El ganador del World Press Photo 2012, Samuel Aranda, ha quedado bajo el escrutinio después de licenciar su fotografía ganadora para usar como arte de tapa (modificada levemente) del tercer disco de la banda canadiense Crystal Castles. La fotografía de Aranda también será utilizada en el merchandising vendido, y estos dos hechos ocasionaron que Madeleine Corcoran, de Duckrabbit, publicara una extensa crítica a Samuel Aranda relacionada con los valores del fotógrafo, afirmando que carece de compasión y está motivado únicamente por la ganancia económica. Aranda, por su parte, desmintió todo y se defendió.

Corcoran afirmó que la licencia de la fotografía ganadora, tomada durante un conflicto en Yemen, vuelve clara la “ceguera” del fotoperiodismo (de hecho, así es el título de su artículo). Esto es la crítica a Samuel Aranda, de acuerdo con una selección de PetaPixel:

Si crees en el fotoperiodismo, si quieres que el documental funcione, como fotoperiodista, fotógrafo, artista, contador de historias, eres el defensor de la ética y la necesidad de tu práctica. Si vendes tus imágenes de esta forma, deformando las historias que estás afirmando contar, comerciando los cuerpos de las personas de las cuales dices ser un aliado, mereces que tu industria se hunda. Si no puedes ver más allá del dinero, no tienes incumbencia en conectarte con personas para hacer de sus momentos privados de sufrimiento una imagen. Lo que ha hecho el uso de esta imagen en una camiseta “cool” es convertir a estas personas en objetos a ser consumidos por individuos que son mucho más privilegiados que ellos mismos. Convertirnos la historia en objetos de consumo, lo que esencialmente figura una deshumanización de esa persona, ha sido usado para confirmar y reafirmar la identidad de un grupo privilegiado de personas. Las personas consumidas peleando por su identidad luchando contra un régimen opresivo. Las personas privilegiadas posan su identidad comprando la camiseta de una banda.

Aranda no se quedó demasiado tiempo en silenció y le respondió a Corcoran, afirmando que contó con la autorización de las personas fotografiadas antes de licenciar, pero también justificando su decisión de permitir el uso de una imagen que podría ser controversial. Para Aranda, los Crystal Castles podrán brindar una visibilidad más amplia al conflicto en Yemen.

En primer lugar, no entiendo por qué usted publica un artículo sobre mi persona sin contactarme primero para pedir mi respuesta. No es algo ético en el periodismo, en caso de que usted lo sea. El lenguaje que usted usa es puro sensacionalismo. La respuesta a esta “polémica” que está tratando de crear es simple, sigo en contacto con esta mujer y su hijo, y estuvieron de acuerdo con esto. También existió un interés personal por parte del grupo para poner el foco en estas personas, que durante los últimos dos años han estado luchando por sus derechos. No veo un problema in ningún lado, todos estuvieron de acuerdo, y esta foto publicada en la tapa del disco llegará a muchos jóvenes que conocerán sobre Yemen y los sufrimientos de los civiles en este país.

Corcoran, por su parte, volvió a atacar con una nueva crítica a Samuel Aranda y cuestionó el supuesto permiso otorgado al periodista para usar la fotografía con este propósito. De hecho, en una entrevista el año pasado, Aranda dio a entender que no había consultado con Fátima y Said, los protagonistas de la foto, al decir que probablemente estaban de acuerdo con la licencia. Pero, en esa misma entrevista, Aranda también confiesa que no estaba completamente seguro de trabajar con la banda hasta que se reunión con su cantante, Alice Glass, quien le dijo que el disco giraba alrededor de dictaduras y autoritarismo. Después de esa conversación, Aranda licenció los derechos de la fotografía.

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