El movimiento de los mil nombres y las mil caras en pos de cambios sociales y políticos en España que eclosionó hace tan sólo cinco días tomando el relevo de las manifestaciones del 15 de mayo crece a una velocidad alarmante --alarmante principalmente para algunas de las grandes empresas llamadas partidos políticos--. Tras el rotundo éxito de la anterior jornada en la que la #acampadasol y sus maneras pacíficas de protesta se extendieron más por todo el territorio español, en la de ayer vivimos otro repunte, que no decae, con la asistencia de todavía más personas que en días pasados a la concentración convocada en la Puerta del Sol de Madrid y a las de otro montón de localidades de España.

Y es que parece que ahora sí esto es imparable. Al comienzo de la tarde la Junta Electoral Provincial de Madrid y otras decidieron que había que ponerle freno a las protestas, pero eso, a priori negativo, se convirtió en minutos en un nuevo soplo de aire fresco: segundos después de conocerse la decisión de la Junta Electoral la red entró en ebullición; cientos de mensajes acompañados de las etiquetas ya conocidas que dejaban muy claro que la respuesta a la prohibición iba a ser épica se comenzaron a publicar en Twitter llegando la confirmación de las “amenazas” a las 20:00 horas.

Desde Madrid a Sevilla pasando por Granada, León, Barcelona, Cádiz, Jaén y así hasta completar un listado de ciudades que no para de crecer, decenas de miles de ciudadanos de toda clase y condición salieron nuevamente a las plazas para mostrar abiertamente su descontento y pedir reformas serias, protestas que con la llegada de la noche fueron disminuyendo en número hasta volver a su estado original de acampadas que también fueron más y más concurridas que las de ayer a pesar de la lluvia (por ejemplo en Madrid el jarreo fue tal que las precarias infraestructuras del campamento quedaron muy dañadas y ninguno de los 400 indignados allí apostados pudieron dormir ni realizar las asambleas).

Así, entre concentración y acampada, la viralidad del movimiento impulsada por Internet aumenta y ha traspasado las fronteras geográficas españolas. El miércoles llegaron los primeros avisos con las concentraciones en apoyo a las protestas de España delante de las embajadas del país en Londres, París o Lisboa y hoy y mañana se han convocado mediante Facebook y Twitter concentraciones en Roma, Florencia, Bolonia, Padua, Milán, Turín, Berlín, Bruselas, Birmingham o Buenos Aires (importante aclarar que algunas de las convocatorias van en la línea del apoyo a las de España y otras, como las de Italia, parece ser que van más por el lado de conseguir arrancar movimiento propio fundando sobre las bases marcadas por las acampadas de la tierra de Cervantes). Por otro lado la corriente de cambio también ha golpeado de lleno en la prensa internacional; The Washington Post lleva este jueves en su portada la concentración de ayer en Madrid, The New York Times se hizo eco de ella, el rotativo italiano Corriere della Sera comparaba lo de la Puerta del Sol con lo visto en El Cairo -- y Libération decía que “Los indignados toman la Puerta del Sol".

Este es el panorama, confuso y utópico por momentos, pero del que al mismo tiempo <muchísimos se sienten parte y están sacando conclusiones sin que nadie se las explique. Por ejemplo, que Internet es en gran medida la herramienta que ha hecho posible el nacimiento y crecimiento de la #Spanishrevolution, que estamos ante unas protestas complicadas de frenar --por mucho que la sobra de la Junta Electoral Central o cualquier otra planee sobre él-- producto del descontento generalizado para con las fuerzas políticas y económicas o que el movimiento ha conseguido potenciar el debate político entre la sociedad como no se veía hacía mucho tiempo. Quizás mañana nos despertemos sin #acampadas, pero hoy la ilusión y el debate por el cambio siguen prosperando y suena así:

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