A veces, surgen usos poderosos de herramientas que ni mucho menos se habían ideado enfocándolas a ellos. Twitter es un gran ejemplo, desde su creación ha ido aumentando su número de usos potenciales y cada empresa o particular puede darle funciones diferentes para su beneficio. Desde algunas muy desafortunadas, al ejemplo de hoy publicado por The Guardian, algo más complejo y sorprendente, y que puede ayudar a que gobiernos locales y nacionales planifiquen el futuro de sus sistemas de transporte.

La idea nace de Eric Fischer, quien ha recopilado los datos de geolocalización de más de un millón de tuits basados en viajes que tuvieron lugar en el mes de agosto de 2011. Datos recopilados tanto en algunas áreas de Estados Unidos como del Reino Unido y del continente europeo, para poder obtener de una forma muy visual -reflejados en un mapa- los flujos de movilidad de sus habitantes y conocer así cuáles son las rutas más transitadas de cada región. Datos que bien podrían ayudar a las administraciones a planificar la adecuación de las rutas de transporte o la creación de otras nuevas en función del volumen de tráfico que tengan que soportar, y por tanto, retrasar o entorpecer la circulación de los ciudadanos.

Los millones de tuits que tomó Fischer para elaborar estos mapas fueron cruzados con datos de nodos de transporte de cada país. El resultado, el que podemos ver en las imágenes: mapas regionales, nacionales o continentales a los que se superponen las vías más utilizadas en base a esos datos, siendo de mayor grosor las más utilizadas en base al volumen de tuits que se enviaron durante su recorrido, convirtiéndose así en un útil cartograma para los planificadores urbanos.

Un primer uso potencial lo tendría el cartograma del Reino Unido, pues los responsables del proyecto del HS2 (High Speed 2) podrían ver con buenos ojos y utilizar para el beneficio de sus futuros usuarios estos datos. Diferente es el caso de la red de transporte europeo, que salta a la vista que se hizo con un número menor de datos: sólo 60.000 viajes para todo un continente. Además, su propio autor reconoce que son datos algo desvirtuados porque el uso proporcional de Twitter en Reino Unido u Holanda es muy superior al del resto de países.

En los casos de las tres ciudades norteamericanas, se contempla los diferentes niveles de complejidad según la orografía y la composición urbana de la zona. Desde el caso de Nueva York, donde se comprueba rápidamente la densidad de uso de Broadway y la definida estructura de su red de metro, hasta el sorprendente de Chicago, pues sus 10.000 puntos de datos trasladados a una cuadrícula de OpenStreet Maps revelan una gruesa ruta hacia el suroeste que no se corresponde con ninguna carretera principal ni ninguna vía de ferrocarril. También es destacable el de San Francisco, que debido al ancho radio de precisión de los tuits hace imposible conocer con exactitud en qué vía o carretera exactas circulaban sus usuarios.

Los usos potenciales que se pueden obtener de estos datos son muchos, y seguro que los gobiernos se muestran interesados en esta forma alternativa y novedosa de tener un poco más el control en las manos de los flujos de movimiento de sus ciudadanos. Los mapas completos pueden encontrarse en el Flickr del autor.

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