Los Marshall Major son unos auriculares que quieren venir a demostrar que una empresa que hace amplificadores también puede entrar en este mundo tan complejo y salir airosa. Vamos a ver si con un buen nombre y el buen saber hacer que se les supone es suficiente.

Diseño

Muchas cosas serán criticables de los Marshall Major pero no que no se vean bien. El modelo reseñado, en blanco, llama la atención nada más verlo. Si tuviera una estantería llena de auriculares delante, estos serían unos de los que destacarían entre la multitud. El diseño cuadrado de las almohadillas destaca y ciertamente se ve muy bien. La banda ajustable tiene un bonito contraste con el interior negro y la firma en dorado de Jim Marshall. Es un buen detalle. Y la manera en que se puede doblar para hacerlo más portátil está bien resuelto pero no deja de ser un aspecto muy menor ya que el espacio que ganamos doblándolo no es mucho. Todo desprende un aire retro que luce muy bien, con detalles bonitos como las bandas interiores doradas con el nombre de Marshall grabado.

Otro detalle a tener en cuenta es el cable. Viene enrollado, lo que ayuda mucho a la portablidad y hace que no se nos enrede al sacarlo de una bolsa. Llevan un pequeño control remoto con un solo botón y un micro. Sirve para coger llamadas y pasar de canción. Funciona bien, sin más, aunque ya puestos se agradecería un selector de volumen. Pero aun así es un buen detalle. Además se incluyen dos adaptadores de clavija, una de 6.3mm y otra de 3.5mm con un ángulo de 90 grados. La estándar viene con un muelle en la base que ayudará a que no se rompa por la parte del conector.

Todo lo destacable dura hasta aquí. Una cosa es ver un producto y otra es probarlo. Estos auriculares solo te irán bien si tu cabeza es del tamaño de un alfiler. La resistencia de la banda superior es demasiado alta, lo que hace que apriete en las orejas al cabo de muy poco rato. A los 5 minutos ya tenía las orejas rojas y estaba con la sensación de que algo me aprisionaba la cabeza. No son unos auriculares que usaría en un viaje largo ni en una jornada de trabajo frente al ordenador.

Los cojines de las orejas también están poco estudiados. Ni muy grandes ni muy pequeños, se quedan en tierra de nadie y eso hace que la oreja sufra ya que tampoco son todo lo esponjosos que deberían. Por ello, aunque en líneas generales el diseño sea bonito, con un tamaño adecuado para llevarlo encima cada día, no está muy enfocado a la comodidad y a su uso.

Calidad de los materiales

Como ya he dicho, son unos auriculares que destacan a primera vista. Pero al probarlos, a parte de los problemas de diseño, encontramos ciertos problemas en los materiales. Los Marshall Major tienen un tacto plasticoso muy acusado. Es algo que en lineas generales no me importaría para unos auriculares de 35€, pero cuando pagas casi 100€ por ellos esperas algo más que plástico e imitación de cuero.

Porque esto es lo que hay. Todo es plástico pero mal disimulado. No tiene sensación ni de producto bueno ni hace justicia a la marca que lleva detrás. La imitación de cuero también es plasticosa y hace sospechar que su durabilidad no será muy alta. Estos materiales también justifican la nula comodidad que tienen. Las esponjas de las orejeras duelen, no amortiguan nada y mires donde mires solo acabas viendo plástico.

Sonido

Todo lo dicho anteriormente podría caer en saco roto si los Marshall Major respondieran con un buen sonido. Son muchos los auriculares con malos materiales, mal diseño o feeling de mercadillo que luego desarrollan un sonido muy competente. Por desgracia no encontraremos en los Marshall Major a un exponente de estos ejemplos.

Primero empezamos con una ecualización que no sirve ni para rock, ni pop, ni clásico ni nada. Es imposible encontrar una diferenciación de instrumentos en una canción. Todo suena junto y mal mezclado. Los bajos son inexistentes y suenan apagados. Los medios tienen una tendencia a estar muy exagerados, se te echan encima y por ello son proclives a las estridencias. Parece que los cantantes estén gritándote a la oreja. Y si, gritando, porque la distorsión es tal que es imposible paladear ninguna canción. Por último los agudos se mezclan con los medios y no hay quien los distinga. Tal exageración en los medios hace que en cualquier canción los instrumentos pasen a un segundo plano mientras que se potencian demasiado las voces.

A todo ello, le tenemos que sumar un mal aislamiento. Los Marshall Major aíslan del ruido decentemente pero esto hace que el sonido no respire. Se nota que todo está ahogado, falta dinamismo y amplitud con lo que todo suena muy compacto. Su sonido no acaba de despegar. Al probarlos da la sensación de que hay un muro entre tú y los auriculares.

Conclusión

3/10

En resumen, en estos Marshall Major tenemos unos auriculares que cogen la estela que han abierto los Beats y que tan bien les ha funcionado. Coger un diseño atractivo y empaquetarlo con un sonido mediocre. Además le ponemos un nombre con cierta solera en el mundo de la música para que quizás llamen la atención de alguien desprevenido. Yo por mi parte no puedo recomendarlos a nadie que disfrute escuchando música. Sí, se ven bien pero ahí acaban sus puntos fuertes. La calidad de los materiales, la comodidad y sobretodo el sonido hace que nos encontremos con un producto que no vale lo que cuesta.

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