Hace escasos momentos se ha producido la noticia que a muchos nos hubiera gustado dar mucho antes: la todavía actual ministra de Cultura de España Ángeles González-Sinde ha comunicado que dejará la política tras las próximas elecciones generales que tendrán lugar el 20 de noviembre.
El anuncio se ha producido en el marco del festival de cine de San Sebastián -ese en el que David Bravo desarrolló el genial experimento #tablasinde- durante la entrega del Premio Nacional de Cinematografía a Agustí Villaronga, el director de la premiada Pa negre en los pasados premios Goya. Además Sinde aseguró en su discurso que ya había comunicado su decisión de dejar el cargo hace meses tanto al presidente del Gobierno como al candidato socialista Rubalcaba y aprovechó para defender el buen estado de la industria audiovisual en España y el cine político:
La concesión de este premio a Villaronga era inevitable en estos momentos en los que se acusa al cine y a la gente de cine de ser políticos, de meterse en películas sobre los tiempos oscuros de nuestro pasado, pero el cine excelente no puede ser otra cosa que político.
Y así concluirá la nefasta trayectoria política, iniciada el 7 de abril de 2009, de Ángeles González-Sinde quien debería haber dimitido hace tiempo y nos deja como herencia la barrabasada legislativa conocida a nivel popular como Ley Sinde, una reforma del canon digital sin terminar y el escándalo de la SGAE. En cualquier caso, buenas noticias, porque aunque es muy poco probable que el PSOE gane las próximas elecciones, si se hubiera dado la casualidad de lo contrario con Sinde nuevamente en las listas del partido, no puedo llegar a imaginarme el desastre que hubiera significado otros cuatros años más de mandato de esta señora que jamás debió ostentar el cargo de ministra.