Surface 2

Desde hace varios meses me vengo preguntando cuál es el sentido de que Nokia compita contra Microsoft en el mercado de tabletas con Windows RT 8.1 tras el anuncio de la compra de la compañía finlandesa por parte del gigante informático. He querido esperar a la presentación oficial del producto para saber si Nokia tenía algún as bajo la manga que diferenciara su dispositivo en el mercado, pero no ha sido así, por lo tanto, ¿tiene sentido que la Nokia Lumia 2520 compita contra la Surface 2?

Para encajar las piezas de este rompecabezas nos tenemos que remontar al pasado mes de septiembre, cuando Microsoft anunció de forma sorpresiva la compra de la división de dispositivos, servicios, licencias y patentes de la finlandesa. En el anuncio oficial se confirmaba que el acuerdo se cerraría a principios del 2014, precisamente cuando Steve Ballmer tendrá que anunciar a su nuevo sustituto como CEO de Microsoft, ¿casualidad?

Muchos se ha especulado sobre que iba a pasar con la familia de teléfonos Nokia Lumia con el sistema operativo de Microsoft, si se eliminaría el distintivo de Nokia, si se cambiaría el nombre o multitud de ideas que aún flotan en el aire sin confirmación alguna. Para el caso de la telefonía, aunque con dudas, la cosa estaba más o menos clara, pero pocos pensaron en qué pasaría con la división de tabletas en la que Nokia estaba trabajando desde hacía varios meses de forma secreta. Personalmente veo poco sentido en rivalizar con la empresa que ha comprado tu marca en un mercado donde precisamente donde lo que más necesita es tener menos rivales.

Desde siempre se ha argumentado que Nokia no había lanzado su tableta con Windows RT con anterioridad porque no se mostraban optimistas con el sistema operativo que montaban los procesadores ARM. Ahora que Microsoft acababa de lanzar su nueva familia de dispositivos Surface, mejor posicionados en el mercado, con algo más de renombre y con la intención de mejorar mucho las ventas de la primera generación, Nokia lanzaba tan sólo unos días después una tableta que no sólo recordaba mucho a la de Microsoft, sino que además la iba a quitar claramente cuota de mercado.

Surface 2

Entre las muchas preguntas que me vienen a la cabeza destacan la de por qué Nokia no ha esperado a cerrar el acuerdo de compra con Microsoft para lanzar una tableta bajo el nombre de la marca estadounidense o por qué no la ha dejado estar prácticamente en exclusividad en un mercado donde aquel que quiera comprar un dispositivo con Windows RT tenga que centrarse solamente en Surface.

¿Más es mejor con Windows RT?

La única respuesta que encontraría sentido a toda esta maraña de preguntas, es la de que para Microsoft la continuidad en el mercado de Windows RT es mucho más importante que el éxito de su tableta con procesador ARM. Una difícil elección desde luego, pues parece bastante claro que por mucho que quiera seguir apostando Microsoft por esta arquitectura, los consumidores finales mirarán hacia otro lado.

La entrada de Nokia en este paupérrimo mercado el cual se caracteriza por tener la posibilidad de vender dispositivos táctiles más baratos con un aumento considerable en la duración de las baterías, podría ser un soplo de aire fresco. Miles de consumidores se sentirían atraídos simplemente por el potencial de las ideas que está generando Nokia en los últimos meses.

Surface 2

Todo esto me parece una estrategia desesperada de dos compañías que serán una en poco tiempo, para salvar una idea que desde el principio resultó ser errónea. Posiblemente uno de los golpes más duros que ha recibido Windows RT fue la aparición de la nueva generación de procesadores de Intel Bay Trail enfocados en el aumento de potencia disminuyendo considerablemente el consumo de energía. Además, recordemos que estos procesadores tienen arquitectura x86 por lo que no tendríamos ningún tipo de incompatibilidad a la hora de instalar programas en el escritorio.

Veremos que pasa en los próximos meses, parece claro que Microsoft seguirá transportando la carga de Windows RT a sus espaldas al menos hasta que presenten su próximo sistema operativo. Personalmente, viendo el número de ventas y la aceptación del consumidor final no creo que vuelvan a esta arquitectura en el futuro. Ha sido una mala idea, los socios de hardware no apuestan por ella, pero el gigante informático tendrá que seguir dándole todo el soporte necesario para ese pequeño público a cualquier precio, incluso compitiendo con Nokia en el mercado.

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