Xbox One y PS4 como centros multimedia

A pesar de que las recientes presentaciones de Xbox One y PlayStation 4 fueron como la noche y el día, ambos eventos tuvieron un elemento en común: tanto Sony como Microsoft quieren convertir sus consolas en un centro de entretenimiento. Cada una tiene su propia estrategia para lograrlo, pero la duda es si esto es realmente lo que quieren los usuarios.

La tendencia no es nueva y las predecesoras de estos nuevos dispositivos ya iban por ese camino, si bien lo hacían de una forma más sutil. Tampoco hay que olvidar el tiempo en el que era común usar la consola como reproductor de DVD. El problema está en que esta sutileza se puede convertir en algo más invasivo con la nueva generación.

Además, la mayoría de los servicios que van a proporcionar Xbox One y PlayStation 4 ya los ofrecen los televisores inteligentes de gama media y alta. Es decir, en muchos casos se duplicarán las herramientas, lo que termina por ser una molestia. En otros, se ofrecerán nuevas funciones, pero que no siempre resultarán útiles.

Y es que el objetivo de una consola es jugar; el resto de funciones parecen una excusa para justificar una subida de precio. En realidad no se trata de esto (hay muchas formas de justificar el aumento, y ni siquiera se conoce el precio definitivo), sino de conseguir la atención de los usuarios. Cuanto más tiempo pasen con la consola, más posibilidades de negocio habrá, ya sea mediante la venta de contenido o mediante acuerdos con terceros.

Por este motivo, en las recientes presentaciones vimos novedades en este sentido, pero éstas fueron prácticamente ignoradas en todos los análisis posteriores y, desde luego, no se puede decir que fuesen el centro de la conversación en las redes sociales, ni siquiera en el momento de su presentación. La colaboración con la NFL, por ejemplo, es útil, pero para un pequeño porcentaje de los usuarios de Xbox.

A todo esto hay que unir que en muchos casos estos acuerdos no se alcanzan a nivel global, sino únicamente para determinados territorios. Esto hace que tampoco se consiga una experiencia homogénea y que muchos usuarios se vean privados del servicio, incluso en el caso de que estén realmente interesados en el mismo.

Xbox One y PS4 como centros multimediaDe todos modos, por el momento no se trata de una evolución que se pueda considerar negativa. Sobre el papel (es decir, a falta de conocer los detalles definitivos), parece una forma de hacer que cualquier televisor se vuelva inteligente gracias a una consola. Siempre que el dueño quiera usar estas características, podrá hacerlo.

Si esto no supone más molestias, será algo positivo en el mejor de los casos e indiferente en el peor. Lo más probable es que los usuarios no quieran que la consola sea su centro de entretenimiento ni el dispositivo sobre el que gire todo su ocio, pues tienen otros equipos que cumplen la misma tarea, pero si quieren, podrán. Si supone pasos adicionales, actualizaciones inoportunas o un mayor gasto, será un problema.

Se puede comparar esta situación con una navaja suiza, un objeto muy útil, pero que no puede suplir a ninguna de las herramientas que la forman. La diferencia es que en el caso de la navaja no pretende hacerlo; simplemente trata de tener en el mismo sitio todo aquello que podría necesitar su dueño. Microsoft y Sony son más ambiciosas, pero esta ambición podría volverse en contra de los usuarios.

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