La industria del copyright ha perdido el beneficio de la duda, no lo digo yo, lo dice el Consejo de Investigación de Ciencias Sociales y el grupo de investigadores que han publicado un extenso estudio independiente que finalmente aborda el tema de la piratería de música, software y películas desde una perspectiva científica y social, bajo el título de Media Piracy in Emerging Economies. (Piratería de contenido en economías emergentes)

Los resultados que nos ofrecen son devastadores para la industria y los gobiernos que han decidido crear y seguir la agenda del combate a la piratería, ya que según este grupo de investigadores, una década en el endurecimiento en las prácticas de protección a la propiedad intelectual no ha servido de nada y por el contrario, la piratería de productos va en incremento, además de que se estan dañando los sistemas legales de economías emergentes ya que no existe una forma realista de reconciliar la protección masiva con el debido proceso.

Por otro lado el estudio es un documento importante para los consumidores y ciudadanos de México, Rusia, Brasil, Bolivia, Sudáfrica y la India, ya que ofrece muchos datos verificables acerca del papel de la piratería en economías emergentes dentro de sus particulares contextos sin satanizarlos —y más allá discurso de la industria—, pero sobre todo ofrece una descripción detallada de la estrecha relación que existe entre los lobbies y las autoridades locales con las sociedades de gestión de derechos internacionales, la Agencia de Comercio estadounidense (USTR) dedicada a la internacionalización del combate a la piratería y la US Chamber of Commerce (con sucursales en varios países).

Los investigadores de este importante documento con el que ahora cuenta la sociedad, inician su reporte dejando claro que para ellos fue importante evadir los juicios morales en torno a la cultura de la copia, ya que no hay una estrategia clara que permita crear mediciones certeras en torno a ella y mucho menos éticas: las herramientas de tracking y vigilancia que utiliza la industria para hacerlo, no lo son.

La premisa del Reporte MPEE es:

La piratería de uno es siempre la oportunidad de mercado de otro, la frontera entre ambos siempre ha sido un asunto de negociación social y política. La historia del copyright es sobre todo una historia de resistencia contra las inovaciones disruptivas en los mercados, frecuentemente relacionadas con las nuevas tecnologías.”

Es importante entender que Innovación disruptiva no es algo malo, sino que se refiere a aquellas inovaciones que cambian las reglas del juego en los mercados. Un ejemplo es el bitTorrent y la Ley de la Disrupción ilustra de forma clara como es que funciona esta constante tensión.

Repensando la piratería

No es una casualidad que el capítulo Repensar la piratería este dedicado a una descripción a fondo de las operaciones de lobbying que asociaciones como IPFI, RIAA, MPAA y BSA han llevado a cabo en los ultimos años para manipular el debate en torno a la piratería.

Uno de los problemas más grandes y que ha generado el enfrentamiento actual entre la sociedad, los gobiernos y la industria es el hecho de que el término piratería es utilizado de forma abusiva para fabricar un discurso de que justifica el maximalismo en el régimen de propiedad intelectual.

Nosotros utilizamos el término piratería para describir las cada vez más obicuas prácticas digitales en torno a la copia, que caen fuera de las fronteras de la ley de copyright - hasta el 95% de éstas, si es que tomámos los estimados de la industria en cuanto a piratería de música como indicador. (IFPi 2006) Lo cual hacemos deliberadamente. La piratería jamás ha tenido una definición legal estable y es casi siempre entendida como un producto de los debates de la protección, más que como una descripción de una conducta específica. El término es borroso, y es usado frecuentemente con esta intención, para difuminar importantes distinciones entre los diferentes tipos de uso sin compensación. Mismos que van desde lo claramente ilegal, como lo es la escala comercial, la copia no autorizada para la reventa y disputas entre los límites del uso justo y primera venta en los bienes digitales; hasta un amplio rango de prácticas personales de copia que tradicionalmente se ubican por debajo del umbral práctico de la protección (de propiedad intelectual)

Este capítulo deja claro que uno de los problemas para una comprensión justa del fenómeno de la piratería es el hecho de que la industria ha patrocinado muchos estudios para que el debate en torno a la magnitud social de la piratería se concentre en números, mismos que tienen como problema principal la falta de transparencia.

