El modelo de negocio de WhatsApp frente al de LINE

La cada vez más dura competencia de Whatsapp tiene muchas formas y nombres, pero la que más debería preocupar a esta compañía es, sin duda, LINE, que ya supera los 150 millones de descargas. Y, a pesar de que el modelo de negocio de WhatsApp y el de su rival son muy distintos, parece que es así, ya que sus fundadores han vertido críticas sutiles (y no tan sutiles) a su competencia en una entrevista recientemente publicada por El País.

Brian Acton y Jan Koum también se preocupan de dejar claro que no tienen nada que ver con sus rivales a nivel de servicio. Su finalidad, explican, es enviar mensajes y permitir la comunicación. Nada más. Es decir, no van a entrar en el terreno de las redes sociales ni en el de los juegos, algo que sí hace LINE en mayor o menor medida (permite seguir a famosos, por ejemplo, y tiene una importante plataforma de juegos).

Esta es la principal diferencia entre el modelo de negocio de WhatsApp y el de LINE. Los primeros obtienen la totalidad de sus ingresos del pago que hacen sus usuarios por el servicio (0,89 céntimos por la descarga de la aplicación en iPhone; 0,89 céntimos al año en el resto de plataformas). Por su parte, LINE es gratuita, pero vende pegatinas y bienes virtuales en sus juegos.

La duda es ¿es esto suficiente para mantener empresas de este tamaño? Obviamente, ambas firmas aseguran que sí, pero siempre queda la sospecha de si no se comercializa la información de los usuarios (como dice la máxima, cuando no sabes cuál es el producto es que el producto eres tú). Acton y Koum aprovecharon la entrevista para negarlo.

WhatsApp no es gratis. Buscamos lo mejor para nuestros clientes y por eso es de pago. Nosotros queremos que nuestros usuarios sean nuestros clientes, no que ellos sean el producto con el que se hace negocio. Así estamos obligados a mejorar, escucharlos y mantener la calidad.

Según los directivos, esto es sostenible con su crecimiento gracias a que no invierten dinero en publicidad. De nuevo, los fundadores aprovecharon para golpear con un guante de seda a sus rivales, que recientemente lanzaron una campaña de publicidad con anuncios en televisión protagonizados por actores famosos.

Además, recordaron que no se plantean incluir publicidad en su servicio, algo de lo que están convencidos y a lo que dedican una de las pocas entradas de su blog corporativo. En ella explican que "la publicidad no sólo va en contra al estético de una aplicación, sino que es un insulto a tu inteligencia y una interrupción a tus pensamientos".

Otro de los aspectos más polémicos de ambas plataformas es el de la seguridad, que está relacionada con el modelo de negocio, aunque no de una forma tan directa. En WhatsApp los mensajes se almacenan en el teléfono de los usuarios, pero no en sus servidores, que sólo se encargan de enviar los mensajes a los destinatarios.

YouTube video

Esto es el origen de las famosas marcas verdes; el double check. Una de estas marcas significa que el mensaje ha sido recibido por el servidor, mientras que la segunda implica que ha sido enviado con éxito. Es decir, en ningún momento se desvela si el receptor ha leído el mensaje o no. Según Acton, se debe en gran parte a su negativa a vender publicidad a los usuarios; no quieren saber nada de ellos ni de sus gustos, simplemente facilitar la comunicación. En cualquier caso, la aproximación es diferente a la que hace LINE, que sí almacena los mensajes durante un tiempo. Además, estos se encriptan, lo que supone una capa adicional de seguridad.

Eso sí, las diferencias entre ambos modelos no se deben necesariamente a la venta de publicidad e información privada, como apuntan desde WhatsApp en esta entrevista. Los ingresos de LINE son más constantes, aunque su base de usuarios sea menor. Y, por otro lado, la aplicación tiene un gran número de usuarios en Japón, donde ha llegado a acuerdos con diversos operadores, lo que probablemente también contribuye a generar ingresos.

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