La industria del copyright y los gobiernos a su servicio empiezan el año de la única forma en la que pueden: mal.

Numerama informa que desde el 23 de diciembre del año pasado, HADOPI no existe legalmente, debido a que no cuenta con los 9 miembros requeridos por ley.

Recordémos que HADOPI no es una únicamente una ley sino también una agencia burocrática (Haute Autorité pour la Diffusion des Œuvres et la Protection des Droits sur Internet) dedicada a dar seguimiento a las denuncias de los titulares de derechos de propiedad intelectual, aplicar los strikes que eventualmente pueden terminar en desconexión y analizar casos para emitir recomendaciones a los jueces.

Uno pensaría que HADOPI es una prioridad para la administración de Sarkozy, pero no, al parecer el decreto para nombrar a los reemplazos de los funcionarios Jean Musitelli, Patrick Bouquet y Michel Thiollière — quienes terminaron sus funciones el pasado 23 de diciembre del 2011 —-no ha sido publicado --, lo cual prácticamente deshabilita a esta autoridad en el sentido estricto. Una de las justificaciones a esta situación es que el Ministerio de Cultura afirma que será el encargado de los nuevos nombramientos, pero Numerama afirma que la ley bajo la cual opera HADOPI estipula que esto es responsabilidad del gobierno y no de una autoridad administrativa.

Claro, nunca nada es claro en cuanto a la responsabilidad leyes de derecho de autor. Mientras tanto, HADOPI es inoperante ya que al estar formada por una mezcla de “Colegiado y una Comisión para la Protección de Derechos (de propiedad intelectual)” —que al no estar completos, impiden sesionar para analizar casos y realizar recomendaciones a los jueces.

Lo que sí es claro, es que con el copyright el asunto no es la legalidad que tanto pregonan sus adeptos, se trata de monopolizar el mercado a cualquier precio y por encima de quién sea. De hecho, en la mayoría de las veces la industria del copyright abusa la ley para poder proteger su monopolio… En otros casos, simplemente desusan y quebrantan sus propias reglas, es decir la de una ley que según ellos era vital para que sobrevivieran los (supuestos) creadores.

En verdad a todos nos gustaría que los monopolios intelectuales y los gobiernos dejarán de hacer el ridículo constantemente, pero al parecer su colusión es de tal nivel que esto resulta imposible, es más, se exponen solos. Al igual que la Ley Sinde, los burócratas de HADOPI son elegidos a dedo por el gobierno, por lo cual el hecho de que dejen existir a HADOPI de forma tan negligente, demuestra -- una vez más -- la ineptitud de la burocracia detrás de estas fútiles y represivas leyes.

Imagen vía Jaffiche

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