Estamos rodeados de parásitos la mayoría de los cuales no suponen una molestia mayor para los seres humanos. Los animales que comemos, suelen estar cocinados por lo que tanto microbios como parásitos mueren antes de ser ingeridos. Por eso es tan extraño el caso de una mujer coreana cuya boca se vio invadida por bolsas de esperma de un calamar que comió.

El Todarodes Pacificus es un calamar muy común en las costas del Pacífico desde Alaska hasta Vietnam donde se han encontrado hasta 25 especies distintas. Pesan hasta medio kilo y su tamaño alcanza los 50cm siendo mayor la hembra. Se mueven por un sistema de propulsión a chorro: un sifón toma el agua por un lado y lo expulsa por el otro.

Después de nacer se desplazan hacia el norte y al final de su vida se juntan en áreas reproductivas. Su vida dura un año y al poco de reproducirse mueren. Los machos dejan en la hembra los espermatoforos, bolsas llenas de espermatozoides que se introducen integralmente en el cuerpo de la hembra durante la cópula. La hembra emprende viaje al sur, a su lugar de nacimiento, mientras en su interior el espermatoforo madura. Al final del viaje, ya en su lugar natal, la hembra pone entre 300 y 4000 huevos.

El caso reportado es el de una mujer coreana de 63 años que sufrió un dolor agudo en la boca después de comer un calamar, con sus órganos internos, que había sido cocinado . No se lo tragó sino que lo escupió inmediatamente. Se quejaba de un escozor y la sensación de un cuerpo extraño en la boca. Los médicos encontraron doce bolsas alargadas en la mucosa de la lengua, mejilla y las encías. Tras retirar y examinar las bolsas determinaron que eran espermatoforos de calamar.

Otros casos han sido reportados, generalmente de calamares crudos, pero este es el primero en el que el calamar estaba cocinado.

Foto: Wikipedia

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