Pocas veces ocurre que llega un dispositivo que cambia radicalmente mi estilo de vida y mi rutina. Cuando eso ocurre, pocas veces es tan pequeño y tan aparentemente discreto como el que nos ocupa hoy, el Fitbit Zip. Un aparato apenas más grande que una moneda pero que ha conseguido triunfar donde muchas otras aplicaciones, programas y redes sociales habían fallado estrepitosamente: que me mueva y haga ejercicio.

El Fitbit Zip es el hermano pequeño de la segunda generación de dispositivos de la familia Fitbit, lanzada hace un año con el Fitbit Ultra, y que se acompaña del Fitbit One, un modelo un poco más avanzado que también reseñaremos próximamente. Cuenta nuestros pasos, mide las calorías quemadas y calcula la distancia.Pequeño, bien pensado y con algunos detalles muy interesantes, así es el Fitbit Zip.

Pequeño por fuera, grande por dentro

Por algún motivo, mirando la página oficial del Fitbit Zip da la sensación de que este es mucho más grande. Basta sacarlo de la caja sin embargo para darse cuenta de que el Fitbit Zip es bastante pequeño (tiene el tamaño aproximado de una moneda) y cabe cómodamente en cualquier parte. Está fabricado en plástico de varios colores: negro, blanco, rosa, azul y verde, con un panel LCD frontal para mostrar la información y la tapa de la pila en la parte posterior.

Junto con el Fitbit se incluye una funda para llevarlo cómodamente con una pinza, una herramienta para abrir el compartimento de la pila y un pequeño dongle USB que podemos conectar al ordenador (Windows o Mac) y sincronizar la información del Fitbit. Una de las mejoras con respecto al Fitbit Ultra es que ahora tanto el Zip como el One son resistentes al agua. Resistente al agua no es lo mismo que sumergible, pero podemos salir con él con total tranquilidad en día de lluvia o mojarnos con él sin que haya el más mínimo problema.

Aunque la pila que se incluye con el dispositivo es una simple pila de botón, desde Fitbit prometen una duración de la batería que oscila entre los cuatro y los seis meses. Desde el Panel Fitbit podemos ver en qué estado de carga se encuentra y nos avisa cuándo es necesario cambiarla. La pinza que viene con la funda es muy sólida y permite ajustarlo en casi cualquier prenda, desde el sujetador en las mujeres, al bolsillo del pantalón, la camisa, el cinturón o incluso el calcetín (útil por ejemplo si queremos medir nuestra actividad en una bicicleta estática).

Y es que el Fitbit recopila toda nuestra actividad mediante el uso de un acelerómetro de tres ejes, lo cual, en determinadas situaciones o ejercicios (bici estática, pesas, tiro con arco o abdominales) puede resultar bastante inexacto. Como vamos a ver más adelante esto es fácilmente solucionable, porque desde el Panel Fitbit, al que accedemos a través de cualquier navegador, también permite introducir la actividad que hemos hecho, el tipo y la intensidad para que lo sume al consumo de calorías de ese día.

¿Qué podemos medir con el Fitbit Zip? Básicamente tres parámetros principales: pasos, calorías y distancia recorrida. Según estos tres parámetros y un algoritmo (que tiene en cuenta nuestro peso, altura e índice de masa corporal) en la web nos muestra un Indicador de Actividad propio de Fitbit que es el que podemos usar para comparar con nuestros amigos y ver realmente quién ha hecho más ejercicio.

En la pantalla se muestran los pasos, las calorías y la distancia además de una carita que sonríe cada vez más conforme nos acercamos a nuestro objetivo. Para cambiar entre calorías, distancia, pasos, reloj y la cara basta con pulsar con el dedo. No es táctil, sino que hace uso de lo acelerómetro para ver cuando pulsamos con el dedo, un sistema poco preciso y que provoca que a veces tengamos que dar repetidas veces hasta conseguir cambiar.

Sincronización, aplicaciones móviles y software de escritorio

Pero la parte más interesante de Fitbit es la sincronización, mediante Bluetooth 4.0 podemos sincronizar cómodamente el Fitbit en segundo plano con nuestro smartphone. De momento y por desgracia sólo está disponible una aplicación que funciona con iPhone 4S y iPhone 5 (aunque no está adaptada para la pantalla de este último, fallo importante), desde Fitbit nos prometen que la de Android llegará dentro de muy poco. Se agradecería también una versión para iPad que aproveche el tamaño de la pantalla para ver mejor la información sincronizada.

Si queremos usarla con el ordenador deberemos utilizar obligatoriamente el dongle USB, no podemos hacerlo por Bluetooth. Puede resultar un inconveniente, pero si tenemos en cuenta que lo ideal es que el Fitbit Zip ande siempre en nuestro bolsillo y que nuestro smartphone tampoco suele estar mucho más lejos con ir sincronizando los datos en segundo plano es suficiente. Para consultar los datos deberemos ir al Panel de Fitbit en nuestro navegador o bien a través de la aplicación, aunque se ven de manera más precisa y avanzada en la web.

