Lo que han conseguido científicos de la Universidad de Colorado y la National Institute of Standards and Technology podría llevar a la construcción de ordenadores más rápidos e inteligentes. Los investigadores han puesto de manifiesto la vida interior de los imanes usando la fuente la luz más rápida del mundo, capaz de crear pulsaciones de rayos X de tan sólo una cuantrillonésima de segundo de duración. Una tecnología bajo el nombre de High Harmonic Generation.

Gracias a ello el equipo pudo observar cómo trabaja el magnetismo en el níquel y átomo de hierro, se dieron cuenta de que cada metal se comporta de manera diferente. Pensemos que una cuantrillonésima de segundo es un millón de veces más rápido que la millonésima parte de un segundo.

Y es que según cuentan los expertos, las próximas generaciones de discos duros de los equipos utilizarán un sistema óptico magnético para lograr altas capacidades en las unidades.

A partir de lo conseguido los investigadores intentarán avanzar en muchas de las preguntas que aún quedan por responder. Una de ellas girará en torno a cómo la entrega de energía óptica en el sistema magnético puede ser optimizado para un rendimiento de unidad.

Según Tom Silva, científico de la investigación:

El descubrimiento de que el hierro y el níquel son fundamentalmente diferentes en su interacción con la luz a escalas de tiempo ultrarrápidos, sugiere que las aleaciones magnéticas de discos duros podrían ser diseñados para mejorar la prestación de la energía óptica en el sistema de giros.

Silva habla del magnetismo, el cual existe porque los "giros" de un imán están alineados en un punto en la misma dirección. Según Silva:

Lo que hemos visto por primera vez es que los giros en el hierro y los giros en el níquel reaccionan a la luz de diferentes maneras, con el hierro el giro se mezcla por la luz de forma mucho más fácil que en el níquel. Esta diferencia tan sólo fue posible mediante el aprovechamiento de la tecnología extremadamente rápida de rayos X que desarrollamos.

Una tecnología con el sobrenombre de High Harmonic Generation capaz de abarcar una amplia porción del espectro electromagnético, en este caso, capaz de incluir la región espectral donde el níquel y el hierro interactúan fuertemente con los rayos X.

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