¿Quién dijo yo? Nadie, ¿verdad? Para nadie es un secreto que nos estamos comiendo las uñas por probar Windows 8 en una tableta terminada, real y preparada para el consumidor, no un producto que apenas sea un prototipo. Eso sucederá este año y si los vientos soplan en la dirección de este rumor, no sabemos qué tan bien pueda comenzar Microsoft y socios al momento de plantarle, por fin, competencia al iPad. Antes de que se piense, dejé de pensar que son sistemas operativos diferentes cuando se mostró lo increíble es la interfaz Metro y todo lo que se viene con ella, pero hay que entender que va un poco más allá y al mentenerse como sistema de escritorio. Pero de cualquier manera, llegará con la intención de destronar al iPad, dar un par de patadas a Android, hacer que olvidamos Playbook (si ya no lo han hecho) y situarse como el preferido, ¿se podrá?

Pues por lo que nos anuncian, no está muy claro. El precio de las tabletas con Windows 8 no bajará de $600 y supuestamente no superará los 900 dólares. De ser cierto sería la misma estrategia que comenzaron a aplicar los fabricantes cuando se comenzaron a lanzar las tabletas de gama alta con Android, en varios casos superior en prestaciones al iPad, pero que no sirvió de nada y se ha comenzado a optar por bajar precios pero manteniendo prestaciones interesantes que, al parecer, es lo que va a funcionar. Si Windows 8 se comienza a portar en equipos con ese precio, parece que no habrá mucha diferencia a lo que vemos hoy. Queda claro que la llegada de la nueva versión causará furor, pero al entrar en razón y darnos cuenta que una tableta con Window 8 tiene el mismo precio de un Ultrabook con mejores prestaciones, se pensará dos veces la compra de algún de los dos.

Si detallamos las prestaciones de lo que integraría una tableta con Windows 8, nos encontramos con los procesadores de Intel Clover Trail, que a pesar de estar diseñados para portátiles tienen buena potencia o, por lo menos, es lo que hemos estado viendo. Sin embargo, el principal problema aquí es que Intel no estaría dispuesta a bajar el precio del hardware como también lo viene haciendo con los Ultrabooks, pues prefiere ofrecer alternativas de fabricación sacrificar un poco.

Ahora bien, ¿cuál sería la solución más cercana de los fabricantes que de verdad quieren vender pero posiblemente también estén pensando que los precios del hardware del Intel están muy elevado? Fácil cambiar y adoptar ARM, pues bien sabemos que Windows 8 correría perfectamente. Pero lamentablemente tendríamos otra traba que no sería el precio pues quizás sería más económico si se basa una tableta en la plataforma de NVIDIA, Qualcomm o Texas Intruments, el problema tomaría un nuevo curso y nos apuntaría directamente como consumidores, ¿por qué? porque se viene discutiendo que si un equipo que porte Windows 8 está basado en ARM, no se podrá desactivar el Secure Boot, que aunque no es característica propia de Windows, no podrá desactivarse a menos que las OEM lo permitan que claramente acarreara rendir cuentas.

Estos es apenas teoría, quizás algunos aleguen que no necesitan Ubuntu u otras distribuciones de Windows, pero sabiendo que hay una gran comunidad que no sólo comprará tabletas bajo ARM, habrá rechazo. Claro, no pasará mucho tiempo para que esto sea violado y comiencen a salir versiones actualizadas que sí puedan instalarse pero en un principio sería un gran dolor de cabeza. En resumidas cuentas, o compramos un equipo caro con hardware de Intel o nos limitamos a tener un equipo bloqueado con ARM.

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