Después de nuestra reseña de la Surface RT quedó claro que a Microsoft se le habían quedado algunas cosas en el tintero, entre ellas ofrecer la experiencia "completa" de Windows a todos los niveles y refinar Surface como producto para llegar tanto al usuario ocasional que sólo quiere un tablet para movilidad para el que quiere un híbrido con Windows 8.Antes de empezar a fondo con el análisis de Surface Pro conviene darle un repaso a las características técnicas del producto. No sólo porque van a definirlo en mayor medida sino por qué también nos sirven para hacernos una de lo que le podemos pedir y lo que no a Surface como producto.

Las dimensiones son de 275 mm de ancho por 173 mm de alto en 13 mm de grosor. Cuenta con una pantalla de 10,9 pulgadas en formato 16:9, la tecnología de la pantalla es LCD con IPS, detalle importante porque mejora exponencialmente los ángulos de visión del dispositivo y el recubrimiento es en Gorilla Glass 2, todo con una estupenda resolución de 1920 x 1080 resultando en una densidad de 208 píxeles por pulgada.

Monta 4 GB de RAM y un procesador Intel Core i5 Ivy Bridge. En el disco duro tenemos dos opciones bien 64 GB (Windows 8 los deja en 29 GB útiles) o 128 GB (89 GB útiles), ambas pueden auemntarse por medio de ranuras para tarjetas microSD. La gráfica es integrada Intel HD 4000.

Cuenta con un sólo puerto USB 3.0, salida para la televisión y Bluetooth 4.0. La cámara frontal es de 1 Megapíxel con resolución 1280x720 y grabación de vídeo a 720p

Decir que es un portátil sería sobrevalorarla, pero decir que sólo es un tablet es quedarse corto y en ese terreno ambiguo y nuevo a la vez es donde se mueve Surface Pro y, por tanto, toda nuestra reseña.

Lo que la Surface Pro es, lo que no es y lo que aspira a ser

El problema con un producto tan nuevo como Surface Pro es que la principal duda para muchos, y con razón, es no saber exactamente en qué categoría de producto entra. En el caso de la Surface RT teníamos un producto que se quedaba, técnicamente, como un tablet con procesador ARM al que le podíamos unir un teclado y donde la usabilidad estaba por tanto lejos de ser la experiencia completa de Windows 8.

Surface Pro review

Pero esto no ocurre en el caso de la Surface Pro donde tenemos potencialmente todo un portátil ultraligero con todas las prestaciones técnicas necesarias para ejecutar en él lo que se preste, desde juegos a suites de ofimática.

Conviene por tanto analizar qué tal se comporta Surface Pro como un portátil convencional, como un tablet y sobre todo como ambas que es, al fin y al cabo, lo que realmente es

Como portátil

Surface Pro cuenta con dos tipos de teclado: Touch Cover y Type Cover, que podemos unir para convertirla en un portátil convencional. De hecho, y dado que el grosor es sensiblemente mayor al de cualquier producto de la competencia, me he encontrado usándola muchas más veces como portátil para trabajar que como tablet. Sin embargo, el principal drama de Surface pasa precisamente porque se pierde el teclado no se queda nunca en una posición fija a menos que esté apoyado en sobre una superficie. No es nada nuevo, es el comportamiento de los teclados de los portátiles desde hace dos décadas.

La bisagra del teclado complica mucho utilizar el dispositivo en ciertas situaciones

Esto hace que por ejemplo usarlo mientras estamos tumbados en la cama sea prácticamente imposible, así como en cualquier situación que requiera un mínimo de movilidad. Siempre nos queda la opción de quitar el teclado y utilizar el táctil que viene en pantalla pero ni la productividad es la misma ni es la opción ideal si detrás tenemos un equipo con tanta potencia.

Dicho esto, y cuando el Surface reposa apaciblemente sobre una mesa, es el mejor equipo con Windows 8 que he probado nunca. Y por mucho. Es rápido, es estable, funciona muy suave y la pantalla, como comentaremos más adelante, le suma varios enteros a la experiencia de usuario. En párrafos sucesivos hablamos también a fondo de la batería aunque hay que adelantar que Surface Pro nos ha decepcionado mucho en este sentido, así como la ausencia de más de un puerto USB, lo que complica en cierto sentido la conexión de periféricos (Bluetooth aparte).

