Después de asistir a la presentación de Windows 8 en el Build Windows 2011, es inevitable mezclar en una coctelera lo que hemos visto hoy junto a todo lo que se ha ido filtrando en estos últimos meses y coger este cóctel resultante y compararlo con su antecesor Windows 7. ¿Qué mejoras podemos encontrar en Windows 8 frente a Windows 7? Esta Windows Developer Preview Build 8102 que se ha presentado, lógicamente, sigue siendo una beta y no es para nada la presentación del producto definitivo (que llegará en un futuro con sus fanfarrias correspondientes) pero creo que deja clara las bases sobre las que Microsoft apoya esta nueva apuesta y evolución de sus sistemas operativos.

Creo que la integración de una tienda de aplicaciones es una de las joyas de la corona de este Windows 8. Si bien no es nuevo y es algo que está bien asentado en el sector de la movilidad y que Apple lanzó a principios de año para los Mac, la llegada de esta tienda viene a revolucionar la forma en la que los usuarios de Windows adquieren software y cómo se maneja el licenciamiento de éste. Las licencias se asocian a la cuenta de Windows Live, por tanto, todos nuestros equipos (en los que hayamos vinculado esa cuenta) pueden usar el software adquirido, algo así como una licencia por volumen donde nosotros somos "la empresa". Desde el punto de vista de un usuario particular, creo que es un gran avance con respecto a Windows 7 donde la compra de software estaba más relacionada con la piratería (y la comprobación de licencias válidas) que otra cosa.

Otro de los aspectos que más me han atraído de Windows 8 es su acercamiento a la nube, algo que encaja a la perfección con la estrategia global de Microsoft, y que de verdad comenzamos a ver en su sistema operativo. El servicio de Windows Live tomará un papel importante en Windows 8 y, además de servir de llave a la tienda de aplicaciones, integra perfectamente servicios como SkyDrive (el almacenamiento en la nube) que también nos permitirá acceder en remoto a nuestro disco duro a través de este servicio. El uso de unidades de red no es nuevo en Windows, sin embargo, usar almacenamiento en modo cloud computing es un salto cuantitativo. Pero aquí no queda la cosa puesto que su orientación a cubrir aspectos relacionados con el mundo móvil hace que Windows 8 integre redes sociales (Flickr, Twitter, etc), algo que hasta ahora era impensable en la seriedad de un escritorio.

Precisamente el entorno de escritorio es otro salto, si bien el clásico escritorio (que Windows 7 había mejorado bastante) no se pierde y sigue ahí, un nuevo interfaz mucho más cercano al mundo móvil se propone como el interfaz por defecto. Un mosaico de widgets en los que ver lo que sucede (aplicaciones abiertas, feeds de noticias, etc) y que sube un nivel a los clásicos widgets del escritorio de Windows y les da una vuelta de tuerca.

Windows 7

La seguridad, y más a día de hoy, es un aspecto clave que no siempre se ha resuelto bien en los sistemas operativos de Microsoft. Hoy en día existen muchas utilidades que, mediante un Live-CD, nos permiten borrar las contraseñas de inicio de sesión de Windows o, bueno, acceder si conocemos las pautas que sigue alguien a la hora de poner una contraseña. Sea como fuere, salvo que se use un control biométrico, Windows 7 no llegaba a resolver este viejo problema; sin embargo, parece que Windows 8 toma la inspiración del mundo móvil e introduce un sistema de reconocimiento de gestos con el que hacer login en el sistema, algo podría contribuir a la seguridad de estos sistemas.

Recuerdo muy bien la primera vez que me senté delante de Word 2007, el interfaz había cambiado y me costó adaptarme al cambio. Salvo en Office, Microsoft no ha realizado unas variaciones significativas de su interfaz y el explorador de archivos lleva bastante tiempo manteniéndose constante. Sin embargo, de Windows 7 a Windows 8 nos vamos a encontrar un gran salto porque este menú, llamado Ribbon, se extenderá a todas las aplicaciones de Windows 8 (salvo el explorador). Esta es una gran diferencia frente a su antecesor y, seguramente, no vendrá exenta de polémica porque, seguramente, divida a los usuarios entre partidarios y detractores (en los que seguramente me incluya).

Windows 7, tanto desde una óptica profesional como personal, es un sistema operativo de escritorio multipropósito y en el que hablar de algo como la virtualización se queda bastante lejos de sus objetivos. La virtualización para Microsoft, hasta ahora, era algo asociado a servidores algo con lo que, por fin, rompen al incluir Hyper-V en Windows 8.

Finalmente, creo que no podemos cerrar ninguna comparativa si no nos centramos en el soporte. Windows 7 es un sistema operativo concebido por y para el PC y, salvo rarezas tecnológicas, no vamos a ver este sistema operativo fuera de estos soportes. Windows 8 es una ampliación de miras de Microsoft en la que deciden abarcarlo todo y pensar en todo tipo de dispositivos, tablets incluidas. Esta apuesta, algo arriesgada, es una oportunidad para hacerse un hueco en mercados en los que Microsoft no se había asomado con una oferta decente y el soporte de procesadores ARM es una buena tarjeta de presentación para llamar la atención de los fabricantes e integradores.

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