Alucinante, increíble y brutal. La pieza que ha filmado el programador Arturo Castro con Face Tracker es el sueño de toda película de ciencia ficción. Y es que la modificación de nuestra cara en tiempo real conseguida por el usuario muestra una nitidez y plasticidad asombrosa en las expresiones. Paris Hilton, Dalí, Michael Jackson, Warhol o el mismísimo Obama son algunas de las transformaciones que sufre el rostro de Castro en esta vídeo creación de apenas dos minutos.

El hombre nos deja la librería con la que ha conseguido la programación para este cambio a tiempo real produciendo una de las grandes trabas que se presentan en la materia, el seguimiento a través del ordenador y la no rigidez para llevarlo a cabo.

Castro cuenta que en la gran mayoría de proyectos similares el reconocimiento de rostros y las expresiones requieren el registro de algoritmos. La mayoría de programadores que trabajan con estos algoritmos para la alineación de rostros no suelen estar familiarizados con las herramientas y las peculiaridades como pueden ser el aprendizaje de la propia máquina. En otros casos los proyectos de alineación y seguimiento de rostros se basan en algoritmos a partir de otros trabajos, por lo que el rendimiento final es fallido.

Lo que consigue finalmente con el programa es proporcionar el código fuente y modelos capaces de conseguir algoritmos de alto nivel para nuevos registros (en este caso reconocimiento facial), a la vez que proporciona un código base de referencia para la mejora cuantitativa en los registros de la cara. Dicho de otra forma, el programa detecta en tiempo real sin necesidad de entrenamiento o pre-formación ni intervención del usuario.

Lo primero que he pensado al ver este vídeo es las posibilidades que se abren en el futuro con la implementación de esta tecnología. Llevar a cabo la sustitución de nuestra cara por otra a tiempo real incluyendo nuestros gestos no es una quimera. Puestos a imaginar, imaginemos un futuro plagado de cámaras que registren nuestro rostro para cientos de fines o incluso una versión "pirata", ya que en ese "futuro" podríamos llevar una cámara extra individual que aplicada a la original nos llevaría a sustituir nuestro rostro por el de cualquier persona que este cerca. El mismo Castro cuenta en los comentarios que ha pensado en la posibilidad de un proyecto similar. Quizá entonces estaríamos muy cerca de vivir en un mundo de "clones".

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