Mario Di Costanzo, diputado de izquierda del Partido del Trabajo no sabe que existe la opción de BLOCK en Twitter y al parecer eso es razón suficiente para censurar.

Di Costanzo es el típico político novato en las plataformas sociales que no entiende que significa "Don´t feed the troll", y esta ignorancia, lo llevó a la vergonzosa necesidad de declarar en Twitter que los trolls se acabarán gracias a una ley que esta en puerta.

Entonces, al Sr. Di Costanzo le molestan los trolles y cree que la solución es acabar con ellos. Al igual que el príista Arturo Zamora del PRI, que también pretendía censurar las redes sociales debido a sus experiencias personales. Javier Duarte, como todos sabemos, fue más lejos e incluso reformó el Código Penal de Veracruz para tener un recurso legal que le permita reprimir las expresiones de disenso, sin necesidad de acusar de terrorismo a inocentes.

No es nuevo que ya no hay nada que distinga a la derecha de la izquierda en México, la clase política lo único que busca es proteger su status quo a costa de las libertades civiles. Di Costanzo es una figura pública, un servidor público -- sus trolles por más que los odie, no lo son. Y la privacidad es para los individuos, la transparencia para los gobiernos. Por esto, sí Mario Di Costanzo quiere promover una regulación del anonimato tendría que transparentar las razones que dieron orígen a dicho proyecto de ley. (Además de hacerlo público a la brevedad posible.)

Si las razones por las cuales esta ley no son de interés público, por más que tuitee joyas de la irracionalidad tales como: ”el anonimato origina el libertinaje” o ”El regular el anonimato no es censura!”, no hay fundamento para convertir un trauma personal de carácter particular, en una ley que afectaría a lo general, a la sociedad.

Al parecer, el problema de Mario Di Costanzo es un problema de partidos, ya que como todo político mexicano, es lo único que les importa y abusan de su poder para que caigan aquellos que les molestan. Trolles Panuchos, les llama el diputado que simplemente no pudo evitar que sus conflictos partidistas afectarán a la sociedad.

¿Tan díficil es entender que el abuso de un derecho no ha sido nunca justificación para limitarlos o cancelarlos?

Por sí fuera poco, Di Constanzo cree que pueden poner a discusión derechos que no son negociables como el de la libre expresión, mismo que esta intrínsecamente ligado al anonimato. Eliminar el anonimato, no acabara con los trolls ni con la poca simpatía que muchos le tenemos y misma, que no dejaremos de expresar.. Porque la expresión es lo que esta en juego.

Geraldina González de la Vega, mi constitucionalista de cabecera, me dió su opinión al respecto:

Se habla de anonimato para referirse en realidad al uso de pseudónimos en internet pues aunque no se conoce siempre la identidad de las personas que interactúan en la red, se conoce un pseudónimo o alias. En este sentido el anonimato es un derecho y una forma de expresarse, es decir, es una forma de ejercer la libertad de expresión. El poder escribir, publicar y participar en internet de manera anónima, por medio de un pseudónimo o user ID como ahora se llama, es un derecho a la privacidad y a la identidad que ha existido siempre. Para poder participar en las redes sociales, abrir un blog o comentar las notas de los diarios en la web hace falta escribir un nombre de identificación por lo que no puede hablarse de anonimato, en el sentido de que no lleva el nombre de su autor, sin embargo el hecho de que el Estado pretenda obligar a las personas a usar su nombre real para poder interactuar en espacios digitales es una limitación inaceptable.

Es aún más inaceptable cuando estas regulaciones provienen de un gobierno que ha demostrado su ineptitud en todos niveles y que debido a la falta de protección y seguridad que el Estado no puede proveer a sus ciudadanos, el anonimato es una opción de vida o muerte para muchos. ¿En dónde cree que vive Mario Di Costanzo? El mismo ha denunciado muchas veces la ineficacia de las instituciones de justicia en México y el abuso de poder, que ahora, el ejerce.

