Parece que no hubiera presencia alguna de Android en el MWC 2013, pero es este año cuando que está más presente que nunca. ¿Qué pasa? Ninguna marca lo menciona, parece que el orgullo de que un terminal saliera con Android ha desaparecido, y con razón. No hay más que comparar desde el año pasado cuando Android tenía su propio espacio y todo era Android en el MWC pintado de verde hasta este año, donde ninguna marca lo ha mencionado como fuerza motora de su hardware.

Ninguna marca quiere que su teléfono se asocie a Android en el MWC, aunque todo el funcionamiento del mismo se deba a este sistema operativo y sus entrañas destilen sangre verde. Mejor dicho: no quieren que Android robe el foco del dispositivo. No hablo de la plataforma de Google como si fuera una vergüenza para el fabricante, aunque alguno así lo considerará después de tantos teléfonos baratos con ella que dan malas experiencias, sino como algo más profundo, una guerra que se está llevando a cabo entre Google y los fabricantes liderados por Samsung: el juego de tronos de Android que tiene dos posibles desenlaces: o ganan los fabricantes, o gana Google.

La guerra del reconocimiento

Los teléfonos no importan. El hardware es lo menos interesante de un teléfono. Lo que realmente interesa es la experiencia que tienes con un teléfono, más que un "¿qué tiene?" lo que interesa es un "¿qué puedes hacer con él?", aunque contestando a la segunda se contesta implícitamente la primera, la segunda tiene matices mucho más interesantes. El teléfono, a fin de cuentas, no es más que un trozo de materiales con una pantalla, mejor o peor diseñado, pero es un mero transporte para lo que hay dentro.

Lo que realmente importa es el ecosistema, que es, en gran parte, quien hace que muchas de las cosas que haces con tu teléfono sean posibles, las aplicaciones que poseas, no sólo en número, sino en calidad. Tener una buena tienda y oferta es lo que diferencia a los teléfonos, no tener una curva o un megapixel más, a fin de cuentas, todos los trozos de plástico o aluminio presentados con Android en el MWC no son lo realmente importante.

¿Dónde está la guerra? En quién se debe llevar el foco al presentar un teléfono: ¿Android o el fabricante? Aquí es donde cada quien quiere barrer para su casa, el fabricante, obviamente, quiere que sea su marca la que predomine por encima de si lleva Android, Windows Phone, BlackBerry o iOS, hablando de suposiciones locas. Es justo lo que ha conseguido Samsung, que su marca "Galaxy" sea reconocida por encima de cualquier otro fabricante de Android en el MWC o en cualquier otro sitio, incluso de Android mismo. Y esto es lo que no le gusta a Google, pero Google no está perdiendo la guerra. Google colabora en que Android en el MWC sea cada vez menos escuchada, porque quieren que la marca que se escuche es la suya propia, Google. Es un juego peligroso donde sólo puede ganar una parte.

Es por esto que no es extraño ver a Samsung volver a juntar esfuerzos para Tizen o sumarse a Huawei para poder sacar adelante Tizen, buscando un Plan B.

La victoria de los fabricantes, el reinado Galaxy

Esta es la primera opción, que no más probable, de este peligrosa guerra de simbiosis obligada. Siocurriese que los fabricantes salen victoriosos, que Google no puede posicionar su marca lo suficiente (aunque tiene armas para ello, lo veremos más adelante); las implicaciones serían sencillas: no pedirías un Android, pedirías un "Galaxy" o un "HTC" en una tienda, que es más o menos la situación actual en algunos países, donde la marca Galaxy ha ganado demasiado prestigio. Y con razón, es la gama más prolífica de todas las gamas con Android.

Por la parte de Google, es probable que viéramos actualizaciones menos pausadas y acciones más agresivas para recuperar su marca, así como más capas de personalización de cada fabricante sobre Android, tratando de esconder lo que realmente llevan bajo el capó.

Phone X y Google como vencedor, la búsqueda de alternativas

Aquí la cosa se pone más interesante, porque es la que cambiaría el panorama radicamente.

Como primera consecuencia tendríamos a todos los fabricantes huyendo de Android, no como hacen ahora, sino literalmente buscando otra plataforma de desarrollo principal o creando una nueva. Se podría decir que sería una buena oportunidad para Ubuntu Phone, Firefox OS o Tizen; pero en el fondo lo que sería es más bien una gran pérdida para Android, como veremos a continuación.

La segunda consecuencia es la división del ecosistema Android como consecuencia directa de la primera, pasaría de ser un solo ecosistema grande a ser como las islas de un archipiélago, juntas, pero sin tocarse. La adopción del modelo Kindle sería la tercera gran consecuencia: grandes fabricantes haciendo forks totales de Android, con sus propios parches, su propio ritmo de actualizaciones y su propia imagen de marca. Android no dejaría de estar bajo todo esto, pero ¿alguien ha escuchado a Amazon decir que el Kindle Fire lo lleva?

En esta opción Google tiene armas para defenderse y hacer que esta predomine si así lo quiere, y es relativamente sencilla: reactivar Motorola como gran fabricante de teléfonos y sacar su rumoreado Phone X, que supuestamente vendrá a romper esquemas; convirtiendo a la Google Play Store no sólo en la parte que vende las aplicaciones, sino vendiendo teléfonos de manera continua, no sólo con los teléfonos Nexus, aumentando aún los problemas de diplomacia de Android.

Imagen: Droid Life.

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