Curiosity

NASA(Flickr)

La llegada del Curiosity a Marte el pasado verano fue, sin duda alguna, uno de los grandes sucesos del año 2012. Desde entonces, el vehículo de exploración marciana (que no es el único que está en Marte puesto que el Opportunity sigue operativo) se mueve lento pero con paso firme realizando perforaciones sobre la superficie del planeta en busca de trazas de agua o cualquier otro indicio que permita confirmar si alguna vez hubo vida en Marte. Además de las prospecciones, el Curiosity ha estado analizando las condiciones de Marte con el sensor RAD (Radiation Assessment Detector) para evaluar la radiación presente en el planeta cara a futuras misiones con astronautas. ¿El resultado? El nivel de radiación es tal que los astronautas recibirían alrededor de dos tercios de la radiación máxima permitida en toda su carrera sin tan siquiera bajar de la nave, solamente en el viaje de ida y en el de vuelta.

Los 253 días que lleva el Curiosity sobre Marte han servido para usar el sensor RAD y tomar medidas de la radiación existente en Marte y también durante el viaje, tanto la que procede de los rayos cósmicos como de las erupciones solares. El sensor RAD tiene como objetivo capturar datos para evaluar la efectividad de los blindajes anti-radiación que usaría la nave que está construyendo la NASA para misiones de largo alcance así como los trajes espaciales que deberían usarse.

¿Y qué han encontrado? ¿Tan mal están las cosas? Los resultados, que se publican en la Revista Science, arrojan que una misión con los sistemas actuales no sería viable (o más que viable, supondría un gran riesto) puesto que en un viaje de 360 días (que es lo que se tardaría en llegar y volver de Marte con los sistemas de propulsión actuales), los astronautas recibirían la radiación equivalente a dos tercios de lo que podría soportar un astronauta en toda su carrera profesional, quedando un margen excesivamente pequeño para realizar una misión de exploración sobre la superficie del planeta.

Estos datos, por tanto, ponen sobre la mesa los riesgos que correría la tripulación de una misión con humanos, algo que la NASA se plantea para el año 2030 (aunque empresas como [Mars One](http://alt1040.com/2012/06/mars-one-colonizar-marte-2023 quieran llevar a cabo sus propias misiones); un riesgo que es de suponer que se intente mitigar con algunas mejoras en el diseño de blindajes pero que, llegado el caso, se tendría que evaluar y asumir. Las consecuencias de la exposición a la radiación, obviamente, es un aumento en el riesgo de padecer cáncer (casi con la idea y la vuelta la probabilidad de padecer cáncer subiría un 5%).

Radiacion en una mision a Marte - Los niveles de radiación en Marte ponen en riesgo una misión tripulada

De hecho, los límites de seguridad que actualmente maneja la NASA son para misiones "cercanas a la Tierra" y, por tanto, todo el protocolo alrededor de las misiones en espacio profundo aún debe redactarse. Esta tarea es algo que la NASA espera acometer con estos datos y junto a la comunidad médica de Estados Unidos para comprobar que las mediciones son válidas y establecer un modelo con el que realizar simulaciones y, al final, llegar a una especie de fórmula que permita ponderar los riesgos de una misión tripulada a Marte.

Radiacion en una mision espacial - Los niveles de radiación en Marte ponen en riesgo una misión tripulada

Está claro que, con el tiempo, es posible mejorar los escudos anti-radiación de las naves e, incluso, las protecciones de los trajes espaciales pero, al final, todo resulta ser un juego de cálculo de probabilidades, evaluaciones de riesgo y decisiones humanas basadas en cálculos y modelos matemáticos.

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