¿Y si construimos entre todos una consola que no llegue a los 100 euros, con un sistema operativo abierto a los desarrolladores de todo el mundo? ¿Y si esa consola viene provista de todas las especificaciones necesarias de cualquier otra en el mercado? Incluso cabe la posibilidad de "tunearla", de "abrirla", de hackearla libremente y a nuestro antojo sin necesidad de terceros o pérdidas de garantía. Una consola donde los juegos sean parte de todos, financiando y construyendo un mercado más barato, "Free To Play" basado en suscripciones o micropagos. Esa consola tiene desde hace unas horas un nombre propio: Ouya, la consola que ha batido el récord del millón de dólares en Kickstarter en menos de un día.
Por partes. Ouya es la idea de una compañía independiente de videojuegos que ha encontrado el momento y el lugar perfecto para desarrollar una idea rompedora. Financiar una propuesta así, de la nada, solamente es posible hoy, con el auge de páginas como Kickstarter donde la financiación en masa ha visto en el último año como proyectos con un buen slogan y una buena idea salían adelante con la ayuda de los usuarios.
Detrás de Ouya se encuentra un producto que recoge parte de la esencia que hoy triunfa en el ocio electrónico. Aúna los dos conceptos que triunfan en el mundo de los videojuegos. Por un lado, la consola de toda la vida, una máquina potente, con su mando inalámbrico y sus especificaciones y conectividad básicas para no desentonar. Por el otro, un sistema operativo abierto a la comunidad, basado en el auge del mundo móvil, con los smartphones y tablets y su facilidad para generar pequeñas joyas a bajo coste, obras del ocio electrónico que no requieren de grandes desembolsos.
A nadie se le escapa que ahora mismo el mercado que más está pegando es el "móvil", los juegos para tabletas y smartphones son cada vez más potentes y los desarrolladores y creativos ven en este mercado el presente y futuro. Quizá uno de los grandes problemas sea la propia experiencia de juego, hasta ahora jugar con pantallas táctiles no puede llegar a competir con una gran pantalla y un mando en nuestras manos… y esto es precisamente lo que aúna la nueva consola.
Sus especificaciones serían:
- Android 4.0.
- 1 GB de RAM.
- Nvidia Tegra3 de cinco núcleos.
- 8 GB de almacenamiento flash interno.
- Conexión HDMI (1080P).
- Wifi 802.11.
- Bluetooth LE 4.0.
- USB 2.0.
- Mando inalámbrico y Touchpad.
Con la idea desarrollada, la consola de los 99 dólares se presentó en Kickstarter. Se necesitaban 950.000 dólares para que el proyecto saliera adelante en 30 días. Bien, en menos de 24 horas batió récord sobrepasando la barrera del millón de dólares, en dos días el proyecto lleva recaudado más de dos millones de dólares y aún faltan 29 días.
Con estos números, solamente dos días después de que el proyecto comenzara a "financiarse", nos preguntamos si estamos ante el primer cambio radical en la industria del videojuego en décadas. Parece que el éxito lo tiene más que asegurado y plataformas y compañías que llevan en el mercado tantos años se preguntarán hasta donde llegara la aventura de Ouya.
Con la pre-venta ya agotada, la figura de "grandes" como Adam Saltsman, Jenova Chen o Brian Fargo apoyando el proyecto, y a falta de que comiencen a ver la luz los primeros equipos en los hogares (prevista para marzo del 2013), el mercado de los videojuego y su industria podrían haber comenzado el 9 de julio una nueva forma, distinta, de entender el ocio electrónico.