Todos los jugones del lugar, aquellos que tengáis una Xbox 360 en el salón, coincidiréis en la genialidad de su sistema de logros. Recompensas que nos otorgan puntos de jugador al conseguir ciertas hazañas del tipo "asesina a mil enemigos sin sufrir un rasguño". Desde luego hay muchos usuarios que los consideran inútiles, pero como tampoco molestan, no hay crítica que valga a una fórmula que al fin y al cabo favorece la rejugabilidad de títulos cada vez más caros y breves.
Kiip es una nueva plataforma publicitaria para móviles que ha decidido inspirarse en la idea ofreciéndonos anuncios únicamente en el contexto jugable, más concretamente en aquellos momentos en que alcancemos el climax trofeístico. Imagináos jugando a Angry Birds y que al sumar media vida jugando os asalte el pertinente logro con una jugosa recompensa a vuestra gesta.
Ésa es la genialidad de Kiip: introduce su publicidad justo en el momento de mayor euforia para el jugón móvil y encima la acrecienta con recompensas asociadas a la marca adscrita. Volviendo a nuestro ejemplo con Angry Birds: "Granja Paco te abastecerá de huevos totalmente gratis durante todo un año".
Kiip supone pues la alternativa a modelos mucho más tradicionales (y menos efectivos) como iAd. Ya se han dado cuenta firmas como Sephora, popchips, Homerun.com, Sony Dash, Vitamin Water, 1-800-Flowers, Dr. Pepper, GNC, Carl’s Jr y Hardee’s.
La publicidad además es contextual, de tal manera que nunca aparecerá una promoción de laca de uñas en mitad de un juego a priori dirigido a público mayoritariamente masculino. La demografía de cada título marca pues que tipo de anunciantes se emplazarán en el mismo.
Kiip arranca esta misma noche a través de 15 juegos y esperando unos 12 millones de usuarios mensuales. Las marcas pagarán desde ¢25 a $3 por cada impresión.
Será muy interesante valorar la rentabilidad del servicio frente a sus anticuados competidores. A priori se antoja una de esas ideas con las que todos ganan: usuarios, anunciantes y por supuesto sus responsables, que ya empiezan a frotarse los bolsillos.