En el apartado de rendimiento y usabilidad discutiremos otros aspectos que también benefician mucho a la experiencia final como el disco SSD, la RAM y las prestaciones medias/altas con las que en general cuenta el producto.

Como tablet

Olvidar sin embargo que sin teclado Surface Pro es un tablet de pies a cabeza y que se acompaña de todo el enfoque de Windows 8 en este aspecto es obviar la otra gran parte del sentido que tiene como producto. Los inconvenientes principales pasan por el peso, que es sensiblemente superior al de Surface RT (y en general al de cualquier otro tablet del mercado) y obligan básicamente a sujetarlo en todo momento con ambas manos.

El dispositivo se acompaña con un stylus que no se incluye en Surface RT. Este stylus, especialmente teniendo en cuenta que al tener Windows 8 podemos ejecutar cualquier aplicación de diseño y dibujo que deseemos sí supone una ventaja con respecto a cualquier otro (RT incluido). Funciona especialmente bien y se diferencia frente a la competencia en Android que también tiene buenos stylus pero no los acompaña de un software que pueda exprimirlo al máximo, sobre todo en ámbito profesional.

Surface como tablet

Como las dos cosas

Es sin embargo en el combo entre esa dimensión de tableta y portátil donde las cosas comienzan a ponerse especialmente interesantes. Surface Pro no es ni de lejos el primer híbrido con Windows 8 que hemos visto y casi todos los fabricantes importantes tienen ya soluciones muy similares, pero en este caso, y probablemente porque Microsoft se ha encargado tanto del apartado de hardware como de software la unión resultante es casi perfecta.

Dicho de otro modo, si lo que estás buscando es un híbrido con Windows 8 no hay ahora mismo en el mercado una solución que funcione mejor y de manera más fiable que Surface Pro. Tiene detalles molestos como el hecho de que utilizar el teclado en otro lugar que no sea un escritorio supone un dolor de cabeza, la inclinación de la pantalla no es en mi opinión la óptima y type cover es la única opción que merece la pena como teclado pero general el valor del producto redondeado es muy alto.

Diseño, peso y calidad de materiales

Lo mejor del diseño de Surface RT es que no se parece básicamente a nada que haya hecho Microsoft antes. De hecho, ni siquiera se parece a un producto que Microsoft podría haber hecho. Pero el caso es que esa estética entre informal y profesional le beneficia muchísimo. Surface Pro descansando sobre un escritorio es un producto que pide a gritos ser usado, lo envuelve una especie de aura sexy que no sé sabe muy de dónde sale pero que funciona divinamente a nivel de diseño.

Surface Pro Back

Los acabados son muy buenos, la pantalla, los bordes del dispositivo, la tapa trasera que se despliega para hacer de soporte, los puertos, la toma de auriculares o los controles de volumen están todos bien diseñados y en ningún momento dan la sensación de ser endebles o baratos. Eso sí, por mucho que Microsoft insista en la aleación de magnesio utilizada para fabricar Surface Pro el acabado final no es demasiado distinto al que podríamos obtener con plástico, uno bueno quizá, pero plástico al fin y al cabo.

El peso es como mencionábamos al inicio de 900 gramos, casi un kilo de peso y 227 más que la versión RT. No es en absoluto incómodo para transportarlo de un lado para otro pero sí cuando queremos darle el uso de un tablet normal. La mayor parte del tiempo vamos a necesitar sujetarlo con las dos manos. Llevarlo en una mochila a cualquier lado o transportalo no se hace incómodo y en ese sentido cumple al igual que cualquier otro ultrabook medio del mercado.

