Escuchamos por todos lados que hay reforzar la protección de la propiedad intelectual, que hay que reforzar la frontera entre México y Estados Unidos, que hay que reforzar las economías y bla, blah, blah. Pero todo esto requiere de decisiones y leyes que son creadas con los más bajos estándares de transparencia gubernamental.

La Granada de la Transparencia es un artefacto del artista que tiene objetivo el forzar la transparencia técnicamente, al considerar que “el tedioso proceso de reforma política” necesario para tener más apertura es muy lento. Esta granada hace todo el proceso de filtrar información relevante para la sociedad, sea tan simple como remover un seguro para activar el dispositivo y enviar la información recolectada de forma encriptada a un servidor.

Esta pieza de “ingeniería crítica” del artista neozelandés, Julián Oliver, es una réplica del modelo Soviet F1 y esta fabricada en resina traslúcida y plata. Sus componentes incluyen una micro-computadora “Gumstix”, Arduino Nano, una poderosa antena inalámbrica, una pantalla LCD, micrófono y una tarjeta SD de 8 gigas; todo conectado a una batería de 3.7 voltios. El sistema operativo es Linux.

Los gobiernos aún no entienden que una cuenta de Twitter o un perfil de Facebook para cada institución burocrática no significa transparencia. Mucho menos sitios con PDFS y no con documentos en formato de datos abiertos. Claro que es importante reducir la distancia que separa a las estructuras de gobierno de sus ciudadanos, pero el interactúar con quienes por mandato hay que servir, no reemplaza la necesidad de transparentar los procedimientos, detalles y relaciones de influencia detrás de las decisiones que afectan a miles de ciudadanos.

Por otra parte, esconder información se ha vuelto en algo costoso. Eso es precisamente lo que las filtraciones masivas estilo Wikileaks han producido intencionalmente, subir el costo de la opacidad (o conspiraciones gubernamentales) -- económica y políticamente.

Los profesores Ethan Zuckerman y Lawrence Lessig ya han señalado que la información es más valiosa cuando se comparte que cuando solamente se acumula. Algún día los gobiernos lo entenderán, mientras tanto les podemos recordar que no debería ser una opción el conspirar para el bien común, sino una obligación.

Por el momento la granada ha sido exhibida en exposiciones de arte, lo interesante será ver esto funcionando en los pasillos de la Comisión Europea, Congresos Nacionales o Secretarías de Estado, lo cual no es algo imposible ya que una versión para que dispositivos Android emulen las funciones de la Granada de la Transparencia, esta en camino.

Imágenes vía Julian Oliver.

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