Que sí, que las tablets tienen un próspero futuro por delante. Los analistas se han hartado de enunciarlo por activa y pasiva, articulando un discurso en que el iPad y sus colegas se venderán como rosquillas durante los próximos años.

Así, pareciese que la confrontación de e-Readers y tabletas electrónicas no tenga razón de ser, entre otras cosas porque la lectura todoterreno se ha convertido en cualidad exclusiva de los primeros. Esto es, la gente comienza a diferenciar la utilidad de uno y otro dispositivo. Los ávidos lectores acostumbran a subir al metro Kindle bajo el brazo, mientras lo más geek del pasaje se entretiene jugueteando con su Tab.

Este panorama convendría a los fabricantes, pues los e-Readers podrían convivir perfectamente con las tablets. No obstante, tan bucólica situación se esfumará de continuar una tendencia errónea a mi parecer: el que los lectores de libros electrónicos quieran abarcar cada vez mayor funcionalidad, de tal forma que lo que otrora fuese un aparato diseñado para albergar texto digital, hoy nos permita navegar por Internet o descargar aplicaciones.

Si tuviésemos que apostar, de hecho, diría que la distinción será nimia a corto plazo. Por una sencilla razón: el índice de adopción en e-Readers duplica ya al de las tablets, señal unívoca de que la estrategia es rentable: -Saquemos un lector barato, con algunas de las pijadas del iPad y forrémonos -parecen decir los responsables.

Analicemos los datos recopilados por Pew Research, quien en una encuesta determinó un 12% de adultos estadounidenses usuarios de Kindle, Nook o derivados, cuando hace seis meses (el estudio tuvo lugar el pasado mayo) la cifra era del 6%.

En el caso de las tablets, se habla de un 8% de propietarios frente al 5% de medio año atrás. Se hace evidente la gran disparidad en cuanto al crecimiento de bases instaladas.

Por su parte, se estima que un 3% de la población en EEUU tienen en casa ambos dispositivos, porcentaje muy por debajo de smartphones (83%) ordenadores de sobremesa (57%) o portátiles (56%).

Podría equivocarme, pero mucho más sano sería para Amazon y Apple (por nombrar sólo dos) el que sus esfuerzos buscasen un aumento notorio de ese 3%. Pero claro, con las halagüeñas previsiones que citaba al principio, nadie va a querer quedarse sin su trozo del pastel.

Vía: TechCrunch

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