Después de varios días esperando y de una larga serie de rumores, al finalizar la rueda de prensa acerca de los resultados fiscales de Apple en el segundo trimestre del año, que vinieron acompañados de un récord absoluto, Peten Oppenheimer confirmó que OS X Lion estaría a la venta al día siguiente. Y así, 24 horas después del lanzamiento la compañía ha conseguido vender nada más y nada menos que 1 millón de copias de la nueva versión de su sistema operativo, siendo el lanzamiento más popular de su historia.

Si nos paramos a pensar un poco las causas de tan buena acogida, las primeras que vienen son dos principalemente: el precio y la Mac App Store. Para los que somos usuarios de OS X el precio tan asequible con el que ha sido puesto a la venta, $25 dólares es un punto absolutamente a favor pero si además lo complementamos con la comodidad y la sencillez que brinda la Mac App Store tenemos como resultado que hemos podido actualizar todo el sistema prácticamente con un par de clics y sin levantarnos del sofá más que para ver cómo iba el progreso de la descarga y la instalación de vez en cuando.

Acostumbrados a las tiendas de aplicaciones de los smartphones, donde el proceso es básicamente el mismo, tampoco suena tan asombroso, pero conviene tener en cuenta que si en lugar del lanzamiento de OS X Lion estuviésemos hablando del de Snow Leopard, la versión anterior, todo el proceso hubiese involucrado prepararse, salir de casa, ir a la tienda, comprarlo, volver, meter un DVD y hacer exactamente el mismo procedimiento, estoy convencido de que las ventas no hubiesen sido igual de buenas si Lion hubiese llegado, al igual que sus predecesores, exclusivamente en formato físico.

Tampoco es que Apple haya inventado la rueda, casi cualquier distro de Linux se puede actualizar con un simple sudo apt-get update, a lo que me estoy refiriendo es a que cualquier fabricante, y no necesariamente de sistemas operativos, debería aprender la lección. Distribuir software a través de soportes físicos debería empezar a verse como algo obsoleto. No sólo es más contaminante, más complicado e implica una logística mayor, es que al final acaba redundando en el otro gran motivo al que achacaba el millón de copias vendidas de Lion: el precio. Poder prescindir de un DVD o de una memoria USB implica ahorrarse los gastos de fabricación, empaquetado, transporte y venta en tienda aparte de que para el usuario es, como decíamos, mil veces más cómodo, ni siquiera tiene que salir de casa, un par de clics y listo.

Me gustaría ver un cambio así en toda la industria, en general. Es cierto que para algunas situaciones si puede ser útil y necesario un soporte físico, pero siempre podemos fabricarlo nosotros mismos con un USB por ejemplo, como ocurre con Lion. No sólo sistemas como Windows se siguen vendiendo en DVD sino también otro tipo de programas como antivirus, suites ofimáticas, paquetes de aplicaciones... el método de distribución que ha seguido Apple OS X Lion es una lección, no sólo por las increíbles ventas, que no dejan de ser más que un número, sino porque es la muestra de que el sistema funciona, y de que el usuario lo agradece ¿Será verdad eso que dicen de que los soportes físicos están muertos?

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