A pesar de que generalmente son lindas azafatas las que nos advierten/regañan porque debemos apagar el smartphone, tablet, eReader o cualquier dispositivo electrónico, es algo molesto estar en ese vaivén minutos después de que todo se estabiliza. Esto es algo que se viene discutiendo desde la popularidad de tabletas y lectores electrónicos, además de los teléfonos (inteligentes o no) que siempre terminan sonando minutos o segundos antes.

Esta presión se hizo sentir desde hace unos años atrás y la FAA (Federal Aviation Administration) doblegó un poco permitiendo, de alguna manera, siempre y cuando las aerolíneas demostrasen que los equipos electrónicos no interferirían con la aviónica de las aeronaves. Sin embargo, como la mayoría se habrá dado cuenta, en EE.UU. y cualquier parte del mundo esto no ha cambiado y seguimos sin poder utilizar un Kindle o iPad porque el proceso, según comentan en NYT es costoso y y conlleva a una variedad de procedimientos.

Una idea de lo que tendría que hacer para poder agrandar la lista de equipos permitidos, sería realizar pruebas por separados. Por ejemplo, si se trata del iPad, habría que realizar vuelos vacíos para cada versión de la tableta, es decir, tres vuelos. Si se trata del Kindle, también sería un vuelo para cada versión. Ahora, si sumamos todos los terminales d Samsung, HTC y Nokia, ya tenemos una idea de por qué no han tomado las pruebas por sus manos. La solución podría ser sencilla si las aerolíneas se unen y dividen el trabajo pero parece que hasta ahora a ninguno le ha pasado por la mente.

Algunas pruebas realizadas por expertos y por descarte en las torres de control arrojan que de 50 inconvenientes que sucedieron en un año, pocos tenían que ver con la interferencia de equipos electrónicos. Ahora, por lo que reveló Laura J. Brown, funcionaría de la FAA en EE.UU., la administración ha optado por revisar una vez más las políticas que rigen esta prohibición y podrían, dentro de poco, permitir el uso del equipos electrónicos durante todo el vuelo, incluyendo despegue y aterrizaje. La misma FAA sería quien se encargará de buscar la manera de realizar las pruebas y nos las aerolíneas, lo cual haría -por lo menos en teoría- que sí se lleve a cabo tan pronto como ellos lo decidan y no quede en manos de las empresa que, por supuesto, mientras les acarree gastar más dinero, seguirán aplazando las pruebas.