Hay algunos problemas de diseño de nuevo especialmente cuando ponemos los teclados separables de por medio. Por ejemplo, si queremos usarlo como tablet sin quitarlo tenemos que darle la vuelta y colocarlo en la parte trasera. Esto hará que al sujetarlo con ambas manos involuntariamente apretemos las teclas un fallo de diseño demasiado evidente como para obviarlo y sobre todo demasiado molesto en el día a día.

Rendimiento, haciendo honor al apellido

Surface Pro resuelve la mayoría de necesidades del ámbito profesional

Microsoft no decidió poner "Pro" después de Surface de manera aleatoria y hay que reconocer que en cuestión de características técnicas el producto sobresale. Dicho de otro modo, no se queda corto para usos profesionales como Photoshop, Chrome con múltiples pestañas abiertas (hasta 25 en mis tests) y el core i5 más los 4 GB de RAM dan para mucho.

De hecho y a menos que lo que necesitemos sea un PC profesional con muchísima potencia Surface Pro vale para el 90% de las cosas. Algunos detalles que ya hemos mencionado como el stylus o el Type Cover hacen que esta faceta se acentúe.

En general, y por concretar, el rendimiento está a la altura de cualquier portátil o ultrabook de gama media que pueda haber en el mercado ahora mismo.

Juegos

Surface Bioshock

Un tema interesante son los juegos. Evidentemente con una gráfica integrada HD 4000 de Intel no vamos a poder disfrutar de todas las prestaciones a nivel de gráficos de un PC de gaming o de un portátil dedicado pero para la mayoría de situaciones cumple sobradamente. Guild Wars 2, Bioshock Infinite o Borderlands 2 son algunos de los títulos que hemos probado y funcionan sin problema alguno, puede que no con todas las opciones gráficas a tope pero sí ayudados por uno de los mejores aspectos de Surface Pro: su pantalla, que pasamos a comentar.

Pantalla

Con una densidad de 208 píxeles por pulgada, Surface Pro tiene una de las mejores pantallas que podemos encontrar un híbrido con Windows 8.

Surface

Se ayuda además de ese panel LCD con tecnología IPS y tanto la interfaz general del sistema como especialmente juegos y películas se ven de infarto.

Como tablet queda claro no puede competir contra la pantalla de algunos productos de la competencia como el iPad con pantalla Retina o el Nexus 10 pero el resultado general y el balance de la misma hace que la experiencia y la usabilidad suban varios puntos para arriba. Uno de los mejores aspectos, en general, de todo Surface Pro.

Batería

Pero si la pantalla no ha conseguido más que alabanzas con la batería toca sacar la vara, la de medir y la de golpear. Y es que si hemos estado hablando y loando todas las bondades de Surface Pro como dispositivo enfocado a la movilidad todo esto se va al traste si tenemos en cuenta que la duración de la batería.

Con uso medio, se queda en torno a las 4 horas en nuestras pruebas, un poco por encima de las 2 con un uso intensivo y llegando a las 6 horas únicamente con el tablet en reposo como segundo monitor y algún que otro uso ocasional.

Surface Pro perfil

Hay que tener en cuenta que el problema se atenúa si tenemos en cuenta que como mencionaba Surface Pro es más portátil que tablet y se usa mejor en un entorno relativamente estático que on the go así que me he encontrado utilizándola conectada a la corriente la mayoría de las veces.

Puede decirse que esta limitación es una de las que define esa dualidad portátil/tablet y que inclina más la balanza hacia el lado del primero, valer vale como tablet pero tanto en el Surface RT como en el resto de tablets con procesador ARM del mercado encontramos mejores opciones.

Windows 8

Aún con esa pantalla, las prestaciones en hardware y todos los detalles que hemos ido viendo hasta ahora lo cierto y verdad es que bajo toda esa capa lo que está funcionando es Windows 8. Surface Pro llega a España en un momento en el que irónicamente ya estamos conociendo las funciones que traerá Windows 8.1, de las que la mayoría le vendrán de maravilla al dispositivo y solucionarán muchos de los problemas que hemos ido experimentando en las pruebas con el dispositivo.

