El 30 de enero culminó el largo proceso de resiliencia de BlackBerry, en forma de presentación de BlackBerry 10, el nuevo sistema operativo con el que la compañía quería demostrar que había aprendido de sus errores, que se había reinventado, y que podían adaptarse a los nuevos tiempos. Entre ese renacimiento de quien lo fue todo y quedó en poco, un nombre: Alicia Keys. Parte de la reinvención pasaba por acercar la compañía a los usuarios. Y así, la cantante norteamericana se convertía desde ese día en la nueva Directora Creativa de la compañía. Sin aspavientos, sin un look provocador y transgresor, Alicia Keys hablaba de la industria móvil de tú a tú con Thorsten Heins, el también nuevo CEO de la compañía canadiense, en términos claros. Con una estética impecable que evidenciaba que había llegado para trabajar y no para dar espectáculos. Y lo más importante: con naturalidad, con serenidad, enfocándose en qué puede aportar la plataforma a los usuarios. Hace unos días volvió a aparecer en el BlackBerry Live con la mejor noticia: no es un muñeco, no es una cara bonita y famosa, sino que interviene de forma real. Ayuda a llevar a BlackBerry lo que el usuario demanda. Aporta la frescura que una empresa suele perder cuando se encierra demasiado tiempo en sí misma.
Un par de semanas antes, el 10 de enero, MásMóvil, operadora móvil virtual española, anunciaba el fichaje de Belén Esteban como jefa de relaciones públicas. Para dar contexto a los lectores de fuera de España: Belén Esteban era una ciudadana anónima hasta que en 1998 empezó a aparecer en revistas del corazón donde se le cuestionaba por su relación (y separación) con un torero. Desde entonces, quince años de carrera imparable. Pasó de no hablar, cabizbaja, ante las cámaras, a ir concediendo entrevistas y colaboraciones en programas de televisión. Para 2002 ya era una tertuliana más. Pero con el tiempo, dejó de serlo, para convertirse en 'la' tertuliana. El personaje más polémico y castizo de España. El más vulgar, también. Cada año subía cinco decibelios sus 'aportaciones', hasta hacer suyos programas y shows enteros. Vendiendo historias sobre su vida, aportando nada a temas vacíos, dejando (de forma consciente o inconsciente) que fuera el hazmerreír en directo. En resumen, chillando más fuerte que nadie su opinión sobre temas superficiales y frívolos, demostrando que es posible amasar fortunas sin esfuerzo ni preparación. El orgullo de la ignorancia.
El día y la noche. Así podríamos calificar la diferencia abismal entre una figura y otra. Decía que Alicia Keys, en contra de lo que muchos podíamos esperar (hablo en primera persona porque me sirvió como valiosa lección), se acogió a la naturalidad, a la elegancia, a hablar con fundamento del motivo por el que se le había traído a BlackBerry. Lo mismo que sucedió durante el BlackBerry Live 2013. En el otro lado, Belén Esteban en MásMóvil. Hechos, no palabras, dijo alguien. Y lo mejor que les ocurrió hacer en cuatro meses de relación comercial fue el Belén Shake.
Su propia versión de un fenónemo viral al que de hecho llegaron bien tarde (aunque ese es otro tema), que resume su aportación. La que se limita a una cara conocida (en la España actual, casi icónica) para acercarse a las masas, a cualquier precio. Una inversión que podría haberse hecho en algo que no prime la vulgaridad, el desconocimiento de quien demuestra desprecio por el conocimiento, de quien huye de territorios sesudos para abrazar el dinero que le da gritar más fuerte que nadie, insultar en directo, vender las miserias de su vida y renunciar a todo aquello que recuerde a cordura, elegancia y esfuerzo.
Dos modelos de actuar. Dos formas de incorporar públicamente la figura de la mujer a puestos de responsabilidad en tecnológicas, o de obtener publicidad de una forma diferente. Dos mensajes distintos que hacer llegar al consumidor final. Felizmente, la vulgaridad ha tenido una respuesta: tras muchos meses de saldo positivo de portabilidades y altas, MásMóvil ralentizó el ritmo en enero. En febrero creció muchísimo menos que hasta anteriormente. En marzo, MásMóvil perdió clientes. Justicia poética. En cierta forma, la demostración de que no todo vale, de que no se le puede perder el respeto a los usuarios a cambio de obtener visibilidad. De que las cosas se pueden hacer de otra manera.