Facebook

A finales del año 2010, Facebook desplegó en Estados Unidos una funcionalidad que, aunque a priori podía parecer cómoda, se convirtió en algo que incomodó bastante a los usuarios: el reconocimiento facial. Esta funcionalidad permitía reconocer los rostros que aparecían en las fotos y etiquetar a nuestros amigos de manera automática, algo que podía ahorrarnos tiempo pero que inquietaba bastante porque, además de amasar gran cantidad de información sobre los usuarios, Facebook podía reconocerlos y señalarlos en una foto. El panorama se complicó cuando en el verano del año pasado, Facebook desplegó de manera masiva esta funcionalidad activándose por defecto, un hecho por el que la Unión Europea cuestionó a la red social. En Irlanda, el organismo encargado de la protección de los datos personales de los ciudadanos inició una investigación para aclarar si esta funcionalidad violaba la normativa europea y tras las presiones (o recomendaciones) de la Unión Europea, Facebook ha decidido desactivar el reconocimiento facial en Europa.

Irlanda ha jugado un papel fundamental en este caso porque gracias a la investigación realizada por su agencia de protección de datos, Facebook ha tenido que dar un paso atrás y cortar de raíz una funcionalidad que no gustaba a gran parte de los usuarios gracias a que las operaciones europeas de la red social de Mark Zuckerberg tienen como base este país (por tanto está sujeto a su legislación).

La investigación irlandesa terminó con una serie de recomendaciones hacia Facebook que, ante el temor de un endurecimiento del marco legal europeo relativo a la privacidad y el tratamiento de datos personales, ha decidido acatar sin necesidad de agotar el plazo de 4 semanas que se le ha dado como margen (que acarreaba una multa de 100.000 euros si no se cumplía). Además de desactivar el servicio (que habían activado por defecto a todos los usuarios sin preguntar ni siquiera si lo querían usar), Facebook se ha comprometido a eliminar, antes del 15 de octubre, cualquier patrón o modelo de datos que se use como base para reconocer las caras de los usuarios y tendrá que pasar una nueva auditoría para comprobar que, realmente, se están cumpliendo los compromisos adquiridos.

Que Facebook vaya a desactivar esta funcionalidad en Europa es una importante victoria en la protección de la privacidad de los usuarios y una garantía de que este tipo de abusos no se van a permitir (por mucho que Facebook se parapete en el marco legal estadounidense o alegue que es una funcionalidad orientada a mejorar la experiencia del usuario).

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