Esto es un suma y sigue, si ayer hablábamos sobre los 5,6 millones de euros que pensaba gastar el Ministerio de Cultura en incentivos para el fomento de contenidos legales en la red, ahora, la España del subsidio y la subvención, da un paso más en esta carrera por inyectar fondos públicos en el lobby de los contenidos y, a través del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, se destinarán 205 millones de euros para "generar un sector de los contenidos mucho más competitivo".
Si ya me parecía un despropósito gastar, por parte del Ministerio de Cultura, 5,6 millones de euros, gastar 205 millones de fondos públicos, básicamente, no tiene nombre. Este plan, que se enmarca dentro del Plan Avanza 2, se fundamenta sobre tres principios: la colaboración, el talento y la actualización continua de la industria; y se ha articulado sobre seis líneas de actuación:
- 165 millones se destinarán a fomentar el crecimiento del sector de los contenidos digitales con el foco puesto hacia su participación en un mercado global y, por tanto, hacia la exportación al exterior. Esta medida se desarrollará mediante una convocatoria de ayudas a las empresas.
- 14 millones se dedicarán a la creación de nuevas empresas y negocios mediante un programa con inversiones de capital-riesgo en empresas de contenidos y un programa de acompañamiento a emprendedores.
- 22 millones se destinarán a la formación y capacitación de las empresas en la creación y difusión de contenidos digitales.
- 2,52 millones se destinará a la promoción y difusión de esta nueva industria en eventos de gran calado como el FICOD, el Mobile World Congress o el CeBIT.
- 350.000 euros se destinarán a la protección de la propiedad intelectual ejecutando acciones de sensibilización y prestando apoyo a las medidas de carácter normativo dentro de la Ley de Economía Sostenible.
- 950.000 euros tendrán como objeto la internacionalización de la industria mediante programas de acompañamiento.
Según el ministro de Industria, Miguel Sebastián:
A pesar de las restricciones presupuestarias hemos hecho una apuesta muy importante y estamos convencidos de que esta apuesta va a ser fundamental para nuestra economía, para nuestro sector y sobre todo por la capacidad que tiene de arrastre sobre otros sectores. [...] Esta tiene que ser una de las industrias de referencia de nuestro país. [...] Es importante generar más empresas que se dediquen a este sector puesto que tendrá un efecto multiplicador en la creación de empleo.
En fin, después de ver este reparto de fondos entre las líneas de actuación, una cosa me queda clara, de los 205 millones de euros, 165 millones se van a dedicar a las empresas, sí, esas mismas empresas que nunca han tenido interés en generar una industria en España pero a las que, ahora, se quiere incentivar tanto desde el Ministerio de Cultura como el de Industria y, como de costumbre, las subvenciones no serán incompatibles, así que, al final, entre todos acabaremos aportando el capital de esos mismos que nos tachaban de piratas.
Entre la orden de incentivos de Cultura y esta partida presupuestaria de Industria, suman más de 210 millones de euros públicos que se dedicarán, en estos tiempos de recesión, a esa misma industria que impulsó la Ley Sinde, que nunca se adaptó al cambio tecnológico ni al de hábitos de consumo de los usuarios y que, por consiguiente, nunca fue capaz de ofrecer alternativas como Spotify o Netflix a precios competitivos.
Como de costumbre, el tema del precio es tabú, lo cual me parece todo un error de base. No creo que sea lógico impulsar una industria con fondos públicos sin garantizar que, al menos, el ciudadano tendrá acceso a los contenidos a un precio razonable porque, si no se hace eso, al final, el Estado estará forzando la creación de una industria que no va a tener mercado, básicamente, porque no va a tener clientela.
Lógicamente, la industria está encantada y, el vicepresidente de la Asociación de Empresas del Sector TIC, las Comunicaciones y los Contenidos Digitales (AMETIC), Martín Pérez comentó:
Tenemos puestas grandes esperanza en este sector como motor de la innovación, aunque es necesario trabajar en la sensibilidad de los usuarios en cuanto a la propiedad intelectual
Ya, al final resultará que el problema está en el lado de los usuarios. Yo le hubiese dado la vuelta a este reparto económico y, en vez de dedicar 14 millones únicamente a los emprendedores, les habría dedicado los 160 millones, potenciando una industria de contenidos basada en start-ups y, por tanto, potenciando un caldo de cultivo del que pudiesen salir grandes ideas, porque, precisamente, las grandes ideas son las que hacen que una industria salga de la crisis.