Windows 8 Surface Pro

Si Windows 8 es un sistema que merece la pena es objeto de otro post y otro debate pero varios meses después del lanzamiento (en octubre de 2012) uno se queda con la impresión de que el sistema no ha madurado como debería. La división entre la interfaz en Modern UI queda demasiado difusa, sobre todo cuando lo usamos como tablet. La tienda de aplicaciones ha ido mejorando, es innegable, durante todo este tiempo pero todavía se siente muy floja en comparación a lo que uno espera encontrar. La mayoría de software que necesitaba para trabajar o para ocio con la Surface Pro ha surgido del tradicional método de navegador más descarga y utilización en modo escritorio, no a través de la Store de Windows 8.

El arranque es rapidísimo (segundos) y la fluidez también pero si con Surface RT me pasé la mayoría del tiempo usando y probando las aplicaciones de Modern UI (no me quedaba de otra) con la versión Pro la realidad es que el 80% por ciento del tiempo lo he pasado en el escritorio ignorando la otra dimensión. Clientes de correo, SkyDrive, Mapas o Evernote me siguen pareciendo mucho (pero mucho) más usables en escritorio que con Modern UI. Y eso es un problema.

Windows 8 desktop

Tampoco acabo de estar del todo cómodo con la interfaz y con las soluciones a nivel de diseño de sistema. Ambas partes, Modern y escritorio, se sienten demasiado separadas, demasiado inconexas entre sí como para que el flujo de trabajo se distribuya uniformemente entre ellas, algo que en mi opinión debería ser la situación ideal y a conseguir. Muchos de estos problemas se solventarán, aparentemente y como decía, con Windows 8.1 pero mientras tanto es con lo que contamos.

Esto no quiere decir, clarificación necesaria, que Windows 8 me parezca malo o un mal producto, más bien lo contrario. La sensación general es de "apresurado" y en cierto sentido de "incomprendido", a 7 meses vista del lanzamiento me esperaba una madureza en el sistema que está, por mucho, lejos de alcanzarse.

Surface Pro vs Surface RT

Con Surface Pro Microsoft termina de cerrar el ecosistema, tiene su solución para tablets con Surface RT y su procesador ARM y tiene su solución "completa" con Surface Pro que no sacrifica nada de la experiencia Windows y tiene todos los detalles que hemos ido viendo hasta ahora.

Surface Pro

La diferenciación, clara y concisa de Windows 8 RT vs Windows 8 Pro es una de las cosas que la compañía peor supo resolver de cara al lanzamiento y una de las que más confusiones ha levantado hasta ahora. Es por tanto interesante hasta qué punto nos conviene, si es que estamos pensando en comprar un Surface, quedarnos con la versión RT o ir a por todas con la versión Pro.

  • Surface RT: Gana mucho más en movilidad, es más ligera, más ágil en algunas situaciones y está enfocada casi por completo a la experiencia Modern UI. Aparte, incluye Office 2013. Como contra, no podemos ejecutar aplicaciones de escritorio y la instalación de software queda reducida a la tienda de aplicaciones de Windows 8, que no es tan completa como nos gustaría.

  • Surface Pro: Ganamos en cuestiones como rendimiento, que podemos utilizar el Windows de escritorio tradicional de toda la vida (y por tanto el software que estamos acostumbrados a usar) aparte de algunos añadidos interesantes como el stylus. Su principales puntos en contra pasan por el peso, el teclado cuando queremos utilizarlo en movilidad y que muchas partes de Windows 8 se manejan mejor levantando el dedo y tocando la pantalla que utilizando el ratón, lo que puede acabar cansando.

Type Cover y Touch Cover

No han variado mucho mis impresiones en este sentido desde la reseña de Surface RT hasta ahora. Lo he intentado, me he obligado, he intentado entenderlo y ver la luz detrás del Touch Cover pero no puedo. Sigue siendo la misma mierda inusable que me desagradó hasta el extremo en RT y que repite impresiones en esta ocasión.

