Sam Muirhead, un cineasta alemán, tiene un proyecto increíble entre manos: quiere vivir un año completo al estilo open source. ¿Cómo es esto? Sencillo. Quiere demostrar que todo lo que consuma puede ser construido y replicado por cualquier persona. Su objetivo incluye desde encontrar tiendas que vendan productos 'abiertos' (si es que existen) hasta fabricar él mismo sus propios objetos (ropa, tecnología, libros, lo que sea). Suena como una locura, pero vale la pena mirar su propuesta:
Este carismático personaje quiere llevar la filosofía del open source al límite. No hay excepciones: su forma de transportarse, de comer, de vestirse, todo tendrá que cambiar para adecuarse a esta doctrina. Obviamente, como la mayoría de estas ideas alocadas, Sam recurrió a Internet para pedir financiamiento (bueno, el crowdfunding claro que va con sus ideales), de donde consiguió poco más de 6.700 dólares. Así, en este mes, iniciará la aventura de vivir bajo estas reglas por 365 días.
¿Ustedes se han preguntado si podrían subsistir de esa manera? Yo no sé si duraría siquiera unos cuantos días. Vamos, que a primera vista parece sencillo: uno puede prepararse algo de comer con sus propias manos o recurrir a la bicicleta para transportarse. Pero, entonces, vienen las preguntas: ¿para ser completamente open source, la comida debe ser cultivada por uno mismo? ¿Si me muevo en bicicleta, también debe ser un objeto "de código abierto"? Estamos tan acostumbrados a la dinámica del consumo que el simple planteamiento de la situación puede darnos fuertes dolores de cabeza (¿y si Muirhead se enferma, se preparará su propia medicina?)
Francamente, este proyecto me llama la atención porque no me imagino cómo podrá solucionar todos los escenarios que le surjan. Si quieren seguirle la pista, a través de su sitio web estará colgando los vídeos (¿en qué formato? ¿cómo le hará?) para que conozcamos los resultados de su experimento. Quién sabe, a lo mejor también podamos aprenderle un par de cosas para hacer nuestra vida un poco más open source.