada por una serie de errores sucesivos por parte de Microsoft, los cuales ya comentamos hace varios meses en ALT1040. No obstante, a pesar de ellos, hay una vía que podría salvar a Microsoft y Windows Phone: los mercados emergentes.
A Microsoft se le agotan las balas
El público que encontramos en los mercados emergentes es un público que aún utiliza los clásicos feature phones. Es un gran mercado móvil (el número de usuarios potenciales es de varios billones), pero en el que la penetración del smartphone es muy baja. Asimismo, las infraestructuras de conexión de datos no están tan desarrolladas como en otras zonas del mundo, lo que limita considerablemente el desempeño de los smartphones actuales. Y por último, el poder adquisitivo de los mercados emergentes también es considerablemente inferior al del resto del mundo, por lo que, lo que aquí consideramos un smartphone de gama baja asequible para la gran mayoría del público, allí es un objeto al que solo algunos privilegiados pueden tener acceso.
Todas esas características hacen que los mercados emergentes sean una gran oportunidad para Microsoft y Windows Phone:
- La oferta de aplicaciones no es tan determinante. Al no estar acostumbrados a los smartphones y sus posibilidades, no demandarán una gran cantidad de aplicaciones (que sigue siendo uno de los puntos débiles de Windows Phone). Tan solo las principales (como Twitter, Facebook y otras apps de mensajería instantánea), las cuales sí están disponibles para la plataforma de Microsoft.
Un gran público que puede proporcionarles tracción. Al ser un público que aún no posee smartphones, Microsoft lo tiene mucho más fácil, pues no se trata de robar usuarios a otras plataformas, sino de construir una base de usuarios desde cero, algo mucho más sencillo teniendo en cuenta la situación de desventaja desde la que parte Microsoft. Si logran crear esa base de usuarios, lograrán tracción
En gama baja, Windows Phone es muy fuerte. Nokia hizo un excelente trabajo con el Lumia 520; y en 2014, tras integrarse en Microsoft, seguimos viendo productos de gran calidad como el Lumia 530, Lumia 630/635 y algunos superiores como el 730/735 y el 830. Todos ellos a precios bastante competitivos –especialmente Lumia 530/630/635–, algo que, teniendo en cuenta el bajo poder adquisitivo del público de los mercados emergentes, es muy importante. Todo ello sin perjudicar la experiencia de usuario, la cual es realmente buena en todos ellos –posible gracias a la excelente optimización de Windows Phone–.
No obstante, los mercados emergentes no van a estar siempre en esta situación de standby, a la espera de Microsoft los convierta en una mina de oro. De hecho, rivales de los de Redmond como Google, ya están posicionándose para atacar esos mercados con productos como Android One, una serie de dispositivos de gama baja y precio reducido.
Así pues, Microsoft necesita reaccionar sí o sí**. Personalmente, creo que tienen productos muy superiores para atacar sos nichos de mercado, por lo que solo es cuestión de plantear una estrategia definida e intentar llevarla a cabo lo antes posible. Sus rivales están despertando, y si lo hacen, Microsoft lo tendrá realmente difícil para hacerse con los mercados emergentes y, al mismo tiempo, para hacer que Windows Phone despegue por completo. Esta es, muy probablemente, la última bala en la recámara de Microsoft.