Un juzgado federal ha dado el visto bueno a la demanda presentada por Apple contra un buen número de fabricantes de accesorios para iPod, iPhone y iPad, acusados de infringir hasta nueve patentes.

La acusación data de julio del pasado año, cuando los de Cupertino arremetieron contra EForCity y otras tantas compañías similares, que estaban produciendo accesorios de ínfima calidad y confiabilidad, provocando numerosas quejas sobre compatibilidad y daños.

EForCity acusó a Apple de presentar pruebas redundantes, inmateriales y escandalosas, entre ellas numerosas declaraciones (muy críticas) de usuarios. Aunque el juzgado terminó descartándolas, eso no ha impedido que el proceso siga su curso de la mano del juez del distrito Jeremy Fogel.

El año pasado, Apple ya demandó a HyperMac por cuestiones similares, aunque se consiguió llegar a un acuerdo por el que cesaba la venta inmediata de cables para MacBook, producidos con conectores MagSafe reciclados para garantizar la "máxima compatibilidad".

No parece sin embargo que las compañías implicadas vayan a tener opción de llegar a saldos similares, pues la base del proceso se encuentra en la paupérrima calidad de sus productos.

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