Las principales asociaciones de la industria publican descripciones generales de sus métodos pero muy poco acerca de las asumciones, prácticas o datos que respaldan su trabajo. Es imposible evaluar los resultados de la BSA en los porcentajes de piratería, por ejemplo, sin entender las figuras clave de su modelo, como lo son los estimados del número de computadoras en un país, el precio promedio del software en diferentes contextos. Es imposible evaluar los reclamos de la MPAA sin saber las preguntas de las encuestas y como calculan las variables clave, como lo son los efectos de la substitución de ventas legales por piratas - una variable crítica en el centro del debate sobre del impacto neto de la piratería.
Grupos de la industria son reacios a discutir sus presupuestos de protección —especialmente en sus esfuerzos en países en desarrollo, en donde las asociaciones locales y acciones de protección son financiadas por multinacionales.

Estos argumentos estan fundamentados con datos históricos que demuestran el desarrollo de un negocio en torno al combate mismo de la piratería, convirtiéndolo así en un modelo de negocio, posible gracias a la colusión de instituciones públicas con grupos privados. El resultado es una competencia de los diferentes grupos por los recursos destinados a la lucha y proteccción de propiedad intelectual.

Uno de los datos más reveladores es el pequeño apartado titulado Buying Enforcement (Compra de Protección) el cual describe como en Brasil, la policía y las agencias especializadas en protección de copyright dependen logística y financieramente de los grupos de la industria, lo cual hace confusos los límites que distinguen a una policía pública de una privada.

El estudio considera preocupante la privatización del combate a la piratería y la llama una receta para el abuso especialmente en países como México y Brasil, en donde las fuerzas policiales se descentralizan deliberadamente para realizar estas tareas.

La moral

Por otra parte esta el tinte moralista que la industria le da un debate que involucra a tecnologías que son neutras y las mezcla con la modulación que cada individuo les puede dar:

El marco moral de las campañas anti-piratería hace díficil articular un nivel aceptable de piratería que pueda crear una barrera contra la erosión de libertades civiles. En este entorno, las políticas de protección tienen una fuerte tendencia a fallar. Medidas que hacen un poco más que incomodar a los piratas siempre son retratadas como insuficientes y no como mal conducidas, creando una presión mayor para que se realize la protección de una forma más costosa y persasiva.

Para un poco de contexto acerca de los argumentos morales que utiliza la industria recomiendo ver las participaciones de Felipe Gil y el Sr Quintanilla en el Grupo de Trabajo ACTA del Senado mexicano.

Podría continuar enlistando el sin fin de datos acerca de la errónea dirección que sigue la protección extrema y poco fundamentadas de propiedad intelectual, y el papel que tienen las asociaciones de lobbying en el deterioro del debate y comprensión del fenómeno --además de las estructuras democráticas-- pero supongo que muchos de ustedes,interesados en la opinión de expertos con títulos para emitir estos estudios, ya no pueden esperar más por leerlo.

Esto fue la primera parte del resumen de este revelador reporte (el cual por cierto habla de ACTA y no muy bien) que surge en un momento de coyuntura fundamental para México y en el mundo, en donde la falta de información verificable se suma al ya deterioriado debate en torno a la piratería. El día de mañana hablaré del capítulo México el cual confirma con datos verificables y entrevistas, la colusión institucional de autoridades con organismos privados para emprender un distorsionado combate a la piratería además de poner a México como ejemplo para :

[..]entender los factores que hacen la protección (de propiedad intelectual) extremadamente costoso, económica y políticamente.

Por cierto, el estudio no encuentra ninguna relación sistemática entre piratería y el crimen organizado en ninguno de los países examinados, a diferencia de lo que afirma el estudio utilizado por los negociadores de ACTA en México para justificar el tratado en este documento. Esperemos el Senado de México se de un tiempo para leer este reporte.

Puedes comprar el reporte en diferentes formatos y bajo distintas licencias, pero sí eres de los que de todos modos lo quiere gratis, la SSRC dice que probablemente sabes donde buscarlo. ¡Los piratas también compiten con lo gratis!

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