El Panel Fitbit, algo más que datos

Es el puesto de control, desde donde tenemos acceso a toda la experiencia Fitbit. En el mismo podemos introducir nuestra altura y nuestro peso para que calcule nuestro índice de masa corporal y cómo repercute el ejercicio que hacemos en el mismo. Gracias a las gráficas podemos ir viendo la evolución de nuestra actividad, el ejercicio que hemos hecho a lo largo del tiempo o en un día determinado y compararlo con otros períodos de tiempo.

Pero los datos en bruto no es lo más interesante, Fitbit nos permite crear un plan alimentario si lo que estamos buscando es medir nuestra actividad física para perder peso. Lo hace además de un modo muy curioso, simplemente introducimos nuestro peso ideal y un plan para alcanzarlo que puede ser agresivo (más ejercicio pero tardamos menos tiempo, equilibrado o a largo plazo. Según esto la aplicación nos dirá las calorías que tenemos que quemar ese día determinado y las que podemos ingerir aún para cumplir con el objetivo.

Para ello por supuesto es necesario que mida no sólo el ejercicio que ingerimos, sino también lo que comemos. Desde el Panel podemos registrar como mencionábamos antes cualquier tipo de actividad física pero también lo que comemos. La precisión de lo que comemos no llega únicamente a "un sandwich" o "un filete" con un cálculo de calorías aproximado, sino que incluye también productos de los supermercados más conocidos y las cadenas de restaurantes más populares. En el caso concreto de España es una función que aún está por implementar, según Fitbit estará disponible antes de navidades.

La familia Fitbit

El Fitbit Zip es el menor de la familia. A él se le unen el Fitbit One, disponible próximamente, y sobre todo la báscula Fitbit Aria que también se sincroniza vía WiFi y que es el complemento perfecto para el One el Zip, ya que nos ahorra el paso de tener que estar introduciendo nuestro peso manualmente a lo largo del tiempo para calcular la eficacia de nuestro ejercicio, aparte de reconocer varios usuarios.

Otra de las grandes ventajas del Fitbit es la de poder sincronizarse con aplicaciones de terceros, entre las que destacan Endomondo y Runkeeper, de modo que el ejercicio que realicemos con el dispositivo quedará registrado en estas redes sociales y al mismo tiempo todo lo que hagamos en estas se sumará a la información de calorías y ejercicio del Panel del Fitbit. ¿Cuáles son las diferencias del Fitbit Zip con respecto al One? La principal es el precio, siendo casi la mitad de barato, pero por contra perdemos la monitorización del sueño y la escaleras subidas, además de funcionar con batería recargable en lugar de con una pila.

¿Y contra la Fuelband? A nadie le cabe duda de que a Nike le está yendo muy bien con su pulsera y es interesante ver cómo Fitbit puede plantarle cara. En mi opinión, la principal virtud de la Fuelband es también su principal defecto, es decir, el único indicador que nos da es una serie de puntos, los puntos de NikeFuel y con eso competimos contra nuestros amigos y contra nosotros mismos valorando nuestra actividad diaria. Pero esa simplicidad que es positiva por un lado también puede ser un punto en contra si lo que buscamos es datos más avanzados y una medición en calorías, pasos y distancia, unido a que podemos establecer un plan alimentario para ir bajando peso hasta conseguir nuestro objetivo. Son dos visiones complementarias para un mismo fin, el mismo que especificaba el comienzo de la reseña: que movamos el trasero y hagamos ejercicio.

El aspecto social

Uno de los aspectos fundamentales del Fitbit es su dimensión social. Podemos agregar a más amigos con Fitbit y competir contra ellos, a la vez que vemos el progreso desde la aplicación, sus insignias y dejarles comentarios, burlarnos de broma si lo hacemos mejor o felicitarles por su rendimiento.

Es de agradecer que Fitbit haya puesto mucho esmero en la privacidad y que casi cualquier parámetro sea personalizable a nivel de si queremos que sea público completamente, sólo visible para nuestros amigos o sólo visible para nosotros.

Junto con esto, el propio sistema nos recompensa con insignias, muy similares a las de Foursquare por ejemplo, que también nos motivan a competir contra nosotros mismos y a hacer ejercicio para conseguir las de más alto nivel.

Conclusiones y precio

9/10

¿Cómo? ¿Un 9 a un dispositivo que "sólo" cuenta pasos y mide calorías? Sí, un 9 a un dispositivo que "sólo" cuenta pasos y mide calorías. El Fitbit ha conseguido que lo que antes hubiese sido un trayecto en Metro o autobús ahora se convierta en una caminata de 25 minutos que, despúes de todo, no es para tanto. O un trayecto de camino a la oficina todos los días que es 10 minutos en coche pero andando sólo un poquito más. El poder ver tus datos, el ejercicio, las puntuaciones, el poder competir contra ti mismo y el impulso de superarse son, a la larga, la verdadera magia del Fitbit.

Y sí, sigue siendo interesante sí lo que queremos es monitorizar hasta el último aspecto de nuestra salud, como calorías ingeridas, quemadas, altura, peso, evolución y ejercicio pero por encima de todo eso el Fitbit al final provoca que camines, que te muevas y, antes que cualquier otra cosa, es lo que le da su verdadero valor.

Está ya disponible a $60 dólares o 60 euros al cambio y puede adquiririse en diversos establecimientos, desde grandes almacenes a Apple Stores, donde venden de forma exclusiva el color blanco.

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