Jillian C York, Directora de Libertad de Expresión de Electronic Frontier Foundation --una organzición que ha explicado extensamente los fundamentos del derecho al anonimato y litigado para conservarlo-- resume muy bien el tipo de daños colaterales al discurso público y la seguridad de las personas que puede producir un ataque del Estado al derecho al anonimato:

Siempre existirán aquellos para los que un nombre no es una barrera para actuar abusivamente, los que tienen poco que perder no tienen razón para esconderse. Inversamente, aquellos que alzan su voz y que perderían mucho al ser indentificados en línea son aquellos que usan pseudónimos para poder expresarse libremente, sin miedo a la retaliación.

Geraldina añade al respecto:

Las razones para guardar u ocultar la identidad son varias y se han usado a lo largo de la historia de la humanidad fundamentalmente por escritores, periodistas y artistas, van desde el temor a la persecución, la táctica periodística, el temor a los escándalos, la protección de la esfera privada, el deseo de ser original o por individualidad, por deformaciones verbales, para reducir nombres largos, para destacar rasgos positivos, para poder acceder a recursos que de otra manera no se tendrían (por sexo, identidad de género, raza, nacionalidad, religión), por razones religiosas, para que haya imparcialidad en decisiones, en fin. El resguardo de la identidad ha existido siempre, solamente los gobernantes autoritarios prohiben las publicaciones por medio de pseudónimos, solo quienes no tienen claro que internet es un foro plural pretenden limitar la libertad de expresión y el derecho a la identidad y la propia imagen.

Y es que la libertad de expresión no es algo unilateral, como De la Vega explica, la libertad de pensamiento y expresión comprenden la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de toda índole , además, todos tenemos libertad de elegir como hacerlo: con nombre o apellido o por medio de un pseudónimo.

Las razones por las que uno puede optar por no revelar la identidad son varias y el Estado no puede coartar esta libertad obligando a las personas a revelar su identidad cada vez que quieran opinar, escribir, publicar por medio de cualquier plataforma, sea Twitter o Facebook. Son vulneraciones a la libertad de expresión y al derecho a la privacidad y la identidad que no guardan proporción con un fin que ni siquiera se ha logrado explicar. Se dice para que se “de la cara”, pero ello no es un fin legítimo en una democracia constitucional. El legislador Di Costanzo no puede hacer referencia al “interés público” como fin legítimo de una ley que limite derechos, pues es claro que el último objetivo de toda ley es este, pero al tratarse de un concepto tan amplio y abstracto, sería fácil argumentar siempre este interés y siempre sería éste prevalente sobre los derechos individuales.

Aunque no se saben los detalles de la amenazante #LeyDiCostanzo, se esperaría que el diputado de izquierda @marioDiCostanzo (nick que supongo no lleva arroba ni va junto en su acta de nacimiento, es decir, es un pseudónimo) leyera esta grandiosa sentencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación a la brevedad posible, ya que trata un tema que enfrentará al promover su ley: el derecho a la inviolabilidad de las comunicaciones.

Aunque al parecer a legislador de izquierda del Partido del Trabajo, lo único que le importa es que se arrepientan los libertinos:

No estaría de más que pensará dos veces lo que pretende hacer, ya que no hay forma de terminar con el anonimato sin violar las comunicaciones, así como tampoco hay forma de regular el anonimato sin ir en contra del derecho a la intimidad y la privacidad, a la libertad de expresión y al principio democrático.

Otra opción es que el legislador aprenda a usar Twitter, lea un poco de netiquette y utilice el botón de BLOCK, para que mejor se ponga a trabajar para el bien de la sociedad. Lo que menos se necesitan son más legislaciones represoras en México.

Si no le queda de otra también puede considerar:

Su fuero Señor Di Costanzo, esta vez, no le va a alcanzar para censurar a un país harto de ataques a la sociedad por parte de quienes nos mal representan.

Imagen vía Wikipedia

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