Ghostbusters

Siempre me pregunté por qué las cadenas de cine no abrían salas especiales en las que pasaran sólo filmes clásicos. Cuando vi Back to the Future en la pantalla grande --algo que, por mi edad, no había podido hacer--, salí extasiado de la sala. Hay cintas que uno necesita mirar en la comodidad de la butaca, rodeado de cientos de almas, comiendo rosetas de maíz y disfrutando del sonido envolvente. Para que alguien allá arriba escuchó nuestros deseos --y por allá arriba, me refiero a algún altísimo directivo de la Columbia Pictures-- quien, para beneplácito de los fanáticos, decidió proyectar nuevamente Ghostbusters.

Por lo pronto, la película tendrá su regreso en octubre de 2011, únicamente en las salas de Estados Unidos, pero al igual que como ocurrió con Back to the Future, existe la posibilidad de que otros países también la reciban. La decisión se habría tomado como una especie de estudio de mercado para decidir si se lanza la tercera parte de la franquicia, una idea que está rondando en la cabeza de Dan Aykroyd desde hace buen rato. Hasta ahora, el plan para la tercera parte se encuentra detenido por Bill Murray, de quien no se sabe si se unirá al nuevo proyecto. Por lo pronto, se dice que ya se cuenta con un guión preparado, y que independientemente de la respuesta de Murray, se contempla armar un nuevo equipo. Asumo que, si la cinta tiene una buena recaudación en la taquilla, habría luz verde para sacar la secuela.

Ghostbusters es una cinta que está en la memoria de muchos de nosotros, un filme merecedor de nuestras nostalgias. Si bien técnicamente no es una maravilla, tiene ese componente trascendental que pocas películas consiguen. Representa la mezcla ideal entre ciencia ficción y comedia; y su legado consiste en un sinnúmero de videojuegos, series de dibujos animados, juegos para ordenador, juguetes, figuras de acción, sitios emblemáticos y productos coleccionables. ¡Ah, y por supuesto, un montón de risas, carcajadas y frases memorables!

Más que la secuela, a mí me entusiasma que un clásico del cine geek regrese a la pantalla grande. Es lógico que se trata de una medida comercial --y de una forma rápida y simple de forrarse de billetes a costa de éxitos pasados--, pero ¡qué más da! En lugar de filmar costosas secuelas, readaptaciones, refritos y reinicios (entre otras quimeras cinematográficas), un sector de los fanáticos agradeceríamos bastante que estos filmes fueran proyectados nuevamente en dicho formato; sobre todo, aquellas joyas que la generación nacida en los años ochenta no pudimos disfrutar en el cine. Y si no llega a nuestros países, ya tendremos un excelente pretexto para pasar una buena tarde con los amigos reviviendo un clásico.

Recibe cada mañana nuestra newsletter. Una guía para entender lo que importa en relación con la tecnología, la ciencia y la cultura digital.

Procesando...
¡Listo! Ya estás suscrito

También en Hipertextual: