Dos años y cinco meses. Es el tiempo que pasó desde que Steve Jobs presentó el primer iPad en Nueva York, hasta que el ya despedido Sinofsky, junto a Steve Ballmer, presentaron su respuesta: Microsoft Surface. Un período que en la tecnología de consumo es un abismo. Y que ahora el propio Ballmer empieza a admitir.

Hace poco más de un mes desde que se pusieron a la venta las primeras unidades de Surface RT, la tablet con arquitectura ARM que pretende hacerse un hueco entre el ya copado mercado de tablets, y que se disputan los iPad y algunos modelos con Android principalmente. Tras una semana a la venta, los primeros datos eran de un éxito de ventas. Optimismo que fue apaciguado cuando Ballmer hablaba de un comienzo modesto.

Por si fuera poco este titubeo inicial, las acciones de Microsoft se mantienen muy estáticas, sin los grandes repuntes y evoluciones ascendentes notables que han conseguido en los últimos años rivales como Google y Apple. Cuestión por la que sus accionistas preguntaron a Ballmer, acompañado de Bill Gates, ante el hecho de que dichas acciones apenas han aumentado su valor en los últimos años. Ballmer, mostrándose comprensivo, aseguró que se estaba trabajando en aumentar las ventas de sus dispositivos, y por tanto los beneficios de sus accionistas. Ante la pregunta (más bien acusación) de si Microsoft debería de haber reaccionado antes al fenómeno de las tablets, especialmente por el notable retraso respecto a Apple, Ballmer no esquivó la pregunta.

Quizá deberíamos haberlo hecho antes, pero ahora estamos innovando sobre todo en la unión de software y hardware.

Pasado este punto, el CEO de Microsoft quiso resarcirse hablando de los buenos números de ventas de licencias de Windows 8: 40 millones en su primer mes, un aumento gradual respecto a las de los primeros momentos, que en efecto estuvieron muy por debajo de lo esperado. Cifras que de continuar así, darían un respiro a Microsoft ante sus accionistas, pues supondría una notable mejora respecto a las cifras de Windows 7, que siendo la versión más popular y de temprana adopción por parte de sus usuarios, consiguió vender 60 millones de licencias en su primer trimestre. Asimismo, tuvo palabras para destacar los elogios recibidos por Nokia y HTC por sus buenos resultados con el sistema operativo Windows Phone.

En cualquier caso, a pesar de que Microsoft ha conseguido encauzar una línea ascendente con sus últimos productos, debe hacer una introspección para localizar los fallos que siguen existiendo, detalles o grandes características que pueden provocar el descontento o la desconfianza de sus usuarios. Por ejemplo, el jarro de agua fría que le supuso a los primeros compradores de la Surface RT ver que sólo 16 de sus 32 GB eran aprovechables. O las confusiones de los usuarios menos avanzados con respecto a las diferentes versiones de Windows, RT y 8. Sobre todo de cara a hacer más amigables sus futuros lanzamientos, como el smartphone que estarían probando en Asia en base a los rumores.

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