Surface Type cover

Es un teclado barato, mal construido, poco ergonómico, que carga las articulaciones, poco preciso y por supuesto una compra totalmente desaconsejada. Por el contrario Type Cover se asemeja más a un teclado tradicional, es cómodo, la calidad es alta y los niveles de productividad (a los que todo teclado debe aspirar) están a la altura de lo que se requiere.

Aparte queda, por supuesto, la posibilidad de utilizar un teclado Bluetooth como el de la gama wedge de Microsoft o cualquier otro, si está enfocado a ser usado con tablets mejor que mejor. Ratones y periféricos también entrarían en esta categoría. Con un sólo puerto USB la posibilidad de tener todo el rato conectado un dongle USB, como el que utilizan la mayoría de ratones de Logitech, por ejemplo, no acaba de ser una buena idea.

Surface Pro en movilidad

Por último conviene acabar la reseña evaluando en general las prestaciones que Surface Pro ofrece como dispositivo enfocado en la movilidad.

Ya hemos dicho que la combinación que obtenemos con el teclado no es la idónea en parte porque no permite usarlo por ejemplo tumbado en una cama y en parte porque al darle la vuelta para utilizar Surface Pro como tablet hace que pulsemos involuntariamente las teclas.

Pero por otro lado nos encontramos con un producto que no llega al kilogramo, que tiene una pantalla deslumbrante, un teclado ergonómico y fiable detalles aparte, un sistema operativo como Windows 8, salida de TV, 128 GB de capacidad, disco SSD, 4GB de RAM y sobre todo un rendimiento que hasta hace muy poco estaba limitado a los portátiles.

El balance general, aunque dista de ser perfecto, es que Surface Pro puede ser la opción para muchos que estén buscando un híbrido que les permite usar Windows 8 mientras viajan o mientras están en movimiento. Las limitaciones son varias, especialmente la batería, pero en general se perfila como un producto adecuado para los que estén buscando precisamente ese tipo de funcionalidades.

Conclusión

Surface Pro es un producto que Microsoft debió haber lanzado mucho antes. No sólo porque sirve como punto de mira para el resto de fabricantes, sino por que reúne, en un sólo sitio todas las intenciones que la compañía tiene con respecto al futuro del sistema y respecto al de la compañía. Es también el mejor producto que han hecho en años, y uno de los más bonitos. Muchas de las personas que estén pensando renovar su portátil o cambiarse a Windows 8 deberían considerar Surface Pro como una de las principales opciones, si no la primera.

Las principales pegas pasan por el sistema de teclados extraíbles, la batería mediocre, por la madurez de la tienda de aplicaciones de Windows 8 y por el ángulo de inclinación de la pantalla, que debería haber sido menor en mi opinión. Sus principales ventajas pasan por todo el poder de procesamiento, la calidad asombrosa de la pantalla, la movilidad que aporta y las soluciones que ofrezcan para quienes quieran disfrutar de Windows mientras están siempre en movimiento.

Dicho esto, siento que Surface es el comienzo, algo parecido a una prueba o a una beta, de Microsoft como fabricante de hardware. Hay muchos detalles y muchas pinceladas que todavía se pueden dar por la Surface e independientemente de todo lo demás, mucho espacio de mejora. Surface Pro, sobre todo cuando lo comparamos con Surface RT, es el mejor ejemplo de ello.

Escoger entre la versión RT y la versión Pro ya ha quedado suficientemente explicado más arriba pero debería reducirse a una cuestión de si necesitamos obligatoriamente utilizar apliaciones de escritorio o no (Y no es una pregunta que, por obvia que parezca, deba hacerse a la ligera).

Tiene un precio de 879€ para la versión de 64 GB y de 979€ para la versión de 128 GB. Ya está disponible en España (en México y Latinoamérica próximamente) y puede adquirirse en cualquier gran superficie.

Pros

  • La pantalla
  • Construcción, acabados y calidad de los materiales
  • La potencia de los componentes
  • Poder usar Windows 8 al completo

Contras

  • El teclado Touch
  • La duración de la batería
  • Sólo tiene un puerto USB
  • La tienda de aplicaciones de Windows 8
  • Windows 8 se come gran parte del almacenamiento disponible

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