Thomas_Jefferson

Muchas veces, por falta de espacio, los museos almacenan piezas que, aunque forman parte de sus fondos, no se pueden exponer al público y, desgraciadamente, terminan en un almacén en espera de obras de ampliación o son tan delicadas que no pueden ser expuestas por no poder garantizar su conservación o su seguridad. Uno de los grandes museos y centros de investigación de Estados Unidos es el Instituto Smithsonian, que posee 19 museos, nueve centros de investigación y hasta un zoológico pero, a pesar de todos sus centros expositivos, solamente el 2% de sus 137 millones de piezas catalogadas pueden ser contempladas por el público. Pensando en abrir su colección más allá de sus fronteras físicas, la institución ha puesto el foco en un dispositivo del que se habla cada vez más: las impresoras 3D y, según parece, está trabajando en la digitalización de sus piezas para recrear modelos a los que puedan acceder todo aquel que lo desee.

La idea suena francamente bien porque aunque la institución mantenga expuestas 2,7 millones de piezas de sus fondos, aún quedan más de 134 millones en almacenes y, por tanto, el gran público no tiene ocasión de acceder a ellas; así que para atajar este salto, el Smithsonian quiere trabajar en el desarrollo de modelos 3D que permitan obtener réplicas de la gran mayoría de objetos que tienen catalogados.

El proyecto parece estar ya en marcha y han realizado una primera réplica de una estatua de Thomas Jefferson realizada con impresión 3D con el fin de colocarla en una exposición temporal que se celebraba en el Museo de Historia y Cultura Afroamericana.

Esta es la mayor réplica realizada con impresión en 3D que se ha realizado hasta la fecha en una calidad tal que permite ser expuesta en un museo de historia

Gracias a un escáner láser (valorado en 100.000 dólares), cámaras de fotos digitales y software de digitalización, el equipo fue capaz de trabajar en la réplica de la estatua de Thomas Jefferson, abriendo la puerta a la extensión de esta práctica a otras exposiciones e, incluso, la publicación de los modelos 3D para que otros museos, escuelas o cualquier persona interesada, pueda imprimirse su propia réplica 3D de alguna de las piezas del museo.

¿El problema? Lógicamente los recursos, puesto que estamos hablando de una colección de 137 millones de piezas y un equipo de solamente dos personas, algo que hace que el proyecto sea bastante complejo de llevar a cabo. Aún así, el equipo de digitalización del Instituto Smithsonian se ha propuesto construir la mayor colección de objetos escaneados en 3D y de yacimientos arqueológicos que puedan realizar y, para ello, quieren hacerlo con una precisión que les permita llegar a un orden de magnitud cercano a la micra (aunque estiman que solamente podrán digitalizar unos 12 objetos por año).

La verdad es que encuentro esta iniciativa fascinante puesto que podría darle una nueva orientación a los museos, haciéndolos universales y ubicuos gracias a que los fondos estarían a disposición de cualquier ciudadano del mundo que podría acceder a un fondo de archivos digitales de gran precisión.

Parece que el OpenData podría llegar también a los museos.

Imagen: CNET

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