Antártica

Un grupo de investigadores ha dado la voz de alarma ante una especie de mosquito, una variedad conocida como Eretmoptera murphyi, que podría alterar drásticamente el ecosistema en la Antártica. Especies aisladas durante millones de años que podrían estar en peligro.

El estudio parte de la investigación del British Antartic Survey, quienes explican que se trata de una variedad de mosquito que actuaría de modo invasivo en el enclave de la Tierra. El Eretmoptera murphyi pasa por ser una especie preparada para sobrevivir en condiciones extremas, liberando grandes volúmenes de nutrientes en los suelos que podrían alterar la forma en la que las especies originarias han vivido en el tiempo. Según Peter Convey, investigador jefe del estudio:

En términos de su función, su trabajo es mover la basura. Es decir, ayudan a descomponer cosas en el suelo. La densidad de población en el área en que han sido introducidas es responsable de mover más basura que la comunidad que ya se encontraba ahí. Esto podría significar una alteración significativa en la forma en que funciona el ecosistema.

El primer agravante y riesgo ante esta situación sería la posibilidad de extinción o desplazamiento de especies únicas en la Tierra que existían en esa parte de la Antártica. Un tipo de mosquito, el Eretmoptera murphyi, cuyo origen se remonta a la subAntártica hace decenas de millones de años. Según Convey:

La zona donde se formaron se erige sobre una placa tectónica que se ha estado alejando de Sudamérica durante 30 0 40 millones de años. La península Antártica es otra placa tectónica similar, y hay elementos comunes, pero cada una tiene su propia biodiversidad. Si transfieres cosas entre ellas, también incorporas nuevas funciones al ecosistema.

Y es que según el equipo de investigadores, el problema de las especies invasoras va en aumento en aquellas regiones hasta ahora aisladas de la Antártica. La razón: el gran número de visitantes que llegan al enclave. Se calcula que alrededor de 5.000 científicos y 30.000 turistas llegan hasta allí cada año. Para Convey:

El riesgo surge cuando la gente se llena las botas de lodo. Dos días después. en las islas Orkney, el lodo cae de las botas, y quedan en capacidad de colonizar el área. Al día siguiente, el barco llega a la isla Elefante, que está en la punta de la península Antártica. Veinticuatro horas después se encuentran en medio de la península. Hay el peligro potencial de transportar cosas simplemente caminando de un lado a otro.

El equipo de investigación finaliza su estudio explicando que el impacto de estas especies de insectos será amplio y duradero, principalmente porque tienen la capacidad de adaptarse a condiciones extremas. Aunque no existe solución posible ante esta situación, Convey da una clave:

Si cada persona no es cuidadosa con la forma en la que se mueve en estos parajes, podemos convertirnos en el vector de transporte más importante para esta situación.

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