Hasta ahora se tenía a los cuasicristales como un cuerpo con una estructura extraña mitad cristal mitad vidrio. Descritos por primera vez en 1980 por el científico e investigador Daniel Schetman, quien obtuvo en el 2011 el Premio Nobel en Química por el descubrimiento, hace dos años todo cambió. Se habían encontrado cuasicristales naturales, no construídos en laboratorios. Tras varios tests e investigaciones, desde hace unas horas se afirma que provienen del espacio, posiblemente de algún meteorito.

Y es que la idea formulada cambia completamente la comprensión que teníamos hasta ahora de las condiciones necesarias de estas curiosas estructuras a la hora de formarse. Los cuasicristales son ordenados, como los cristales convencionales, pero tienen una forma más compleja de la simetría.

Haciéndose eco de los patrones de esta simetría se han utilizado para las vertientes artísticas durante siglos. Aún así, los materiales con este tipo de orden en la escala atómica no fueron descubiertos hasta la década de 1980. El descubrimiento tuvo lugar en un laboratorio de fabricación de materiales compuestos de elementos metálicos como el aluminio o el manganeso. Con el mismo obtuvo Schetman el Premio Nobel el año pasado.

En el año 2009, un equipo de geólogos encontraron cuasicristales en unas rocas de una zona montañosa en Siberia. Tras dos años analizando el cuerpo encontrado, el científico de la Universidad de Princeton, Paul Steinhardt, sostiene que formó parte de un meteorito que cayó a la Tierra.

Steinhardt ha presentado un artículo donde los investigadores aseguran que la roca ha sufrido las presiones y temperaturas extremas típicas de las colisiones de alta velocidad que producen los meteoritos en el cinturón de asteroides.

Utilizando la técnica de la espectrometría de masa, midieron las diferentes formas o isótopos del elemento de oxígeno contenido en algunas partes de la muestra de roca.

Lo que encontraron fue que el patrón de los isótopos del oxígeno era completamente distinto a cualquier otro mineral conocido cuyo origen hubiera sido la Tierra. Era algo que se acercaba a lo encontrado en tipos de meteoritos conocidos como carbonaceous chondrite.

No sólo eso, encontraron que las muestras contenían un tipo de sílice que sólo puede darse bajo presiones muy altas (por ejemplo en el manto terrestre o tras un impacto a gran velocidad), las mismas que ocurren cuando un meteorito choca con la superficie de la Tierra.

Finalmente acabaron concluyendo que:

Nuestra evidencia indica que los cuasicristales pueden formarse naturalmente bajo condiciones astrofísicas y mantenerse estables a lo largo de escalas de tiempo cósmicas. Esto sugiere que la naturaleza logró hacerlo en condiciones completamente locas.

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