Una de las peregrinaciones religiosas más importantes del mundo, el camino a la Meca, generalmente está vedada para los fotógrafos. Solamente los musulmanes pueden tener acceso a la ciudad –la más sagrada en el Islam-, y con esto en mente el fotógrafo londinense Toufic Beyhum se propuso documentar el lado más pacífico y espiritual de la religión, que Occidente suele vilipendiar bastante seguido. Para poder pasar los estrictos controles de seguridad de la Meca, además de darle una vuelta de tuerca estética a sus fotos, Beyhum llevó consigo una formato medio Hasselblad 500.

Muchas de las imágenes fueron tomadas en locaciones donde la presencia de cámaras de fotos está prohibida. Pero justamente por este motivo las fotos son íntimas, y nos permiten tener una visión diferente sobre algo a lo que, de lo contrario, estaríamos vedados. La seguridad en estas ubicaciones es muy estricta, pero Beyhum logró pasar su cámara haciendo creer al personal de seguridad que era “basura” que estaba llevando a reparar más tarde. Algunas personas logran ingresar con cámaras digitales pequeñas pero más allá de eso, cualquier otro tipo de equipo es notado rápidamente.

Beyhum cuenta que realizó este viaje a la Meca no con intenciones laborales sino espirituales. Recién a último momento decidió llevar su Hasselblad, con 6 rollos de película. No estaba seguro de tener el tiempo suficiente para tomar las fotografías, y tampoco estaba enterado de las prohibiciones en algunas partes de la Meca. También afirmó que esta ciudad es una ciudad para orar, y para nada más: cada hotel, restaurant y tienda de la Meca está lleno de musulmanes que visitan la ciudad con este propósito, de todas las nacionalidades. Y se logran formar lazos que van más allá del país, del color de la piel o de la clase social.

Pero estas fotos son además una oportunidad excelente para desbancar la imagen de intolerancia con la que son representados los musulmanes en los medios occidentales.

Viviendo en Europa, veo la “mala prensa” que tiene el Islam en los medios. Somos bombardeados con imágenes de musulmanes retratados como terroristas o intolerantes, y sin embargo esas minorías conforman menos del 1% de la población musulmana. Sentí que tenía que mostrar la paz y unidad que presencié mientras estaba en la Meca. Estoy muy contento de haber llevado mi Hasselblad. Fue la elección perfecta, dado que no es un lugar al que se va muy seguido. Quise tener una calidad excepcional. De las miles de personas que vi, nadie tenía una cámara formato medio, así que me dieron un par de miradas. Fue un poco más difícil sacar fotos adentro de la Mezquita, aunque había personas tomando fotografías con sus cámaras digitales o con sus móviles.

Titulado Mecca, el proyecto de Beyhum fue publicado originalmente en Wired.

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